diecisiete (parte 2)

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Hay cosas que son frágiles, cosas momentáneas que siempre creemos para siempre, pero que resultan ser solo de un rato, no todo dura para siempre, que mejor que de esa forma fuera, pero es mentira, es mentira porque todo tiene un fin tarde o temprano. De alguna parte escuché que para que algo nazca algo debe morir, quizá esa frase tiene mucho trasfondo ¿No?, no se necesita una muerte literal, es algo más... Metafórico. Sin embargo ¿Cómo saber que está muerto algo que alguna vez se sintió tan vivo? Como saber que murió cuando te aferras a que sigue letente por sus recuerdos. ¿Realmente está muerto si tu memoria lo mantiene viviente? Quizá y tenemos muchos problemas con saber si realmente murió o no lo hizo.

Seungmin sabía que ya no había nada más por hacer en su relación, todo había terminado momentos antes de salir en la casa enfurecido, pero todo incluía sus recuerdos, sus memorias, los acuerdos, la boda, no podía haber una boda donde los novios no existieran ¿No? Se estaba comiendo la cabeza al saber las reacciones de sus padres al enterarse que su matrimonio feliz se había terminado antes de empezar, al saber que ellos ya no eran nada... Por un solo momento y palabras hirientes de una persona inconsciente que dijo en un estado de ebriedad, gracias a ello se perdieron años y años de relación, años, experiencias, amor, vaya mierda.

El problema no era ese, el problema no era perderlo todo a semanas de la boda, el problema era que Seungmin no sentía ningún remordimiento o recentimiento al respecto,  o sentía lástima, ni tristeza, por extraño que parezca no sentía lo que creyó sentir si eso pasaba. No sentía ganas de regresar corriendo a pedir perdón , ni a rogar por una oportunidad, estaba sintiendo su libertad y eso le gustó. Le gustó tanto, tanto que incluso y a pesar de sus lágrimas, comenzó a reírse como un desquiciado. Se abrazo las piernas, el parque, aquel parque donde estuvo muchas veces con Chan le dio consuelo, Chan... Chan era un tema aparte, Chan era como una revelación secreta, un sentimiento aparte, sentía algo en el pecho al recordarlo, ahora lo miraba con más claridad, una claridad absoluta que lo tuvo riéndose aún más fuerte, que lo tuvo con una enorme sonrisa en los labios y le brindo calma en el momento que más lo necesitaba.

Ese día era navidad, supuestamente en esta hora debería estar en una estúpida comida de sus suegros y papás que se celebraba cada año desde que tenía memoria, era tonto pasar tiempo juntos, suficiente con el tratado que tenían para mantener sus ganancias, aunque Seungmin cada año se presentó, todos ellos en compañía de YungBin incluso cuando no los querían juntos,  todos los años Seungmin estaba presente en la enorme casa de sus padres abriendo el solo los regalos, repartiendo obsequios costosos a su familia y hablando estupideces banales de las cuales su hermano hablaba con él, pero no, este año Seungmin no estaría presente para ser el miembro más pasivo de toda la familia, no estaría para estar ahí de adorno acompañando a su novio y escuchando Como su madre y el padre de YungBin hablaban de negocios, ni como su padre se burla a de aquellos que necesitaban más que ellos, no estaría y estaba tan feliz de no estar que se sintió en paz absoluta, aunque desearía tener una esfera mágica de cristal que le mostrará la cara de imbécil que pondría YungBin cuando no lo vieran llegar a su lado, sería algo que costaría muchísimo, porque usualmente siempre hay prensa cerca ese día y usualmente la foto familiar aparecía en las revistas centrales, todos atentos a la unión más poderosa de todo Corea.

Se lo imaginaba llegando a la casa, con su cara de idiota sufrido, a decirles a todos que la alianza había terminado, seguro como el idiota que era lo culparía a él por haber terminado, a solo semanas de su boda, seguro lloraría y se inventaría una de vaqueros para que él quedará como el malo, ¡Ja! Sería maravilloso ver cómo se victimiza porque es lo único que sabe hacer bien, y también como se le cae la cara de vergüenza porque por su culpa todo se había ido a la mierda y ese cargo de conciencia le quedaría siempre en la mente, seguro por todo lo que había trabajado se iría a la mierda, pues sin la alianza, cualquier negocio que ya había cerrado se derrumbaría, amaría ver eso, la vena cruel que comenzaba a aparecer en Seungmin le había sentir poderoso, estaba tan cansado de leer siempre personajes con una personalidad dulce, harto de vemos recibir de todo sin atacar, no, el sé sentía malditamente bien al saber que el karma de YungBin llegaría pronto y ese Karma decía su nombre en letras doradas, amaría estar ahí, sin duda para verlo humillado. Pero no, no iría, no desmentiría cualquier estupidez que dijera su ex  en esa comida navideña, ¿Hablaría mal de él? Por supuesto que sí, YungBin actuaba de esa forma siempre, ¡Bien!, pues eso le importaba una mierda, no abogaría por su inocencia, quien quería creerle que le creyera, total, sus negocios a Seungmin no le importaban en lo absoluto. Pero... Estaba solo en navidad, solo... Nadie debería estar solo para navidad.

Café Macchiato (Chanmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora