La clase había terminado, así como mi tortura, Kenma y Bokuto me habían tranquilizado, quería matar a Kageyama Tobio, al salir de clases escuchabas murmullos a mi alrededor. Hasta que Kenma llegó hacia mí corriendo, parecía preocupado de algo.
Este saco móvil y me lo mostró, estaba el video donde salíamos Kageyama y yo en el aula del Profesor... No, no, no ¡Mierda!
Estábamos ambos, Kageyama tenía metida una de sus piernas en medio de las mías y hacia fricción en mis partes, donde claramente se veía como intentaba quitármelo de encima y este hacía aún más fuerza.
Corrí hacia donde creí que se encontraban esos 5 idiotas, en la cafetería, donde siempre iban a la hora del almuerzo.
Llegue hacia ellos con Kenma detrás siguiéndome, pidiendo que no lo hiciese, cuando estaba enfrente de Kageyama, que me miró de manera extraña, al igual que los demás, mi rabia incremento...
—Hey... Que haces aquí, hormi... —No le había dejado terminar su frase, ya que le había dado una buena bofetada en la mejilla, que seguramente dejaría una marca horas más tarde. —¡¿Qué carajos?! —Exclamó enojado.
—¡Por tu culpa todo el maldito instituto está hablando de mí! —Chille, haciendo que algunos volteasen a ver por el escándalo.
Kenma llegó detrás de mí y le mostró a los 5 el video, estos quedaron estupefactos al ver tal cosa, el ceño de Atsumu frunció y los demás se burlaron de mí, menos Kageyama. Quien veía con una sonrisa arrogante la escena.
—Genial, ahora todos los de aquí saben que eres una puta y estás a sus servicios, tal y como lo muestra el video. —y así río con sus amigos para volver a poner el chupete en su boca.
—¡Eres un maldito, con razón tu exnovia prefiero a alguien más que a ti! —Grite con todas mis fuerzas, toda la maldita cafetería me había escuchado y algunos estudiantes estaban riendo, tal parece que recordaron esa vergonzosa escena.
Kageyama se levantó de golpe y me tomó por el cuello de la camisa, luego me dio una vuelta y quedé de espaldas hacia el, tomando mis brazos para así colocarlos atrás y haciendo que me inclinase y caer de cara a la mesa.
—Tú... Maldito mocoso, voy a destruir cada hueso de tu pequeño cuerpo —Gruño, mis muñecas empezaban a doler demasiado.
—¡Ya déjalo en paz! —Kenma se abalanzó sobre Kageyama, que gracias a eso pude soltarme de su agarre. De pronto se escuchó la puerta abrirse de golpe y ahí estaba, parado el director, quien nos miraba furioso.
—¡Shoyo Hinata, Tobio Kageyama, vengan a mi oficina ahora! —Grito furioso.
Mierda, estoy perdido... Mi tercer día aquí y ya estoy en la oficina del director, maldición...
Los presentes de la escena quedaron callados, ¿Por qué siempre hacen lo mismo? Toque mis muñecas que aún dolían del fuerte agarre del azabache, estaban rojas y mis manos estaban temblando, será por el pánico. Era lo más seguro, voltee a ver a Kenma quien tenía una expresión de preocupación, sonreí dando a entender que se relajará y que todo iba a salir bien, camine directo a las puertas de la cafetería, donde se encontraba el director para así llevarnos a su oficina.
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—Bien... Ahora quiero que me expliquen, ¿qué se supone que estaba pasando en la cafetería? —Sus dedos estaban enredados entre sí, mientras ponía los codos sobre su escritorio, mirándonos seriamente.
—Bueno... Verá, lo que paso fue...
—Shoyo y yo estábamos jugando —Fui interrumpido por Kageyama.
—¡No es cierto, gracias a ti todo el instituto anda creando rumores falsos de mí!
—¿A qué se refiere joven Shoyo? —Inquirió.
—Bueno... Le mostraré el video que nos tomaron. —Saque mi celular del bolsillo y lo levante hacia el director —, juro que no es lo que parece... Bueno, o sea... si estaba pasando eso, pero ¡Kageyama me estaba obligando a hacerlo, ahí se ve claramente como intentaba quitármelo de encima y este hacia su agarre más duro hacia mi cuerpo!
—Joven Kageyama... ¿Me puede usted explicar por qué hizo una barbaridad como esta?
—Estaba aburrido... —Estableció de una manera en que indicaba de la poca importancia que le daba al asunto, mis mejillas se tiñeron de un color rojo de la furia. Quería matar a este idiota y dárselos a los cocodrilos —, además... ¿A usted que? Mi padre es el dueño de este lugar, puedo hacer lo que se me dé la gana básicamente.
—Siento decirle esto, pero su padre mi pidió que le comunicara el siguiente aviso... —Exclamó, haciendo un sonido gutural. —El joven Tobio Kageyama ya no será tratado de la misma manera, como su padre y dueño del instituto le ordenó al director poner orden en mi hijo... Ya que quiero que aprenda a comportarse de manera decente de una vez, espero ejecute mis indicaciones, gracias... ATT, El señor Kageyama.
—¡Eso debe ser una jodida broma! —Kageyama tomo el papel que sostenía el director y se lo arrebato de las manos, vi como leía cada parte de aquel papel, de una manera muy preocupada. Hasta que por fin llegó al final y vio la firma de su padre. —¡Maldita sea papá!
—Muy bien... Ahora les asignaré sus castigos... Por cuatro semanas completas, se quedarán a limpiar tanto el salón, como el gimnasio y necesito que quede impecable, también ayudarán con la decoración para el baile que tenemos organizado el instituto, así que trabajen duro y eso es todo, ya pueden retirarse.
Suspiré y baje mi cabeza, me levante de la silla y me dirigí hacia la puerta de salida, pero Kageyama me dio un empujón que hice chocar contra la pared. Jadee de dolor y lo mire de manera asesinan, luego le empuje para así yo terminar de abrir la puerta y salir de ese horrible lugar, este bufo y ambos seguimos caminando en silencio, un muy incómodo silencio.
—... Entonces, te veo más tarde, no llegues tarde si no quieres recibir un golpee de mi parte —Camino aún más rápido, puse mis ojos en blanco, su arrogancia en verdad me repugnaba.
Después de lo que paso pude hablar con Kenma y Bokuto, ellos estaban molestos, ya que pensaban que no era mi culpa, sino la del idiota. Pero no podía hacer nada, conté lo de su padre y los tres reímos, al fin pudo tener algo de su merecido.
Las clases habían pasado y yo me tenía que quedar en el salón de clases y Kageyama aún no había aparecido, idiota ¿Y decía que era yo el impuntual? Comencé yendo al almacén, donde se encontraban los productos de limpieza. Intenté abrir la puerta, pero me era imposible, parecía como si estuviese asegurada desde dentro, pregunte al conserje si tenía alguna llave para abrir y este amablemente se las dio.
Al abrir quise ya no querer vivir... ¡Kageyama estaba teniendo sexo con un chico justo en ese momento! Ambos estaban desnudos y gimiendo, maldición, al verme se quedaron en un completo silencio, como si esperarán a que yo dijese algo. Pero no tenía nada que decir, abría mi boca y lo que saldría de ella sería vómito.
—Que... ¡Mierda! —Dije al fin, tapándome los ojos y dándome vuelta, dejándoles algo de "privacidad" aunque ya les había visto hasta su alma en ese momento, el chico con el que estaba no era de mi clase, seguramente era de años menores, ya que nunca lo había visto.
—La próxima vez no te metas en lugares donde estén cerrados, si están cerrados será por algo ¿No crees? —Ironizó el azabache, terminando de colocarse su uniforme.
—I... Idiota, si vine aquí fue porque necesitaba cosas para limpiar el aula, ya que alguien no llegó a hacer su maldita obligación.
—Solo necesitaba correrme, ya iría... Debiste haberme esperado.
—¡Mira estúpido no eres nadie para mí como para...! —Me gire, solo tenía sus pantalones puestos, dejando su pecho al descubierto. —¡Mierda ponte algo!
—Tranquilizate... ¿Tendrás una erección al verme así? —Dijo de manera burlesca.
—¡Maldito idiota, no llegues más tarde! —Chille para así lanzarme a correr, mi cara estaba totalmente roja, no podía dejar de imaginar a Kageyama desnudo y eso me estaba matando.
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Mi gente perdón por tardar en subir, se me había olvidado que era sábado JJAJSJAJAJAJSD pero aquí está!
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The Lavender Flower [KAGEHINA]
RandomShoyo era un estudiante becado gracias a su increíble habilidad en el deporte de voleibol, también por sus notas. Había dejado todo atrás para entrar al Karasuno, incluyendo a su familia, que consistía en Natsu, su hermana, fue a vivir con su mejor...