Tras varios años estando solo, wilbur cree que es momento de tomar los consejos de sus amigos y empezar a darse una oportunidad para conocer a alguien.
Claro que, no esperaba que ese "alguien" fuera el peculiar y carismático maestro de su hijita ta...
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Un día antes...
Mariana se encontraba en el auto por la parte trasera, terminando de trenzarle el cabello a juana, pues al haber salido de manera apresurada, ya no le dió tiempo a ello.
"Que bella estas mi niña con tus trenzitas" —halago mariana, a lo que la niña le sonrió ampliamente.
"Gracias papá mariana!" —esta entonces miró a la ventana, viendo los otros autos que pasaban perderse de su vista.
"Haber si mi mamá no la arma de pedo con el pinche traje feo que tu papá charlie se puso" —aquello último lo dijo en un tono mas alto, mirando despectivamente al de ojos verdosos.
"Oh vamos! Tu dijiste que fuera de manera casual!"
"Si, pero no con unos putos pantalones rotos, ¡¿que te pasa!?" —se quejó. Aunque, inmediatamente paró de hacerlo al notar la expresión se enojo de la niña, claro, debía tratar de no ser problemático frente a ella— "perdóname mami, es que tu apa es bien, ay no.. en fin, si sabes que hacer en la casa de tu abuela verdad?"
"No ser grosera, siempre hacer caso, no tocar las figuras de mi abuelita.. y que mas?"
"Lo que pasa en familia, se queda en familia juanita" —dijo el castaño, acomodando los lentes de la pequeña— "no vayas a decirle a tu abuela cosas de nosotros okey? Ya te la sabes"
La niña, entendiendo aquello, asintió.
Cuando llegaron al lugar, fueron recibidos por una mujer mayor de cabellos ya algo canosos. Esta se acercó para abrazar a su nieta, la cual estaba feliz por ver a su abuela; eran muy cercanas. Posterior a ello abrazó a su hijo, casi asfixiándolo.
"Mariana, mijito, estas muy flaco oye, si comes bien? Necesitas estar bien nutrido mijo" —dijo la mujer, a lo que el otro asintió. Pronto la mujer miró a charlie, sonriendo levemente— "charlie! Que bueno verte... que traes puesto?"
"Mis famosos pantalones recortados! Son una tendencia actual" —declaró el oji verde, a lo que mariana solo pudo maldecir internamente. La mujer solo asintió, no muy convencida.
"Ah que lindo.. en fin, pásenle"
Los presentes tomaron asiento en la sala principal, un tanto ansiosos por los comentarios o miradas que la mujer fuera a darles, aunque tal parece, la mujer estaba de muy buen humor, no les criticó nada en ningún momento.
