Si las constelaciones dijeran nuestros nombres

Capitulo 19

"No es lo que siento por ti, 

Sino lo que no siento por nadie más"

Jaime Sabines

Llegamos a un pequeño restaurante, tenía una iluminación bastante bonita, no es llamativa, pero eso no quiere decir que no es preciosa. Nos bajamos de la moto

- Entremos- dice Alec quitándose el casco, se pasa su mano hacia atrás, por su cabello negro.

- Ok

Entramos a el pequeño local, casi no había nadie a excepción de una familia que estaba en una mesa al fondo.

Nos sentamos en una mesa cerca de la entrada y un mesero entregándonos el menú.

- pide lo que quieras, para los dos- le digo a Alec, no tengo ánimos para tomarme el tiempo de elegir; estaría mucho mejor si considerara esto una cita, pero no, esto es solamente es una salida de amigos. No debo confundir las cosas entre nosotros, solo somos amigos. Nada más...

Él le da el menú al mesero y le dice:

- Pollo frito y cerveza

- ¿desde cuándo bebes?

Alec solo se encoje de hombros. Dios, en serio que eres...

- Dime, ¿Qué pasó? - le pregunto a Alec- ¿qué es todo esto?

- ¿debo tener una razón para verte? - Alec se cruza de hombros echándose hacia atrás en su silla. Su mirada es seria, pero eso no quiere decir que esta muy guapo aun haciendo esa expresión- me dijo Spring lo que sucedió en el hospital

Suspiro en frustración- eso, no es nada...

Alec se inclina hacia adelante apoyando las manos en la mesa- ¿que no es nada, dices? - menciona con una voz malhumorada y con una mirada de desaprobación.

- realmente, no es nada- digo apartando la mirada.

Spring en serio que no sabe mantener un secreto.

- a mi Spring me dijo que te había conseguido una cita a ciegas

Alec no cambia su semblante.

- eso no importa- Alec se levanta y viene donde estoy yo y se al lado mío

-mírame-Sus ojos siento que me penetran, ¿se supone que esto es solo una salida de amigos?

- con que para esto era esta salida- me levanto y voy a la salida.

Pero escucho pasos detrás de mí para luego un giro y siento unas manos cálidas agarrándome. Alec me agarro de la mano y la estrecha con la suya.

- ¿Qué crees que haces? - yo me suelto de su agarre rápidamente, se supone que no sucedería nada de esto

Alec vuelve a tomar mi mano con fuerza y muestra nuestras manos enfrente de mí.

- ¿Ves lo que es esto? – estando detrás de mí me pone algo nerviosa- esto es unión, es algo que no se puede ver en la mayoría de las veces, pero existe. La unión es cuando alguien está dispuesto a cargar tu peso.

Su respiración roza mi oreja susurrándome- Y yo estoy dispuesto a cargar tu peso Ashly

Me quedo paralizada, finalmente suelta mi mano y me gira hacia él.

- que se supone que habría pasado cuando estabas en peligro? - sus ojos me miran únicamente a mí.

No, no es cierto... sus ojos ya han visto a alguien más.

Y eso está bien solo que... tengo que olvidarme de él.

Siento ganas de llora, de que las lagrimas salgan, pero las reprimo. No, no delante de él.

- estoy bien Alec

Alec suspira- sabes que no, pero dejare de presionarte- Alec da un paso adelante- te dejare tomar la decisión de si quieres confiar

- Pero, si confío habrá veces que sabrás cosas desagradables de mí

- Nadie es perfecto

Yo no hago más que verlo; ¿por qué me haces esto idiota?

¿Así como se supone que te vea solo como un amigo?

- Vamos a comer – dice Alec al ver al mesero dejar nuestra comida en la mesa.

Nos sentamos y empezamos a comer en silencio, solo puedo mantener la mirada en mi comida, no me atrevo a verlo.

Después de terminar, Alec paga la cuenta y vamos afuera.

¿Cómo me voy ahora?

De repente Alec me pasa el casco y se pone el suyo montándose en su moto esperándome. Yo me lo pongo y me subo rápidamente sujetándome de él.

Alec arranca y nos vamos de ahí. Cuando llegamos a mi casa me bajo de la moto y me sorprende que Alec también.

- ¿Qué haces?

- acompañándote a casa- me dice con una ligera sonrisa.

Voy a la puerta y la abro; entramos.

- bueno, creo que ya es hora de que me vaya...

Yo tomo a Alec de la mano sin decir nada entrando a mi oscuro cuarto.

- Ashly... - la voz de Alec es ronca y sexy.

Me siento en mi cama teniendo a Alec delante de mí

- ¿Te gustó?, La chica de la cita

¿Por qué estoy haciendo esto?, Alec no es mi novio. No debería reclamarle.

- Ashly, Solo fui a rechazarla

- ¿Qué?

- Ya hay alguien que me gusta

Eso me deja perpleja, ya hay alguien que le gusta, claro... ¿por qué no habría de haberlo? Digo, Alec es atractivo así que le gustara a muchas chicas y una lo cautivo.

- Entiendo...

- Ashly, de verdad me tengo que ir- Alec me da la espalda y da pasos hacia la puerta

Yo me levanto y le jalo la camisa por detrás. Alec se da la vuelta mirándome

- ¿Qué haces, Ashly? - su voz es ronca, jadeante. 

- Al menos me la podrías presentar, ¿no? - mi voz se apagada está acompañada con el deseo de llorar.

Mi vista esta plantada en el suelo, no soy capaz de mirarlo a la cara ahora.

Alec me toma la cara; obligándome a mirarlo- no puedo presentártela

No... ósea que si hay alguien que le gusta.

- ¿Por qué no puedes presentármela? - lagrimas recorren mis mejillas, mi voz se vuelve temblorosa.

- Porque esa persona está aquí conmigo- ¿qué? – la persona que me gusta, eres tú Ashly- su voz es grave y llena de determinación, sus ojos me encuentran y no sé cómo reaccionar.

- ¿Por qué te gusto? - retrocedo. 

Es simple, porqué eres tú. -diciéndome con una cálida sonrisa

- Eso no es una repues- Alec me interrumpe y se acerca a mi rostro su mirada en mis ojos pasa a mis labios.

Mi respiración es un desastre, estamos demasiado cerca, hasta que Alec acorta lo poco que teníamos de distancia. Y finalmente nuestros labios se juntaron en un beso suave, una lagrima cayo rodando mi mejilla; muevo mis labios ante el contacto, nuestras respiraciones se mezclan al igual que nuestros labios. 

Al igual de lo que sentimos.

Y entonces supe que nosotros no solo somos amigos, somos algo más.

Tan grande como las constelaciones y las estrellas.