Tinta y pergamino

Capitulo 11

Durante los siguientes días, Eliza se sintió abatida. Sintió como si hubiera encontrado un espíritu afín en Riddle y estaba molesta por haberlo perdido. También significaba que quienquiera que estuviera en posesión de él ahora probablemente pronto sería poseído por él en su lugar. Eliza sabía que debía sentirse culpable por no destruir la amenaza mientras había tenido la oportunidad, pero no podía sentir nada más que una especie de tristeza por la pérdida de Riddle. No le gustaba pensar en lo que eso decía de ella durante demasiado tiempo.

Su corte era brillante, pero estos últimos meses solo habían enfatizado cuán diferente eran ella y Riddle. Parecía que los monstruos solo encontrarían verdadera compañía el uno en el otro. Sin embargo, Eliza se vio obligada a salir de su estado de ánimo melancólico cuando tuvo que atender urgentemente su casa. Porque para las vacaciones de Pascua había habido otro ataque del heredero de Slytherin. Esta vez fueron Hermione Granger y Penélope Clearwater.

Pero Penélope Clearwater había sido pura sangre.

Y eso lo cambió todo.

Su casa entró en pánico, comprensiblemente, y Eliza ni siquiera pudo hacer nada más que ofrecerles pequeñas palabras de consuelo. Ningún Slytherin había sido atacado hasta ahora, no se habían producido ataques en las mazmorras, muévete en grupos, todo estará bien pronto.

Lugares comunes vacíos. No tenía idea de lo que Riddle estaba planeando a continuación y eso la molestaba más que cualquier ataque.

Las semanas pasaron en tensa paranoia, los estudiantes fueron escoltados hacia y desde las aulas por los maestros y todos de repente se volvieron más cautelosos al doblar las esquinas. Todos sufrían de la peculiar sensación de que estaban siendo cazados. Pero incluso con el peligro que acechaba en los sagrados salones de Hogwarts, la vida continuó y pronto el verano se arrastraba sobre los terrenos, pero nadie encontró ningún placer en el sol de verano este año. Las caras de todos estaban dibujadas y tensas, incluso las de Slytherin estaban ansiosas. La noticia de que Dumbledore había sido destituido de su puesto como director solo aumentó aún más la preocupación y el miedo se extendió más rápido que nunca.

"¿Tuviste algo que ver con esto?" Blaise bromeó sobre la mesa en el desayuno cuando se dio la noticia.

"No, pero es un bono divertido", bromeó Eliza, pero todos pudieron escuchar cómo sus bromas habituales fracasaron. No importaba lo que Eliza hubiera tratado de decirse a sí misma, era innegable. Ella se había labrado un hogar aquí en Hogwarts y Riddle lo amenazaba con cada uno de sus movimientos.

Eliza no podía recordar la última vez que había sentido tanto miedo de lo que sintió ante la perspectiva del cierre de Hogwarts.

Todo llegó a un punto crítico a finales de mayo. Eliza y sus Slytherin estaban reunidos en la sala común, no muchos de ellos se arriesgaron a aventurarse más. Los años mayores estaban estudiando, pero algunos grupos alrededor de la habitación estaban jugando juegos de explosión y cosas por el estilo. No es la mejor técnica de distracción, pero al menos funcionó. La atmósfera casi relajada se interrumpió cuando la voz amplificada de McGonagall resonó en la sala común.

"Todos los estudiantes regresan a los dormitorios de su casa a la vez"

La orden se repitió y un tenso silencio cayó sobre la habitación. Todos intercambiaron miradas preocupadas y Eliza sintió que Daphne deslizaba su mano en la suya agarrándola con fuerza. No esperaron mucho hasta que Snape apareció en la puerta luciendo más cansado de lo que Eliza lo había visto antes.

"Es para mi profundo pesar que les informo que un estudiante ha sido llevado a la cámara", dijo Snape hablando seriamente sobre los jadeos ahogados que fueron liberados por la multitud "el expreso de Hogwarts vendrá a llevarte a casa a primera hora de la mañana".