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Hoy Millie inicio su día no de lo mejor, pero mejor a cómo transcurría a la siguiente hora que pasaba, todo ahora es muy estresante ya que hay una nueva noticia inundando internet. Unos periodistas encontraron a Jake saliendo de un hotel, al parecer se había hospedado ahí y eso había generado muchas preguntas.

¿Los recién comprometidos se separarían?

Había intentado dejar eso de lado, ya que no iba a poder evitar que todos estuvieran hablando de ellos dos, pero al parecer no abría forma de tener un día tranquilo pues Noah la había estado atormentando con mensajes y llamadas que ella ignoró, pero eran tantas que apagó su celular igual no le serviría de nada tenerlo encendido.
Luego de apagarlo se sentó en su sofá, notando la soledad de su apartamento y el estar sola solo la hace pensar más y más

¿Por qué no hable antes de que empeorará todo? pude haber evitado el accidente de Sadie .— pensó Millie

Aunque recordando que sus padres se lo habían prohibido por alguna razón, se dió cuenta que de todas formas no hubiera podido hablar, estaba bajo el control de sus padres, Jake y toda la presión del internet. Se lamento un rato llorando, pensando en todo y a la vez queriendo dejar de seguir dándole tantas vueltas al asunto ya que le provocaría un dolor de cabeza. Después de calmarse un poco, tomo las llaves de su auto y salió de su casa decidida a ir a desperdiciar todo su dinero en algo que la pudiera ayudar a lidiar con tanto.

Llegó al supermercado asegurándose de que nadie la viera con unos lentes oscuros y una gorra, tomo su carrito de súper mercado y entro para ver qué podría llevar.
Pudo haber enloquecido tomando un montón de paquetes de galletas de un pasillo, o talvez un enorme bote de helado, también pudo haber sido una buena opción los chocolates. Pero no tiene ganas de endulzarse, fue directa al pasillo de vinos y licores perfecto para la ocasión, tomo algunas y las puso en el carrito y a algunas me refiero a muchas en realidad, casi parecía que aria una fiesta enorme y en realidad todo eso era para ella.
Pensó que si tomaba uno y otro y otro trago, la podría escapar almenos un rato de todos los problemas, se sentía cómo una cobarde al no enfrentarlo todo pero ya no tenía una mejor idea así que por ahora solo piensa en beber asta ya no poder más.

Llegó a su casa y comenzó con uno que otro trago mientras está sentada en su mesa, bebe cómo si fuera una competencia y su competidor le fuera a ganar, pensó que talvez entre más rápido tomaba, más rápido llegaba el efecto del alcohol en su sistema. Todo comenzaba a volverse borroso, no podía evitar pensar en Sadie y en todo lo que habían pasado antes de separarse y volverse casi unas desconocidas.

Entre sus recuerdos borrosos estaba esa pijamada que tuvo con Sadie.

*Falshback *

Las dos estaban sentadas en la cama, platicando después de haber visto Grey's Anatomy cómo solían hacer en otras pijamadas. Las pijamadas cambian en la madrugada, más con Millie que no podía dejar de ver de una manera muy boba a Sadie que siempre tenía esa actitud alegre y coqueta.
Sadie sentia la mirada de Millie pero trataba de fingir que no.

—¿Y qué puedes platícarme? eso se hace en las pijamadas.— Sadie

—Solemos ver la serie asta quedarnos dormidas así que la verdad no sé que decirte.— Millie

—Hoy estás callada, siempre o hablas mucho o hablas muy poco.— Sadie

Creo que ahora prefiero solo mirarte, para eso no necesito hablar.— Dijo Millie apoyando su codo en la almohada para sostener su cabeza con su mano mirando a Sadie de lado.

No creo que quieras mirarme tanto.— Sadie

Millie utilizo su mano izquierda la cual no tenía ocupada y puso un mechón pelirrojo de Sadie detrás de su oreja. La mirada de Millie no pudo evitar ir hacia los labios de Sadie quien lo noto y empezó a sentirse nerviosa así que bajo la mirada.

Una boda sin la novia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora