XV

352 44 43
                                    


Mitsuki había abandonado su oficina tan pronto recibió la noticia de que su hijo estaba en las instalaciones.

Por voluntad propia.

Ya había perdido la cuenta de las veces que le había pedido que visite al menos las oficinas para que se familiarice con el personal y el trabajo. Pero nunca hubo resultados positivos. Siempre era un rotundo no, en palabras de su hijo "vieja no insistas".

Por otro lado no podía creer del todo las palabras de su esposo:

Querida, Katsuki... Está aquí por uno de los modelos. 

Primero tenía que verlo con sus propios ojos. Aviso a su secretaria que se ausentaría unos minutos. Y bajo al cuarto piso. Su esposo se encontraba al fondo apoyado en una pared, procurando de que todo salga bien y no hayan mayores percances.

También ubico rápidamente a su mejor modelo desde sus inicios, Inko Midoriya, quien se encontraba retocando el maquillaje, y las estilistas con sus otros vestuarios en mano.

Inko miraba directamente hacia el set, y ahí lo vió, a su hijo apoyando al modelo.

Amor, lo haces muy bien. — escuchó la voz de su hijo a lo lejos.

Senpai, ¡Basta!, me pone nervioso.

Oh, esa salió increíble — dijo acercándose al fotógrafo, quien parecía disfrutar el fotografiar al pecoso. — Después me pasa esa foto, la quiero de fondo de pantalla.

— ¡Senpai!

El fotógrafo solo rio al ver a ambos jóvenes, asintiendo hacia el cenizo a pesar de que el pecoso le decía que no acepte.

— Muy bien Izuku, puedes ir a cambiar tu vestuario, volveremos con Inko.

— ¿Cómo salieron? El chico es muy bueno. — preguntó alguien del personal a cargo de la sesión.

El fotógrafo asintió. — Las fotos salieron mejor de lo que pensaba, es muy versátil, y capta rápidamente lo que le pido hacer. Además de su físico, sin duda se verá bien con lo que se ponga.

— Claramente. Es mi hijo. — Dijo fuerte y claro. — Pero, Katsuki kun, estoy realmente agradecida de que lo hayas convencido.

— En realidad, no hice mucho. — admitió, porque lo único que había hecho era escucharlo. Escuchar sus razones de porqué se negaba.

— ¿Yo debería agradecerle a ese chico por hacerte venir? — interrumpió mitsuki.

— Vieja — Susurró el cenizo. Viendo que Izuku ya salía con el nuevo vestuario.

— ¿Y tú, no harás de modelo?

Katsuki pareció ver un lindo brillo en los verdes de su novio. — ¿Senpai va a modelar?

— Amor... Quizás en otra ocasión. — pensaba negarse al estar en presencia de su madre, pero no podía negarle nada a esos lindos ojitos.

— No piensas presentarme...

Katsuki suspiró, tomando de la cintura al menor, pegándolo a su cuerpo.

— Izu, amor... Ella es, la vieja bruja de mi madre. Y, la dueña de todo esto.

La mayor sonrió al ver el rostro perplejo del pecoso. — Y, el es Izuku, mi novio.

— Senpai... — El cenizo tembló, porque la voz del menor sonaba tan autoritaria. — ¿Conocías este lugar?

— Amor yo...

— ... Es un gusto conocerla señora. Sin embargo, me daría un momento para poder hablar con Bakugou Katsuki— La mayor asintió, y el se alejo, caminó nuevamente hacia un camerino.

— ¿Bakugou katsuki? Mierda, realmente... joder.

— Buena suerte hijo — Dijo la mayor intentando ocultar su sonrisa maléfica. Ese chico le había caído bien.

Sin darse cuenta el lugar había caído en un silencio algo incómodo, no solo por qué ella siendo la jefa estaba ahí, también porque habían estado en presencia del hijo de esta.

Mitsuki suspiró viendo al piso cuando de repente nota unos pies acercándose.

— Mitsuki San — oyó esa voz tan característica, firme pero suave. — A sido una sorpresa enterarme que Katsuki Kun es su hijo.

— Bueno su identidad siempre la he ocultado. Pero me sorprende aún más que nuestros hijos...

Inko se veía lista para volver a su trabajo, sin embargo al notar que el lugar se había vaciado considerablemente siguió hablando sin importar quien escuchase.

— A mi realmente, se me hace muy linda su relación. — Respondió la peliverde sin dejar de ser el foco de atención de la cámara frente suyo. — Hace unos meses se me presento Katsuki como un simple senpai, al parecer ya dieron ese paso extra.

— Bueno, no digo que este mal. Solo, es la primera vez que Katsuki nos presenta a alguien.

Inko sonrió, decidida a bromear con su jefa. — ¿Mi hijo no le parece un buen candidato para Katsuki kun?

El fotógrafo vió de reojo la reacción de la rubia. — ¿¡Qué!? No!, No es lo que quise decir, me pareció un chico muy lindo...

Inko estallo en risas.

— Es bueno saberlo. Además, pueden llegar a tener hijos — Inko parecía pensativa. — Oh dios, que lindos serían sus hijos.

— ¿Izuku es...

La peliverde asintió. — Doncel, sí.

.      .      .

Izuku se sentía confundido y quizás engañado. El mayor conocía el lugar donde trabajaba su madre, seguramente conocía a todos ahí y no había dicho palabra.

— No. Amor, te conozco y no es lo que crees. No es lo que seguramente estás pensando.

— Entonces dime.

El mayor suspiró, no tenía mucho para decir. — Izuku, bonito. A pesar de que mi madre es la fundadora yo nunca me involucre lo suficiente como para saber quiénes son sus modelos. Jamás había pisado este lugar. Me negué incontables veces. Es la primera vez para mí también, me sorprendió saber que tu madre era modelo de mi vieja, pero si te decía..., seguramente te ibas a arrepentir en el último minuto. Tenía miedo de encontrarme con alguno de mis padres porque, bueno joder nunca hablamos de conocer a los padres del otro formalmente. Llevamos a penas dos meses y diecisiete días como novios, pensé que sería muy pronto, pero no pensé encontrarme con que mi padre era el encargado de esta sesión de fotos.

Después de un nuevo suspiró agregó. — Mi vieja siempre a ocultado mi identidad. Saben que tiene un hijo, pero no saben quién es. Además, sabes que ya no vivo con ellos, no estoy al tanto de su trabajo.

— ¿En serio no sabías nada?

Asintió. — Estoy seguro que tú sabes mucho más sobre modelos y moda que yo, realmente es algo que no me interesa, aunque estoy estudiando para algún día dirigir está cosa.

De pronto las piernas del menor parecían gelatina, Katsuki rápidamente lo tomó entre sus brazos para que no cayera.

— Dios mío, no puedo creer que conocí a tus padres...

Katsuki solo pudo sonreír, llenando de besitos la cara pecosa del menor.

Unos minutos más tarde le dijo.

— Por cierto, amor. No me vuelvas a llamar por mi nombre completo..., da miedo.























.

Espero les haya gustado 🫠

Solo Tú, Maldito Nerd.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora