La llamada que YungBin le hizo a Seungmin ese día jueves de finales de agosto no se contestó. Y pensó en preocuparse, incluso era demasiado raro que su prometido no contestara, hiciera lo que hiciera, siempre aceptaba las llamadas de él, pues aunque eran ocasionales, él las esperaba ansioso por hablar con su ocupado prometido, Yungbin lo sabía, es por eso que llamo en ese momento, pero nadie contestó las tres llamadas de larga distancia que hizo. Quiso, preocupado, marcarle a sus padres, a su hermano, quizás a su mejor amigo del trabajo, o a su oficina, miro la hora, seguro donde Seungmin estaba eran las cinco de la tarde, Seungmin salía a las cuatro del trabajo; en lugar de hacer todo lo que planeaba hacer, lo que hizo fue mandar mensajes de texto a su celular poniéndole amablemente que contestará o que le mandara mensaje cuando pudiera, también le dijo que le extrañaba mucho pues había pasado días sin que hablarán, pero Seungmin no contesto las próximas tres horas.
El caso estaba en que, bueno, Minnie había conseguido trabajo. Y esta bien, él ya tenía un trabajo estable en la editorial, un papel importante en la empresa editora de gran prestigio y no necesitaba nada de dinero, tenía una alta posición social, su familia estaba llena de dinero, él solito generaba su propio dinero en su empleo, aún así, al día después de la cita de helados con Chan, cita en la que se divirtió como nunca y sobre todo descubrió que Chan sería un gran padre; Seungmin se presentó en el restaurante a pedir empleo a Changbin, se presentó con su mandil de perritos, dispuesto a ayudar a los que ya podía llamar amigos.
— Changbin te tengo un trato— dijo con una sonrisa, Chan aún no llegaba de su otro trabajo, Seungmin comprobó que Chan siempre llegaba tarde a trabajar, pero no sé atrevía a preguntar mucho sobre el caso, con Chan se sentía tímido, tonto y tímido.
—Parece que voy a firmar con el diablo, de una vez aviso que mi alma no está en juego, menos mi corazón. Bonito, no eres mi tipo— se burló Changbin.
— oww, no me digas eso, Changbin, rompes mi corazón en mil pedazos— se burló Seungmin con un puchero fingido.— nada de eso, Binnie, vengo a ser uno más de tus explotados.
Sana comenzó a reírse indiscreta por el chiste de Seungmin.
— ¿quieres trabajo, Min?— el asintió.
— sí, y traje mi propio mandil, tengo seguro aparte y sobre todo, no me debes pagar, lo haré con toda mi bondad — dramatizo, Changbin estaba sorprendido— bueno, no miento, no debes pagarme nada, es que estoy muy aburrido en mi casa y realmente a mí sí me gusta esto de la presión, ya sabes, el servicio al cliente... Entonces que dices ¿Aceptas?
Lo hacía más que nada por Hobbie, se sentía a gusto ahí con sus amigos, aparte les ayudaría sin ningún problema y lo mejor de todo es que no pidió sueldo alguno, aún cuando Changbin dijo que le pagaría, pero él nego, no lo necesitaba para nada, él no necesitaba nada de dinero, así que negó, de esa forma se volvió en el mesero más querido de aquel pequeño puesto, con sonrisas calidad, buen servicio, rapidez, Seungmin de ganó el corazón de jovencitas que iban a tomar el café solamente por la belleza de Seungmin y todos deseaban ser atendidos por él. Aunque bueno, por Chan también, era constante escuchar las disputas en saber quién era más guapo de los meseros, sin embargo, las meseras no quedaban atrás, Sana era hermosa, contemporanea, con una belleza dulce, pastel, con risa bonita y servicio amable, sin embargo, Chae era una belleza diferente, con actitud repelente y hambre revolucionaría, con ganas de libertad, Chae tenía una belleza humana, de esa que va en contra de los sistemas, así era Chae.
Entre los hombres, sin embargo, se discutía entre la belleza sutil, dulce y armónica que Seungmin brindaba, o la belleza más ruda de Chan, eran completamente distintos, desde los colores hasta las energías, Chan daba la impresión de que en cualquier momento te soltaría un golpe bien dado, con ese cuerpo trabajado y con una cara siempre sería, aunque en verdad, cuando hablabas con él, la cosa cambiaba, era como un perrito Husky, de esos que son alocados y nobles, que tienen su momento hiperactivo, bromista, Chan era así y Seungmin se sentía tan agusto, refrescante, bueno.
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Café Macchiato (Chanmin)
FanfictionSIN EDITAR Seungmin solo es un chico con la mejor de las suertes, Chan solo es una persona con la peor suerte del mundo. ¿Qué pasa cuando ambos se den cuenta de que la vida, realmente no es como la creen? Una historia donde el amor está en todas...