𝐈𝐍𝐅𝐈𝐍𝐈𝐓𝐘 𝐖𝐈𝐓𝐂𝐇 - 𝒉𝒂𝒓𝒓𝒚 𝒑𝒐𝒕𝒕𝒆𝒓 𝒂𝒏𝒅 𝐦𝐜𝐮 [EDITANDO]

29. 𝐂𝐨𝐮𝐬𝐢𝐧𝐬?

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Capítulo Veintinueve

¿Primos?

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❝ Merlín, si somos algo así
como primos... ❞

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Durante los días siguientes, Emma pasó todo el tiempo libre o bien en la biblioteca, con Harry, Ron y Hermione, leyendo sobre maleficios, o bien en aulas vacías en las que entraban a hurtadillas para practicar. Ella y Harry se dedicaron en especial al encantamiento aturdidor, que nunca habían utilizado. El problema era que las prácticas exigían ciertos sacrificios por parte de Ron y Hermione.

—¿No podríamos secuestrar a la Señora Norris?— sugirió Ron durante la hora de la comida del lunes cuando, tumbado boca arriba en el medio del aula de Encantamientos, empezaba a despertarse después de que entre Emma y Harry le habían aplicado el encantamiento aturdidor por quinta vez consecutiva.

— Podríamos aturdirla un poco a ella, o podrías utilizar a Dobby, Harry. Estoy seguro de que para ayudarte haría lo que fuera. No es que me queje... — Se
puso en pie con cuidado, frotándose el trasero. — Pero me duele todo...

— Bueno, es que sigues sin caer encima de los cojines — dijo Hermione perdiendo la paciencia mientras volvía a acomodar el montón de almohadones que habían usado para practicar el encantamiento repulsor. —¡Intenta caer hacia atrás!

— ¡Cuando uno se desmaya no resulta fácil acertar dónde se cae! — replicó Ron con enfado. — ¿Por qué no te pones tú ahora?

— No voy a lastimar a mi amiga, Ron—le dijo Emma.

— También soy tu amigo — replicó Ron.

— Cierto, pero tú eres... tú y Hermione es mi mejor amiga — dijo la castaña encogiéndose de hombros.

— Bueno, creo que Emma y Harry ya le han agarrado el truco — se apresuró a decir Hermione. — Y no tenemos que preocuparnos de los encantamientos de desarme porque hace mucho que son capaces de usarlos... Creo que deberíamos comenzar esta misma tarde con los maleficios.

Emma observó la lista que ambas habían confeccionado en la biblioteca.

— Me gusta la pinta de éste, el embrujo obstaculizador. Se supone que debería frenar a cualquiera que intente atacarme.

— Vamos a comenzar con él — dijo Hermione.

Sonó la campana. Recogieron los cojines, los metieron en el armario de
Flitwick a toda prisa y salieron del aula.