Ninguno dijo nada las siguientes semanas. Jungkook y Lisa evitaban conversar a toda costa pero en el silencio se miraban en secreto. Más de una vez se habían pillado haciéndolo y se mantenían segundos con un intenso escrutinio que quemaba todo alrededor.
Sus esfuerzos para no ocupar el mismo sitio parecían en vano en algunas ocasiones cuando Gong Yoo e Irene comenzaban a entablar una buena amistad y el pequeño Jeongsan se quedaba con Lisa los viernes a la tarde cuando sus padres tenían quehaceres. El padre debía trabajar en una reconstrucción de un viejo teatro y la madre había conseguido apuntarse a unas clases de tenis bastante baratas con algunas damas de la iglesia.
Los deseos del uno por el otro habían aumentado hasta ni siquiera dejarlos respirar en calma por un segundo. Oraban a la noche y pedían redención pero no había respuesta divina alguna y la carne comenzaba a corromper sus almas. Pensamientos tentativos contra sus matrimonios no los dejaban dormir e intentaban ocultarlo a toda costa.
Sin embargo, una tarde Gong Yoo e Irene llegaron a sus respectivos hogares con una noticia importante para sus parejas. El invierno casi llegaba y con motivo de disfrute de los últimos días con buen tiempo habían decidido reservar una casa rural. Allí tenían pensado comer a la parrilla, disfrutar de la piscina y de la naturaleza e incluso dar un paseo por canoa en una reserva natural que quedaba cerca del sitio. Jungkook y Lisa habían accedido cohibidos y sin dudas Jeongsan era el más emocionado.
El día del viaje había llegado y Gong Yoo, Irene y su hijo llegaron antes a la casa porque casualmente Jungkook y Lisa tenían planes importantes que debían terminar antes de encaminarse al viaje de dos horas en coche.
El pelinegro debía ir a recogerla para empezar el recorrido hacia la casa rural.
- Hola.
Lisa se sonrojó fuertemente al ver el coche de Jungkook aparcado a las puertas de su lugar de trabajo.
- Hola - saludó él por igual cuando la rubia se subió incómoda ocupando el asiento del copiloto.
- ¿Has tenido que esperar mucho aquí? - preguntó cuando el coche cobró vida.
- En realidad no. Solo unos cinco minutos. ¿Qué tal el trabajo?
Jungkook quería ser cordial y no tornar el viaje más tenso de lo que posiblemente sería.
- Bastante ajetreado. Tenemos un par de bodas la semana que viene. Pienso relajarme bastante estos dos días - sonrió ella provocando que el corazón del chico se expandiera enternecido.
- Espero que todos podamos relajarnos.
Jungkook hablaba por sí mismo aunque sabía que era imposible afrontar su situación si la causa principal estaba rondándole durante cuarenta y ocho horas.
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Without Sin ~ Lizkook ~
Fanfiction"Grábame como un sello en tu brazo, Como un sello en tu corazón. Porque es fuerte el amor como la muerte, es cruel la pasión como el abismo. Es centella de fuego, llamarada divina... Si alguien quisiera comprar el amor Con todas las riquezas de su c...