Lisa empacaba una maleta aquella noche del domingo. Gong Yoo se había quedado todo el día en la iglesia por la visita de unos hermanos de otra ciudad, y por ende llegaría tardísimo pues siempre se ofrecía a llevar a alguno en el coche.
La maleta negra estaba rebosante de vestidos con perchas incluidas y un montón de objetos de primera necesidad que no habían sido organizados. La rubia guardó en un bolsillo un fajo de billetes al mismo tiempo que la puerta principal fue abierta.
Gong Yoo esa noche no había llevado a nadie y cuando subió las escaleras para encaminarse a la habitación matrimonial se encontró aquella estampa que comenzó a enfadarlo de pies a cabeza.
- ¿Qué haces?
Lisa saltó del susto y miró aterrorizada la entrada. El corazón le viajó a la garganta y sentía las palpitaciones retumbar en sus sienes.
- Gong Yoo - quiso ser cordial mientras se inventaba algo, pero ya estaba todo demasiado fácil de adivinar.
Aquel hombre la había violado la noche anterior y obviamente su motivo era huir.
- ¿Estás haciendo una maleta, Lalisa?
La voz del pastor la hizo tiritar de miedo. Su lado rebelde huyó despavorido y solo quedaban ella y sus cicatrices. Al verlo acercarse retrocedió por todo el borde de la cama temblando como nunca antes en su vida.
- No te acerques - su voz falló.
Gong Yoo tomó una de las prendas apiladas en el interior del equipaje y la miró con ira. Su mirada era más como la de un psicópata, uno que todos negarían pero que Lisa conocía muy bien.
- ¿Planeabas irte?
- Anoche... anoche fuiste un monstruo.
La pobre comenzó a llorar como una niña. Tenía tanto miedo que se obligaba a respirar correctamente y de esa forma controlar el sube y baja de su pecho.
- ¿Un monstruo? Anoche te hice el amor para concebir a nuestro hijo.
Gong Yoo se acercaba aún más y Lisa retrocedió chocando contra el armario. Arrastró sus uñas sobre la madera y apretó la mandíbula por el castañeo de sus dientes. Solo rezaba para salir viva de allí, para sacar a su bebé sano y salvo.
- No quiero un hijo contigo, Yoo. Entiéndelo.
- ¿Por qué, Lisa? ¿Por qué?
- ¿No te basta lo que me hiciste?
El pastor la miró con expresión renovada. Al final todo era por eso.
- Creí que me habías perdonado - susurró cuidando sus palabras ante el estado deprimente de su mujer.
- No voy a perdonarte en la vida. Me obligaste a deshacerme de mi bebé.
Gong Yoo negó haciendo un viaje a la clínica ilegal donde había metido a la joven meses antes de su boda para que le realizaran un aborto inducido.
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Without Sin ~ Lizkook ~
Fanfiction"Grábame como un sello en tu brazo, Como un sello en tu corazón. Porque es fuerte el amor como la muerte, es cruel la pasión como el abismo. Es centella de fuego, llamarada divina... Si alguien quisiera comprar el amor Con todas las riquezas de su c...