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Hace tiempo que no iba a clases tan tranquilo y sin tener que manejar para llegar. Había sido una noche tranquila a pesar de todo. Cuando entró al salón donde le correspondía la primera clase del día rápidamente diviso a sus odiosos amigos, bueno a algunos de ellos.

- Buenos días bro. Te ves renovado. - mencionó Kirishima. El rubio sabía que no se quedaría con las dudas, alguien más se había atrevido a pescar su celular y responder una llamada, cuando era conocido por no gustarle que toquen sus cosas. - Parece que dormiste bien.

- Muy bien. - respondió dirigiéndole una mirada cargada de "será mejor que te mantengas callado". Pero sería imposible no tener que soportar preguntas, si no venían de Kirishima sería de Mina o Kaminari, a Sero le daba todo igual. A veces se preguntaba cómo es que sus amigos le habían hecho para entrar en la misma carrera que él. - Soy un adulto recuerdan... - dijo antes de que mina hablara.

- Lo sabemos pero fue extraño. Tu auto quedó en el campus. Tú nunca dejas a tu bebé abandonado.

- Y no lo hice. - soltó. Y técnicamente era verdad ya que el tampoco lo hizo.

Mina y Kirishima se miraron entre sí, eso solo significaba una cosa, salió a tomar y prefirió dejar su auto en el campus o, él durmió en las habitaciones del campus cosa que les parecía descabellado ya que no conocía a nadie a parte de Sero que tuviera una habitación perteneciente a la universidad. Nadie dijo nada más cuando vieron ingresar al profesor.

El tiempo pasó relativamente rápido al menos para Bakugou. Sus amigos siempre la pasaban mal por lo pesado de la carrera.

Todos se dirigían al café cuando vieron un tumulto de personas. - ¿Disculpa, haz visto a Bakugou Katsuki?

- No, pero debería estar saliendo de alguna clase. - le respondió de buena manera uno de los chicos.

- Tu no eres de aquí. - mencionó otro de manera coqueta. - Bakugou es muy solicitado.

- ¿No quieres venir con nosotros en ves de perder el tiempo buscándolo? - pero rápidamente su coqueteo fue detenido por la primera persona que le había respondido.

- Ya detente, lo incómodas. - dijo con desagrado. - disculpa a estos idiotas.

Bakugou y compañía seguían viendo y escuchando unos pasos atrás, Mina tenía mucha curiosidad por saber quién era la persona que buscaba a su amigo, y odiaba a los grandotes que tapaban por completo a la persona.

Katsuki por otra parte se estaba aguantando las ganas de darle una paliza a esos engendros del demonio que se atrevían a coquetear con el peliverde. Sin embargo, quería escuchar que tenía este para decir.

- No te preocupes. - le respondió al único amable del grupito de cuatro. Luego miró a los dos que le habían dicho estupideces. Al cuarto lo ignoro el no había dicho palabra alguna. - Y sí, no tengo dudas de que senpai sea una persona tan solicitada, con lo guapo que es a diferencia de ustedes ¿No lo creen? - y sonrió, sonrió solo como Izuku Midoriya podía hacerlo. Ese día no llevaba lentes y sus ojos hipnotizaron a esos chicos con lo lindos que eran. A pesar de que los acababan de insultar, técnicamente.

- Oi nerd. - eso fue suficiente para que el grupo se sobre saltara, incluyendo a sus amigos que no esperaban una intervención. - Ven aquí.

- Bakugou Senpai. - dijo tan pronto sus ojos hicieron contacto con los carmesí. - Al fin te encuentro, este lugar es muy grande.

- ¿Por qué no me llamaste? - preguntó a la vez que sacaba un mechón de cabello verdoso y lo ponía atrás de la oreja.

Sus amigos veían curiosos la escena, el rubio estaba siendo muy atento y cariñoso, y no insultaba como solía hacerlo. De pronto escucharon una risa por parte del desconocido, y wow nunca habían conocido a alguien que se ría tan lindo por causa de su rabioso amigo.

Solo Tú, Maldito Nerd.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora