Cuando los rehenes de las jaulas despiertan, la tierra tiembla en medio de la brisa que trae sonidos robados de carretas y caballos. Hay gente de todo tipo desarmando las carpas, pero nadie se siente aliviado al ver desaparecer el campamento militar, porque al mismo tiempo cientos de guerreros van pasando, cargando cosas en carretas, otros empuñan espadas y lanzas guiando compañías pequeñas por la región, pero siempre se dirigen a la misma dirección, el norte.
Inmediatamente Izuku se levanta, esquiva las preguntas de Kota para saber porque estuvo llorando de nuevo y en cambio, se justa la ropa para luego agacharse frente a su hijo. Sus manos toman sus zapatos para justarlos bien a sus pies y meter sus pantalones dentro.
Kota se enoja cuando Izuku no le dice porque tiene lagrimas secas en sus mejillas, ni porque sus ojos se ven tan cansados y rojos, así que hace algo que solo vio una vez con su padre.
Izuku jadea cuando siente el olor leñoso junto a las manos pequeñas de Kota. Ambas descansan sobre su rostro, mientras lo observa serio. – Iz..Mamá, no pasa nada ¡No estoy asustado, entonces tu tampoco!- el omega esboza una sonrisa rara, tanto por el nombre como por el aroma que hace cosquillas en su nariz. El olor le recuerda a su padre, madera, nuez moscada y flores. Entonces se rinde a sus emociones y descansa la cabeza sobre el hombro de su hijo, nostálgico y feliz, porque esta es la primera vez que puede oler sus feromonas como alfa y porque hay cierta liberación cuando se da cuenta que siempre quiso escuchar esas palabras al tiempo que tenía miedo de eso.
-Lo siento mucho, soy yo el que tiene que cuidarte
-No todo el tiempo- se queja Kota mientras lo abraza para ocultar las pequeñas lagrimas que se le escapan- padre dijo que ya soy grande.
-Es verdad, estas creciendo mucho– dice Izuku limpiándose las lágrimas y los mocos, Kota refunfuña y se queja que es asqueroso, pero igual se acomoda y lo abraza tanto como lo permiten sus brazos.
Izuku acuna su cuerpo mientras se regocija en las feromonas de su hijo, deseando memorizar a fuego en su mente este momento, en que el niño por fin deja atrás el olor de sus padres para ser su propia persona. Por un momento casi lo olvida, la vida de ambos termino en el mismo momento en que fueron capturados en el bosque, así que ahora, aunque sea doloroso disfrutará de cada momento de paz mientras puedan.
Las horas pasan sin que nadie explique qué está pasando, pero a su alrededor las carpas desaparecen, y con ello ven grupos de omegas portando espadas, jóvenes de diferentes castas acarreando bultos hasta que solo quedan las carretas que avanzan con la carga de las carpas y provisiones para la guerra. Trabajaron rápido y antes de que puedan sospecharlo la primera jaula comienza a ser desalojada.
Una beta los saca de a uno por vez para atar una soga a sus cuellos a modo de collar, con un cabo largo que luego usan para amarrarlos a una vara de unos 3 metros tirada en el suelo. Cuando terminan, los obligan a levantar la vara y ponerla sobre un hombro, luego los hacen marchar en fila. Al llegar el turno de Izuku, madre y cachorro se tensan, asustados de que esta vez vallan a separarlos. Uno de los soldados bufa molesto, tiene la espalda ancha y es bastante grande pese a su casta, es el primero en acercarse a ellos con una cuerda en la mano, mientras otro los rodea por detrás.
-Ataré al mocoso a tu pierna, pero si se cae, llora o intenta escapar, yo mismo me encargaré de él- dice gravemente. Izuku descubre su cuello ante el tono de voz y acepta las condiciones. La cuerda que los une los separa por poco más de medio brazo, pero es suficiente para que puedan caminar sin estorbarse mutuamente.
El sol se extiende alto, cálido, repartiendo energía a los cuerpos entumidos por el miedo. La hierba y las flores de finales de primavera se mecen con la brisa cálida y ellos transitan entre sus hojas. A veces la hierba es áspera otras son frías, húmeda con el rocío de la mañana.
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Hijo del este
FanfictionUna historia perdida hace mucho tiempo, oculta en la sangre de quienes una vez juraron nunca olvidar. Izuku se ve atrapado como un botín de guerra junto a lo único que queda de su familia. Pase lo que pase tiene que sobrevivir por él y su hermano pe...