Tras varios años estando solo, wilbur cree que es momento de tomar los consejos de sus amigos y empezar a darse una oportunidad para conocer a alguien.
Claro que, no esperaba que ese "alguien" fuera el peculiar y carismático maestro de su hijita ta...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cuando Wilbur y tallulah despertaron, se encontraron con la sorpresa de unas bolsas con compras en la mesa, específicamente, habiendo cosas para preparar panqueques esa mañana; ambos solo vieron con sorpresa al azabache, el cual simplemente se rió al ver las caras tan confundidas de los contrarios, sumado a lo alborotados que se veían sus cabellos por recién haber despertado.
Podríamos decir que todo fue con normalidad y con calma, tuvieron un buen desayuno, conversaron por un rato, hasta que en un momento Wilbur tuvo que salir un momento pues tenía unos asuntos pendientes que atender, cosas de adultos, como los llamaba Tallulah.
Cuando el castaño se fue, aquella niña y quackity se dedicaron a estar en la cocina en un silencio que se sentía agradable; la niña dibujaba en su propia hoja mientras el azabache imitaba su acción, estaba muy concentrado.
"Terminé!" —dijo la niña, mientras levantaba la hoja— "que dibujó usted maestro sonriente?"
"Yo? Yo hice.. una cosa rara" —declaró. Aquello hizo reír a la castaña, quien ahora quería ver su dibujo; y claro, no se lo negó.
Lo que había dibujado era simplemente un montón de líneas y espirales, Tallulah le quería encontrar forma, pero no dio con nada. Es entonces que la pequeña le mostró su dibujo al azabache, haciendo que esté lo examinara con atención.
Había una casa, y habían tres personas fuera de la casa, uno muy alto que probablemente era su papá Wilbur, una más pequeña que seguramente era ella, y luego otra figura alta, tenía un cabello negro, y un gorro, rápidamente se identificó como el mismo. Pero algo le llamó la atención, una.. cosa que destacaba justo a lado de la casa..
"Lulla, que es esto?" —señaló con duda. La pequeña entonces solo respondió.
"Es una lápida" —el azabache miró con sorpresa a la pequeña, pasando saliva un tanto curioso.
"Y porqué dibujaste una lápida? De quien es?"
"De mi mamá, claro" —aquello dejó todavía más impactado al azabache.
Según sabía, Tallulah jamás compartió tiempo con su mamá, jamás la conoció y no tenía nada de sus recuerdos.. ahora estaba intrigado.
"Tú mamá?" —la niña asintió— "pero.. acaso tú madre falleció?"
"Papá dice que si, pero yo no creo" —respondió nuevamente— "te voy a contar un secreto, no le digas a papá okey?" —el azabache entonces asintió, escuchando a la pequeña— "una vez, me puse a revisar los cajones de papá, sus cajones con mis papeles, y encontré una foto de mi mamá.. y me di cuenta de que tengo la misma forma de sus ojos"
