Era una tarde soleada en la ciudad, y el bullicio de la vida cotidiana se sentía en el aire. Danhee caminaba por la acera, disfrutando de la calidez del sol en su piel, mientras un par de amigos hablaban animadamente a su lado. Sin embargo, su mente estaba en otro lugar. Desde que había conocido a Juyeon, algo en su vida había cambiado. A pesar de no haber tenido muchas oportunidades para hablar en profundidad, cada encuentro se sentía como un destello de conexión.Mientras hablaba con sus amigos, Danhee se distrajo momentáneamente, girando la cabeza para admirar la colorida vitrina de una tienda cercana. Justo en ese momento, un chico salió de la tienda, y sin poder evitarlo, chocó de lleno con Danhee. Ambos se tambalearon hacia atrás, pero Juyeon rápidamente extendió su mano para estabilizarla.
—¡Oh, lo siento mucho! —exclamó Juyeon, con una expresión de sorpresa y una sonrisa disculpándose—. No estaba mirando por dónde iba.
Danhee se sonrojó, sintiendo que su corazón se aceleraba.
—No te preocupes, estaba distraída —respondió, intentando reírse de la situación. Pero mientras sus miradas se encontraban, algo en el aire cambió. Era como si un hilo invisible los uniera, y ambos lo sintieron.
—Vaya, qué coincidencia encontrarte aquí —dijo Juyeon, aún sonriendo—. Siempre parece que nos estamos cruzando, ¿no crees?
—Sí, es cierto —dijo Danhee, rascándose la nuca, nerviosa—. Como si el destino nos estuviera haciendo una broma.
Ambos rieron, y Danhee se dio cuenta de cuánto disfrutaba de su compañía. Antes de que pudiera decir algo más, sus amigos la llamaron, rompiendo el momento.
—Debería irme, pero... —Juyeon dudó, mirándola con intensidad—. Espero que te vea de nuevo pronto.
Danhee asintió, deseando que el momento no terminara. Mientras sus amigos la llevaban lejos, no pudo evitar mirar hacia atrás y encontrarlo todavía ahí, observándola.
Días después, Danhee volvió a encontrarse con Juyeon, esta vez en un festival de música. Estaba emocionada por ver a sus bandas favoritas, pero su atención se desvió hacia él cuando lo vio al otro lado de la multitud. Sin pensarlo, decidió acercarse.
—¡Juyeon! —gritó, tratando de sobrepasar el ruido—. ¡Qué bueno verte aquí!
Juyeon se volvió, su rostro iluminándose al verla.
—¡Danhee! ¡Esto es increíble! —exclamó, moviéndose a su lado. La música sonaba con fuerza, pero el bullicio se sentía secundario frente a la energía que había entre ellos.
—Me encanta este lugar, y tú, ¿estás disfrutando del festival? —preguntó Danhee, sintiendo la chispa de la conversación.
—Definitivamente. No puedo creer que estemos aquí, juntos otra vez —respondió Juyeon, mirando a su alrededor antes de volver a enfocarse en ella—. La vida es muy rara a veces.
—Sí, parece que siempre terminamos cruzándonos —dijo Danhee, riendo mientras el ritmo de la música vibraba en su pecho.
La conversación fluyó naturalmente entre ellos, compartiendo risas y miradas cómplices. Pero a medida que la noche avanzaba, Danhee comenzó a sentir que era más que una simple coincidencia. Era como si el universo estuviera conspirando para que sus caminos se encontraran una y otra vez. Pero había algo más que la mantenía cautelosa, como si hubiera una corriente de tensión en el aire que no podían ignorar.
Mientras disfrutaban de un momento de calma, Juyeon la miró con seriedad.
—Danhee, hay algo que he estado pensando desde hace un tiempo —comenzó, su voz más suave—. Creo que hay una conexión entre nosotros que no puedo ignorar.
Danhee sintió que su corazón latía con fuerza. Era un pensamiento que había pasado por su mente, pero escuchar esas palabras de Juyeon la hizo sonreír.
—Yo también lo siento. Es como si estuviéramos unidos por un hilo rojo invisible que nos guía —respondió, sus ojos brillando con emoción.
Juyeon asintió, como si eso confirmara lo que había estado sintiendo.
—Entonces, me gustaría pedirte algo —dijo, tomando aire—. Me encantaría invitarte a una cita. Solo nosotros dos, para ver a dónde nos lleva este hilo rojo.
Danhee sintió mariposas en el estómago. Aceptar su invitación significaba dar un paso hacia lo desconocido, pero también hacia lo que siempre había deseado.
—Sí, me encantaría —respondió, su voz llena de alegría y alivio.
Juyeon sonrió, iluminando su rostro.
—Genial. ¿Qué tal el próximo sábado? Podemos ir a ese lugar que tanto te gusta, donde hacen el mejor postre.
—Suena perfecto. ¡No puedo esperar! —exclamó Danhee, sintiendo que el destino había estado esperando este momento.
Esa noche, mientras el festival continuaba a su alrededor, Danhee y Juyeon compartieron una conexión más profunda, sintiendo que cada paso que daban juntos los acercaba más.
Y así, con el hilo rojo aún firmemente atado entre ellos, sabían que su historia apenas estaba comenzando. Cada encuentro, cada sonrisa compartida, era un recordatorio de que a veces el destino tiene una forma peculiar de entrelazar las vidas de las personas, llevándolas a donde realmente pertenecen.
muse;
juyeon - theboyz
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chaconne; kpop stuff.
Fanfictionone shots del kpop en general, solo hombres. -ideas mías que no tuvieron tanto potencial para una historia independiente- -todo tipo de os-