Capitulo 21: ¡Nadie es mi dueño!

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Krist POV

La puerta se abrió con un crujido detrás de mí y me volví esperando ver a Gxxod con la comida, pero era Off. Cerró la puerta detrás de él y una sonrisa triste curvó sus labios. Era más sólido de lo que las almas se suponían que eran.

—Hola, Krist —Lo miré mientras registraba que sólo me había hablado en mi cabeza.

—Off... lo siento mucho... —Le contesté acercándome a él.

—Esto no es tu culpa, Krist. No entendía nada de esto al principio, pero Gxxod me ha visitado en varias ocasiones y me ha explicado todo.

—Es mi culpa. Si hubiera ido con él cuando reclamó mi alma, tú estarías vivo. Pero no lo sabía. Si hubiera sabido que iban a tomar a otra persona en mi lugar nunca me hubiera quedado.

—Pensaste que La Muerte lo arreglaría con el tiempo —Respondió.

—Sí, lo hice. Supongo que sabes sobre Singto ahora.

Off asintió con la cabeza entonces, me tendió su mano y aunque no estaba seguro de si la mía atravesaría la suya o si era sólido como parecía, extendí la mano para tomar la de él. La mano dura y fría bajo la mía me sorprendió.

—No eres como las otras almas. Ellos no pueden hablar y no son sólidas.

—Creo que es por donde estamos. Aquí, Earth hace las cosas como él quiere que sean. Creo que... uh —Off dejó de hablar y miró hacia otro lado.

Casi parecía incómodo y poco a poco la cena de esta noche volvió a mí y me di cuenta de lo que estaba tratando de decir.

—¿Él usa las almas como entretenimiento? —pregunté, Off me miró y asintió.

Mi estómago se sintió mal de nuevo. ¿Había utilizado Earth a Off de esa manera? Iba a vomitar.

—No, Krist, no me ha obligado a hacer nada de... esas cosas. Simplemente lo vi. Creo que por mi edad me mantiene a salvo de ello, no estoy seguro.

Me apoyé al lado de la cama y me hundí en el relieve.

—Tiene la intención de que te quedes aquí, lo sabes, ¿cierto?

Levanté mis ojos hacia Off y asentí.

—Lo sé. Sólo desearía que hubiese una manera de que pudiera sacarte de esto. No es justo que tengas que permanecer aquí ahora que he aceptado venir. Él me tiene. No me voy a ir.

—¿Cómo esta Gun? —preguntó Off y el dolor en sus ojos cortó a través de mí.

Me acordé de él sentado en su cama con sus notas rodeándolo y al oso de peluche que le había regalado en su regazo. No podía decirle lo mucho que él lamentaba su muerte. Sería demasiado.

—Está bien. Te echa de menos salvajemente, pero cada día se pone mejor —Le aseguré. Su rostro cayó.

—Eso era antes. Cuando te tenía a ti. Ahora nos ha perdido a los dos. —Las palabras no dichas que colgaban en el aire entre nosotros eran gruesas y dolorosas.

—Es más fuerte de lo que crees —Le aseguré, pero el recuerdo de su cuerpo desequilibrado tambaleándose fuera del cementerio decía otra cosa completamente distinta.

—Espero que sí.

Podría decir por el tono de su voz que no estaba de acuerdo. Tenía razón, por supuesto. Gun era como una flor frágil. Una que necesita ternura y cuidados especiales. Off siempre lo había entendido y trató de darle exactamente lo que necesitaba. Y yo lo amaba por eso.

—Va a venir —dijo Off, mirando fijamente la puerta cerrada.

—¿Puedes quedarte? —pregunté, no estaba dispuesto a verlo partir.

Estamos predestinados [PERAYA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora