Abogada del Diablo (#9 Hijos de la Mafia)

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Valeria:

El oficial arroja los documentos sobre la mesa de interrogación. —Ahí tienes.

Los abro enseguida, casi hasta puedo leer el título "Clasificado" en ellos, por así decirlos, toda mi completa atención va hacia ellos y mientras paso las paginas una a una y tomándome el tiempo, el hombre a mi lado me recuerda las advertencias.

—Es todo a lo que tendrás acceso y no muchos tienen este acceso, si algo sale de esta oficina o se hace público, sabré que fuiste tú.

—Ya lo dije antes ¿Quiere atraparlo o no?

El suspira, tiene dudas.

—Debe confiar en mi como yo arriesgo literalmente mi vida al confiar en usted, oficial.

Me examina con la mirada. —¿Qué tanto paso durante tu tiempo con el diablo para desconfiar incluso de hombre con mi rango?

Encojo los hombros y sigo pasando los ojos. —Eso lo hace más sospechoso...¿Podre...?—Junto todo y cuando me lo levanto, me arrebata los documentos volviendo a ponerlos en su lugar.

—No acabaremos bien si seguimos así.

—No te los llevaras de aquí.

Respiro profundo. —Bien.

Vuelvo a sentarme y a revisarlo.

—Supongo que lo de ponerme supervisión de todos modos no servirá, si acaban muertos de todas formas.

—Serán más cautelosos.

—De igual forma lo sabrá.

—No puedo hacer eso. —Me responde. —¿Acaso no te preocupa no tener seguridad? Si no hay una razón solo vuelve a subir arriba de la lista como primera sospechosa.

—Tomare el riesgo de que crea eso. —Menciono. —Pero si desea más oficiales muertos, sigámoslo haciendo.

—¿Es una advertencia o amenaza?

—Solo digo lo que creo que sucederá.

No quiero más muertes en mi conciencia, desde que se metió en mi vida ha sido así.

Viktor, el secuestro de mi tía.

Los dos hombres de la patrulla que custodiaron fuera de la casa de mi tía, los dos hombres en el hospital...

No importa que...

Conocidos o no.

No más.

—El diablo no se tomó la molestia de llevarme con él, he tenido tiempo de pensarlo durante mi recuperación. —Suspiro. —Y por alguna razón pienso que no intentara ir por mí de nuevo.

No por ahora.

—No me confiaría.

—Yo no me confiaría en que el vendría por mí, imagino... sabiendo que me tendrá vigilada ¿Alguien como él se atreverá a caer en su anzuelo?

Se me queda viendo.

—Cerrare este caso y esto me ayudara. —Pongo mis ojos en él. —Para empezar, eso es lo que quiera yo.

Una sonrisa curva los labios del oficial. —¿Limpiar su nombre?

—Hasta hombres como el desean limpiar el suyo, no por ustedes. —Respondo segura. —La policía y lo que piensen sobre él no le importa, pero en el mundo del diablo si...

Me observa en silencio.

—En su mundo necesita estar "Limpio". —No tener errores, culpas que lo desprestigien o encargos inventados a su nombre. —Soy la abogada del diablo, oficial.