final.

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A veces pienso que la luna lo sabe todo. Sabe todo lo que pasa en todos lados cuando las luces se encienden y la noche abunda, creo que ve muchas cosas, tantos acontecimientos diarios de la vida nocturna; creo que puede ver lo dura que es la vida, lo maldito del tiempo, puede ver el amor y es testigo de los corazones, me gustaría creer que escucha súplicas y concede deseos, la luna lo sabe todo, y sin duda, está misma fue testigo de que la madrugada del treinta y uno de diciembre, último día del año, Chan lloró por amor.

Lloró desconsolado, a la orilla de la ventana de su apartamento, con Seungmin aún durmiendo placidamente dentro de su habitación, lloró por enojo, quedando con los brazos atados, pues... ¿Él que podría hacer realmente? A esa hora no tenía cabeza para pensar nada, solo decidió llorar y llorar y llorar por impotencia, es verdad que por amor harías todo, pero no sabía que hacer en ese momento, más que lo único que se le ocurría cuando niño: pedir un deseo a la luna. De niño Chan creía fielmente que la luna le concedía todo lo que pedía, usualmente siempre eran juguetes o algo importante para un niño, pero sí, sí se le cumplía el deseo y es por eso que amaba pedirle cosas al astro que ilumina el cielo de noche.

Pero creció, Chan un día creció y de poco en poco dejó de pedir deseos, ya no pedía deseos a la luna, tampoco al soplar un diente de león, menos de cumpleaños, pero este año, en su cumpleaños fue la primera vez que pidió un deseo, quien le devolvió la fe en la magia humana fue Seungmin, el chico que ahora debía alejar de su vida como si fuera tan fácil, tenía una oportunidad, solo una y este ya había pasado. Miro el cielo, la luna casi no estaba, solo era una rayita en el cielo y luego nada, pero su fé era más fuerte, miró al cielo con el aliento retenido en los pulmones, fuera hacía frío y se podía sentir a través de la ventana, pero eso no importo, Chan abrió la ventana, el viento le azotó la cara, pero no le importo, quería, realmente quería pedir ese deseo. Puso una mano en su corazón, Sollozo despacio y luego con todas sus fuerzas cerró los ojos.

"Por favor, que no se vaya, que no se aleje, que se quede, por favor, que él se quede a mi lado" pidió en voz alta, tal vez de esa forma la luna sí le oiría, se concentró mucho para pedirlo, una súplica nada discreta, luego, abrió los ojos,  los tenía rojos y la nariz constipada, se abrazo a si mismo y luego, en silencio, cerró la ventana, aprovecharía las últimas horas de tenerlo así, en sus brazos.

Duro poco, el gusto duro poco, fue un encuentro fugaz que hizo tan Feliz a su corazón, no duró mucho, pero fueron los mejores días de su vida hasta ahora, eran como unas vacaciones momentáneas antes de partir a lo que el destino manda; entró a la habitación, Seungmin estaba relajado en la cama y su respiración era tranquila, ¿Cómo lo iba a dejar ir? Antes era más fácil, antes no sabía a qué sabían sus besos, pero podía morir con la duda, sin embargo, ahora que lo sabía, quería desaparecer, quería atarse a lado suyo y salvarlo del cruel destino, crear su propia historia, una dónde inevitablemente terminarán juntos, pero eso no sucedería; Chan sabía que hay cosas para toda la vida y otras que solo son momentáneas, desearía con el alma que Seungmin fuera para siempre y no solo parte de sus anhelos, no quería verlo ser un recuerdo, no podía pedir verlo desvanecer en su mente día a día, no quería olvidarlo, sin embargo tampoco podía atarlo, Seungmin tenía un corazón enorme y estaba sacrificando su libertad por todos los que quería, por Bin, por Chae, por Sana, por él. Seungmin no merecía eso, sin embargo, en ese momento no supo que hacer y se sintió aún más inútil.

Lo abrazo toda la noche, le dió besitos en la frente, escucho su corazón latir en calma mientras dormía y el rezo por no quedarse dormido para poder contemplarlo, porque esa era la última oportunidad que tenía para hacerlo. Le tocó el rostro, fue un simple roce de yemas con piel, pero la electricidad que le recorrió el cuerpo, le recordó que salir de ahí sería casi imposible, antes sabía que superar a Seungmin le costaría mucho, ahora lo veía imposible. Quizá su amor por él sí duraría por siempre o solo sería como todo: pasajero. Contempló su rostro toda la noche y a la mañana siguiente, lo dejo ir.

Café Macchiato (Chanmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora