Tal vez y hoy Yungbin sí llamaría. O eso creía Seungmin, por lo menos esas fueron sus palabras de consuelo sobre una semana en la que su prometido no le llamó ni siquiera para preguntar como estaba, no llamó, ni le mando algún mensaje, no había señales de Yunbin, solo un aaviso que su hermano le mando diciendole que "Yungbin estaba bien", bien, por lo menos tenía la certeza de que estaba bien, pero se sentía tan solo de estar ahí, en ese apartamento que desde hace meses su novio no visitaba. Jeongin le consolaba diciendole que no debía preocuparse, a fin de cuentas, si Yungbin estaba ausentado, era porque quería darle lo mejor, Jeongin le dijo que de amor no se vivía, pero... bueno, Seunngmin no deseaba las grandes cosas, solo quería una vida tranquila, donde ambos se apoyaran y sus vidas fueran prosperas. No quería una maquina de trabajo por esposo, menos un cajero. Seungmin quería, al Yungbin que siempre fue.
Pero...¿quién era ese Yungbin? Si Yungbin siempre lo había tenido todo, igual que él. Aunque bueno, el Yungbin de 17 años, era ese que no se preocupaba mucho, quien le brindaba tiempo, Yungbin, de quien se enamoró, no era una maquina, era más humano, mas simple, era el chico que soñaba, con sueños no tan altos, Yungbin era ese que quería alejarse de sus padres, del mundo en el que vivían, Yungbin era un chico que quería tomar una mochila e irse a concer el mundo. Pero el chico que entro a la universidad, y el chico que era ahora, ya no es más el chico del que Seungmin se había enamorado. Aunque Minnie estaba ciego de amor y aun no podía darse cuenta del cambió que le encerraba, Minnie, tenía la esperanza de que todo volvería a ser como lo era. las perdsonas cambían, le consolo Jeongin cuando le contó. Resignado, Seungmin entendió eso, las personas cambían.
La última llamada de su prometido fue una noche antes de que conociera aquel café que decoraba sus pedidos con flores de vainilla, Seungmin guardaba las florecillas en uno de sus libros, incluso, cuidadosamente, los ponía en medio de aquel libro que llevaba leyendo últimamente.Le llamó y por un momento pensó que hablaba conn quien siempre era, pues, la llamada inició con una tonta broma que había entre ellos. "hakuna" decía su novio y él respondia con un "matata", le preguntó por su día, luego por su nuevo libro, pero las cosas se fracturaron en ese momento. "Min, Leer Fanfics es para adolescentes y tu ya no eres uno, deberías leer lo que aprendiste en tu carrera". palabras que dolían, en fin, Seung sabía que lo hacía por su bien, en fin de cuentas, tenía razón, ya era un adulto, tenía que leer libros de adultos y no bobadas que le gustaban.
El día que salío de la cafetería, salió con una hermosa sonrisa en la cra, se sintió feliz despues de aquella llamada, después de esa semana que le hacía lucir mal, una semana que le hacía lucir abatido, pues a pesar de los malos comentarios, lo extrañaba. Lo que Seungmin no sabia, era que no extrañaba a ese que usurpaba el lugar, lugar de quien amaba.
Al día siguiente de su segunda ida a la cafetería, después de que dejo a Jeongin, camino al mismo lugar. Era temprano, relativamente, así que camino al lugar, dejo el carro aparcado lejos del lugar, así disfrutaba de las vibes diferentes que daba aquel barrio donde se encontraba el café, se sentía menos pesado, diferente a lo que acostumbraba, supuso que por eso le gustaba ir.
Cuando llegó, lo raro fue que el café estaba lleno, y ahora si parecía un restaurante gourmet, pues siempre daba facha de un cafecito vintage, ahora, parecía lo que realmente era.
Para su buena suerte, su mesa estaba desocupadaa, dos ancianas recien se habían levantado. Sana, la chica pelirroja, le saludo alegremente y le dijo que ya le atendía, pues Chan no estaba. Se sintió un poco solo con eso, esperaba al chico de cabellos azules, pero mientras esperaba el café que siempre consumía, decidió esta vez no mirar a la ventana, decidió contemplar a la chica que hacía malavares con las charolas de comida, eran solo dos quienes atendían tantas mesas. Vió también que no todas las tazas llevaban esa flor que a la suya siempre acompañaba, pensó que tal vez y esa tarde ya no tenían flores, pero cuando Sana llego, con su café y una flor de vainilla, esta solo le sonrió tiidamente yu le dijo
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Café Macchiato (Chanmin)
FanfictionSIN EDITAR Seungmin solo es un chico con la mejor de las suertes, Chan solo es una persona con la peor suerte del mundo. ¿Qué pasa cuando ambos se den cuenta de que la vida, realmente no es como la creen? Una historia donde el amor está en todas...