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—Lo se Millie, voy a hacer algo te lo prometo....— Sadie

Millie hiba a responder pero escucho cómo Jake estaba abriendo la puerta, para su suerte, se tardaba porque tenía llave y talvez más cosas para impedir que ella logrará abrir la puerta. Así que comenzó a intentar colgar, debido a que el celular estaba muy roto de la pantalla, no era muy fácil. Solo alcanzo a escuchar.
Escondió el celular debajo del colchón y cuando ya se había alejado de ahí, la puerta fue abierta. Jake la miro mal debido a que Millie se veía nerviosa, le tiemblan las manos.

¿Y ahora qué tienes?—Dijo el chico dejando el plato de comida que trae en sus manos, en una muy pequeña mesa—Estas rara... ¿Donde esta el celular, Millie?.—

Millie no supo que responder, ella creyó que Jake no se daría cuenta pero lo hizo. Sus nervios la habían delatado así que él se acercó muy molesto a ella y la tomó del cabello lastimandola.

¡¿Donde esta el celular, Millie?! te hice una pregunta. De verdad que eres detestable, solo tienes que obedecerme y podrías tener algo de libertad en cuanto nos casemos pero solo me haces las cosas más difíciles.— Jake

—No me digas eso cómo si fuera por mi bien el casarme contigo, te queda demasiado grande la palabra 'hombre' y solo quieres casarte conmigo para que te mantenga con todo el trabajo que YO he hecho. Aquí el inservible eres tú.— Millie

Jake la miro algo sorprendido por la valentía de Millie al decirle eso pero luego se molestó mucho y golpeó en el estómago a Millie con su mano en puño dejándola en el piso, luego el se arrodilló junto a ella para luego apoyar su pierna derecha en el estómago de Millie, causándole más dificultad para respirar.

No me importa lo que pienses de mi, cada que quieras hablarme así pasarán cosas cómo estás, solo dejaré libre de golpes tu bonita cara para cuando tomen las fotos para nuestra boda, que por cierto, será hermosa y el mundo entero estará feliz de vernos juntos. Estarán mucho más felices de lo que podrían estar por ti y Sadie.— Jake

Millie lo miro sorprendida por eso, no esperaba que él creyera que ella y Sadie tenían algo más haya de una amistad.

¿Qué?—Dijo Jake quitando su pierna del estómago de Millie, soltó una carcajada mientras la castaña lo miraba con odio—¿Creiste qué no me di cuenta? por lo menos yo no soy tan ciego. Tus padres me contaron que por poco y te desviabas y que yo había sido tú salvación, fue de lo que me habló cuando ya teníamos cuatro meses de relación. De ahí yo me hice ideas pero al verte, pensé que nunca abría problemas.... Sadie debió de haberse quedado muy, muy lejos de ti porque es cierto, estas enferma y lo único que haz hecho desde que escapaste de casa fue irte con ella. Pero aun puedo arreglar las cosas.— Jake

Jake se puso de pie y se fue dejando a Millie que aun le dolía su cuerpo.
Fue una noche difícil, tanto para la castaña cómo para la pelirroja. Pensaban una en otra, se sentían terriblemente mal y ambas lloraban. Millie no tenía idea de cómo podría salir de ahí y no dudar en meterle una enorme demanda a sus padres y a Jake, por lo tanto estaba preocupada en que podría hacer y si Sadie la podría encontrar. La pelirroja se sentía sola de nuevo en su casa, extrañaba a Millie y no podía dejar de pensar en que Jake pudiera haberle hecho, en cómo podría estar ahora.

A la mañana siguiente Sadie se despertó muy temprano, se duchó y fue a desayunar. De pronto, una llamada de un número desconocido llegó y ella contesto poniéndolo en alta voz mientras terminaba con su desayuno.

Narra Sadie.

*Llamada*

—¿Hola?.— Sadie

Una boda sin la novia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora