Tinta y pergamino

Capitulo 30

"Parece que has vuelto a aparecer en primera plana, Potter", dijo Barty diciendo un número del profeta diario en Eliza cuando entró en su oficina. No estaba polijugoso como Moody hoy agradece a Merlín. Siempre era extraño escuchar la voz de Barty proveniente del viejo auror canoso.

Eliza puso los ojos en blanco y se desplomó en el cómodo sillón que había reclamado como suyo mientras miraba a través del Profeta. En la portada había una foto de Eliza y el kelpie (que ella había llevado en privado a llamar Nyctaeus) cuando acababan de llegar a los muelles. Tuvo que admitir que realmente fue una historia genial. Eliza no iba a decir que no a ser conocida como la domadora kelpie residente de Hogwarts.

"Bueno, esperemos que Voldemort no se mantenga al día con los papeles", comentó Eliza antes de devolverle el papel a Barty, quien lo atrapó con un graznido indignado.

"¿Por qué? ¿Estabas planeando ponerle el kelpie?" Barty preguntó sardónicamente.

"No, pero puedes ver a Tom en la parte posterior de esa foto, no querríamos que Voldemort se diera cuenta demasiado pronto", dijo mientras comenzaba a buscar en los armarios de Barty una cerveza de mantequilla de celebración. Su corte todavía estaba de vuelta en las salas comunes de Slytherin recuperándose de las resacas. Ella dudaba que siquiera se dieran cuenta de que se había ido. Además, ella realmente quería una cerveza de mantequilla y Barty era la única persona que conocía que los mantenía en stock.

Dejando escapar un victorioso 'ajá', Eliza agarró una cerveza de mantequilla y se quitó la gorra volviéndose hacia Barty, que había permanecido extrañamente en silencio, con una mirada culpable en su rostro.

"No mencionaste a Tom a Voldemort, ¿verdad?" Preguntó Eliza.

"¿No lo creo?" Barty chilló. Eliza debatió si valía la pena hechizarlo por unos momentos antes de suspirar tomando un sorbo de su cerveza de mantequilla.

"Lo suficientemente bueno"

Estaba tan cansada de los señores oscuros.

"¿No le dirás a mi señor, verdad?", Dijo Barty vacilante.

"¿Miedo de Riddle Barty?" Eliza dibujó.

"Jodidamente aterrorizado"

Eliza casi se atraganta con su cerveza de mantequilla.

La puerta se abrió de golpe, pero ni Eliza ni Barty fueron a buscar sus varitas: solo había una persona que podía desactivar las salas que tenían en la puerta de la oficina.

"Hola campesinos", dibujó Tom mientras entraba en la habitación y se acomodaba en la silla detrás del escritorio de Barty.

"Estás de muy buen humor", comentó Eliza levantando una ceja ante la sonrisa alegre y ligeramente maníaca de Tom.

"Acabo de descubrir cuál es la tercera tarea"

"¿Y a quién terminaste torturando por esa información?" Eliza preguntó con curiosidad antes de darse cuenta tardíamente.

"Karkaroff", dijeron los tres con diferentes niveles de exasperación.

"La copa se colocará en el centro del laberinto que estará lleno de todo tipo de trampas y criaturas peligrosas, lo que lo hará un poco más emocionante. Y Barty amañará la copa para llevarnos directamente a Voldemort, donde finalmente me recuperaré", explicó Tom con una sonrisa melancólica de su rostro.

"Lo que significa que Little Star vas a tener que comenzar el entrenamiento de duelo", dijo Tom y no había duda de la alegría sádica en su voz.

"Ya sé cómo batirme en duelo" señaló Eliza solo para molestarlo "Te gané en un duelo"