Tras varios años estando solo, wilbur cree que es momento de tomar los consejos de sus amigos y empezar a darse una oportunidad para conocer a alguien.
Claro que, no esperaba que ese "alguien" fuera el peculiar y carismático maestro de su hijita ta...
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Algunas horas mas tarde, wilbur finalmente se presentó en casa del azabache para llevarse consigo a tallulah, siendo grande su sorpresa cuando el mayor le mostró que de hecho, su hija se había quedado dormida en el sofá.
"Hicieron muchas cosas el día de hoy eh?" —wilbur preguntó, a lo que el otro soltó una pequeña risa.
"Ni tanto, solo le ayudé con su tarea, y vimos tele, pero pues hasta ahí llegó" —dijo sonriendo levemente, mirando al castaño.
"En verdad no se como agradecerte, déjame pagarte por esto-"
"Oh no descuida! No hace falta que me pagues, estamos bien" —wilbur le miró apenado.
"No pero, te causé molestias y no me siento cómodo dejándolo así como si nada, insisto, quiero pagarte" —el azabache entonces volvió a negar.
"No me necesitas pagar nada, no fue ninguna molestia" —entonces notó la expresión del otro, casi como si estuviera haciendo un berrinche. Rodó los ojos mientras suspiraba— "okey, necio, si tanto quieres pagarme hazlo, pero no lo hagas con dinero.. mejor déjame invitarte a una cena el proximo fin de semana, que dices?" —entonces el castaño le miró con sorpresa, y con las mejillas algo sonrojadas.
"Una cena.. de amigos? Para convivir?"
"Uhm.. bueno, si tu le quieres llamar así, entonces si" —wilbur entendió entonces finalmente a que se refería el otro, sintiendo sus mejillas sonrojarse mas.
"O-oh pues.. claro! Me, encantaría! Si, sería eso, muy genial" —ambos rieron bajo, mirándose por pocos segundos, perdiéndose en la mirada de ambos.
Cuando se dieron cuenta de que se quedaron mucho tiempo así se pusieron nerviosos, y tras otra pequeña charla, wilbur finalmente se fue junto a tallulah, aunque la mas pequeña aun seguir adormilada. El azabache estaba tan embobado y feliz por que wilbur había accedido a ir a una cita con el, que no se percató de la mirada de cierto azabache al otro lado de la calle, quien miraba con sorpresa todo.
"No manches.. viste eso fido?" —le comentó el azabache a su mascota, quien solo dio un ladrido— "el Alex ya anda de loquillo eh?.. pero espérate, que hago con esta información?.. ah supongo que nada, mejor ya vámonos a la casa"
Y tal como dijo, se fue caminando en dirección a donde iba, tratando de ignorar totalmente lo que había visto, y no apresurándose a sacar conclusiones..
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