XVI

217 21 3
                                    


— Deja de babosearlo — escuchó tras su espalda.

Y aunque parecía firme y estoica por fuera, por dentro era un caos, jamás había visto a su hijo ser tan cariñoso y pegajoso. Se sentía rara, no sabía cómo tratar al pobre chico que ahora lucía un fuerte sonrojo. Aunque claro, no era por ser hombre, más bien si le hubiesen presentado a una chica, tampoco sabría tratar con ella.

El punto es, cómo se debe interactuar con la pareja de tú hijo, como debe llamarlo.

— Um~ Yo... Me presento nuevamente, señora Bakugou. Soy Midoriya Izuku.

Ah~ es muy lindo ¿Cómo se habrá visto de niño? Oh. 

¿Tienen pensando tener hijos?

— ¡Vieja! — gritó, luciendo un leve sonrojo, sin embargo Izuku.

— a y'yo bueno.., me gustan los niños señora, pero creo que no hemos hablado de ello con senpai...

— Amor, no es necesario que le respondas, ella habla sin pensar. — suspiró, para después dirigirse a su madre que realmente no había pensando en lo que había preguntado.

Sí, definitivamente esto de ser suegra no se le daba bien.

— Vieja, Izuku solo tiene dieciocho años, no seas imprudente. Solo míralo — le dijo acunando el rostro del menor. — Parece un tomate ¿Acaso quieres que se desmaye de la vergüenza?

— Tienes razón, lo siento chico.

— Izuku está bien. — dijo con una sonrisa. — Será mejor que vuelva al set, los he retrasado mucho, con su permiso señora Bakugou.

— Oh, claro ve...

— ¡Amor me vas a dejar solo con esta vieja bruja!

Dios, parece un cachorro desechado ¿En dónde está mi hijo mujeriego?

— Sería bueno que hables con tu mamá, además... Eres una distracción senpai.

— ...

No puede negar que a ver visto a su hijo bajar el brazo que sujetaba a Izuku fue gracioso, parecía realmente abatido.

— No te rías.

Pero vamos, todos saben que eso es como un pase libre para reírse. — Creo que me cambiaron a mi hijo.

La risa de su madre lo estaba fastidiando más de lo normal. Pero no quería hacer otra escena sabiendo que su chico estaba tras esa puerta dando lo mejor de si.

— Ya puedes parar — suspiró, de paso sentándose en el sillón. — Fue suficiente vieja.

— Ok, está bien, pero si me cuentas como es que conociste a ese chi.., Izuku. — Corrigió, ya que había obtenido el permiso del mismo. — Y, no es por prejuicios pero, pensé que eras hetero.

— Yo... — Qué tanto podría decirle a su madre. Bueno algo era seguro. — Lo conocí el día de la graduación, se acercó, se confesó, y le dijo a mi heterosexualidad ¡Vete a la mierda! Solo para después no poder encontrarlo por dos años, y bueno ahora aquí estamos.

— mmh — sabía que no le estaban contando todo, sin embargo aceptaría su pequeña explicación. Porque para que su hijo ande así de enganchado, deben a ver pasado por mucho. — ¿Te hizo un amarre?

— ¿¡Qué!? — preguntó incrédulo. — ¡No!.. Aunque sería genial, debería embarazarme para yo amarrarlo a él.

— No digas estupideces — rió — Aunque por su parte sí es posible...

Solo Tú, Maldito Nerd.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora