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Valeria:

—¡No, No! —Grito con fuerza y Kira me detiene. —¡Mi tía sigue...!

Y medio del derrumbe la veo correr junto a unos oficiales, el alma me regresa al cuerpo y sus ojos se iluminan al verme, sonrio con los ojos llenos de lágrimas.

—¡Sáquenlas de aquí!

—¡A correr, todos!

Les hélices de un helicóptero me hacen girar y también a Kira, a todos.

No es solo uno, son 3 y todos llevan ametralladoras.

Son del diablo...

—¡A un lado!

Me separo de Kira, me separo de mi tía mientras tratan de llevarme a un lugar seguro y ellos le disparan a los 3 helicópteros.

—¡Agáchate! —Me ordenan y busco a mi tía con la mirada, solo hay polvo, sangre que cae cuando son embestidos con esa arma.

—¡Ahora, arriba! —El soldado me ordena mientras dispara detrás de mí, sin embargo, soy testigo de cómo lo matan cuando sueltan una granada.

Piel, pedazos de cuerpos vuelan por los aires, hay más disparos y gritos de dolor.

—¡Sigan corriendo!

Otro soldado me guía, sujetándome con fuerza del brazo y tiene que dejarme cuando los hombres de ese helicóptero saltan del vehículo al estar cerca al suelo y empiezan a disparar de frente a cada uno de ellos.

Dos de los helicópteros aterrizan.

—Ten. —Me entrega una pistola. —Ahora vete.

Todo es un completo caos cuando miro a mi alrededor, los coches de la policía han estallado y aunque mire a todos mis lados, me encuentro en una dirección distinta a la que debieron tomar Kira, Dimitri y mi tía.

Mis manos reciben el arma, respiro profundo y ejerzo fuerza al sujetarlo.

—¡Vete, ahora!

Lo hago, corro adentrándome en el bosque espeso, cruzando hasta llegar a la autopista contraria, volteo cuando oigo una nueva explosión, el fuego llega hasta el cielo y las cenizas puedo verlas combinándose con el frio de Rusia, algunos árboles se han prendido y lo que hago es alejarme más.

He perdido mis zapatos y mi ropa esta rasgada, camino sin dirección por el trayecto que espero me lleve al pueblo más cercano.

Me trago lo que siento, el dolor de no poder salvar a esas chicas y lo cerca que estuve de ser una de ellas.

Quiero gritar

Y llorar.

Sin embargo, el diablo no me da tiempo de eso, la hélice del tercer helicóptero aparece desde atrás y me tiro al suelo protegiéndome, me sobrepasa y se detiene en frente.

Permanezco acostada sobre el suelo, viendo como Alek, Michael y por supuesto, el diablo, bajan de este, Nikolay tiene una mano sobre su estómago y en la otra lleva una pistola, sus manos se encuentran ensangrentadas y la mitad de su rostro una quemadura, que quedara como marca de este día.

Se para en frente, a unos metros de mí y sus dos hombres a su lado, ambos levantando sus armas a mi cabeza cuando el empieza a caminar hacia mí.

Me armo de valor y con toda la sobrecarga de adrenalina, me levanto y levanto conmigo el arma apuntando hacia el hombre de mi condena.

Ambos hombres del diablo le quitan el seguro a sus armas y el diablo da la orden de que se mantengan al margen.

—Te dije que no escaparías de mí.

Abogada del Diablo (#9 Hijos de la Mafia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora