Capítulo 17: Cementerio

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Krist POV

Los cementerios en la noche son mucho más espeluznantes que durante el día. Intenté desesperadamente ignorar a las almas cerniéndose sobre las tumbas que supuse que eran suyas. Pero era muy difícil no saltar cada vez que pasábamos por delante de una tumba y un alma aparecía frente de nosotros. Quería agarrar a Gun por el brazo y detenerlo para que el alma pudiese vagar más allá, pero eso sólo lo habría confundido y les haría saber a las almas que yo las podía ver. Así que, en vez de eso, cerré los ojos con fuerza y traté de fingir que no caminábamos entre almas. Oh, cómo odiaba al padre de Gxxod por esta estúpida maldición.

—Hace frío aquí —dijo Gun, rompiendo el silencio.

Le miré mientras tomaba otro sorbo de la botella de vino que tenía en las manos. Había encontrado un vino de postre que sabía que él podría manejar. Venir al cementerio en la noche no era mi mejor idea de pasar un rato agradable, pero no quería que él perdiese el control o, Dios no lo quiera, que corriese asustado en la noche de la manera que corrió por el centro comercial. Yo no estaba dispuesto a perseguirlo entre almas.

—Sip —dije, tirando de mi chaqueta de cuero beige y abotonándomela.

—¿Quieres? Te calentará —Gun me ofreció la botella de vino. La miré en su mano. El color pálido y el aroma afrutado me tentaban. Podía beber un poco para mitigar mi incomodidad. Pero yo conduciría, así que negué con la cabeza.

—No, estoy bien. —Gun esperó un segundo más antes de atraer el vino a su pecho.

—De acuerdo, si estás seguro. Pero ayuda de verdad.

No iba a discutir con él. Estaba seguro de que el vino le ayudaba muchísimo. Tres semanas antes no habría podido pagarle para caminar a través del cementerio por noche. Tener a alguien querido enterrado aquí cambia las cosas.

—Ahí está —susurró, deteniéndose finalmente.

Mi mirada siguió la suya. La tumba de Off se encontraba todavía fresca y cubierta de flores. Unas pocas comenzaban a marchitarse, pero la mayor parte de las flores todavía seguían tan encantadoras como lo habían estado en su funeral.

—Sentémonos en el banco —dijo Gun casi reverentemente.

Los padres de Off habían puesto un banco a los pies de su tumba. Me pregunté sobre eso cuando lo vi el día del funeral. Pensé que solo estaría allí durante el funeral, pero cuando nos fuimos miré atrás y todavía estaba allí.

—Ahí está el que mandé yo —La voz de Gun se quebró mientras nos sentábamos y mirábamos los arreglos florales que había delante nuestro.

La pelota de baloncesto grande y redonda que se recostaba en la cabeza de su tumba estaba hecha de claveles naranjas y botones de oro negros. Gun había insistido histéricamente al florista que hiciera un arreglo que pareciese una pelota de baloncesto. Lo hicieron para él. Era bonito. A Off le habría encantado.

—Quedó muy bien —Le aseguré.

—Sí. Ojalá él pudiera verlo.

No estaba seguro de cómo responder a eso. No quería decirle que su alma no estaba aquí y que yo lo vi irse. Mentir no era mi punto fuerte y me sentía mal estando de acuerdo con él cuando yo sabía más cosas.

—¿Recuerdas la vez que trajimos la cuatri moto de Off hasta aquí, por el camino del bosque de detrás de su casa? —La voz de Gun tenía un toque divertido.

—Sí

La policía nos persiguió por saltar tumbas con su cuatri moto. Off y yo asumimos la culpa y dejamos a Gun fuera. Off siempre había sido protector con él y, honestamente, nos había rogado que no lo hiciéramos. Le habíamos escuchado durante todo el camino hasta aquí hablar sobre lo mal que estaba eso y cómo los fantasmas de las personas sobre cuyas tumbas habíamos saltado nos perseguirían. Yo sabía, claro, que se equivocaba y no me preocupaba.

Estamos predestinados [PERAYA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora