—Esto... ¿A ti no te afecta? —Le pregunté, mirándole extrañado.
—Pues a decir verdad... Me acostumbré, cuando salía con Kuroo, él siempre me llevaba a fiestas. Por lo tanto, me acostumbré a este ambiente tan asqueroso, solo vine porque tú querías —Explico, terminando su ponche.
Mire a Kenma, examinando su rostro, en verdad había cambiado desde que lo conocí, cuando éramos niños él solía estar callado la mayor parte del tiempo, no es como que hable mucho ahora... Pero antes el único amigo que tenía, era yo... Ahora parece que ha conseguido muchos. No pude evitar sentirme como un padre orgulloso.
Sonreí al recordar muchas cosas que hacíamos juntos de pequeños y este pareció notar mi sonrisa, ya que me miró con una expresión confundida, buscando alguna respuesta de mi parte.
—¿Qué pasa? —Inquirió.
—No es nada, es solo que... Cuando éramos niños, tú nunca hablabas con nadie más, quien hubiese imaginado que terminarías cambiando al final. Me siento orgulloso... —Mi rostro ya no estaba cabizbajo, ahora alce la mirada para enfocarme en Kenma, dándole una sonrisa sincera.
—Gracias... —Masculló, pude notar que sus mejillas se coloraron un poco rojas, pues parece que le había puesto avergonzado al decir que estaba orgulloso de él —, tú también has cambiado... —Dijo tomando otro vaso lleno de ponche.
—¿A qué te refieres? —Arqueando una ceja le miré más detenidamente, esperando ansioso su respuesta.
—Bueno... Es que si lo digo puede ser un poco incómoda —Él me miró de nuevo y pareció percatarse de que esperaba su respuesta más que nada en ese momento, suspiro y abrió la boca para hablar —. Tú antes estabas rodeado de personas... Pero repentinamente te volviste más tímido e inseguro.
Mi respiración se volvió un poco más agresiva de repente, pero rápidamente me relajé —Bueno, quizás sea por todo lo que ha pasado... —Intente desviar el tema con otra cosa, para no hablar de lo sucedido en mi vida últimamente.
Kenma no insistió más con el tema y lo dejo pasar. Fui a baño para hacer mis necesidades, al salir me lave las manos como es costumbre y las seque con papel higiénico, al salir del baño no encontré a Kenma por ningún lado. Algo que me puso nervioso.
Empecé a buscarlo en la multitud de gente, pero me era imposible encontrarlo con mi baja estatura, más la de él... Me costaría un montón. Seguí caminado por la gente, algunos ni siquiera se fijaban que iba pasando, por lo que pasaba chocando con ellos, hasta que sentí como alguien tomaba mi mano y me arrastraba lejos de la multitud, era Miya Atsumu.
—Tú... —Dije en medio de un suspiro de alivio.
—¿Yo? —Arqueo una ceja de manera coqueta y su sonrisa maliciosa no tardo en aparecer en su rostro.
—¡¿Por casualidad has visto a Kenma?! —Le pregunté en un tono de voz alto, ya que por la música era casi imposible que me escuchase.
—Mierda... Casi no puedo escucharte, ven, sígueme —Tomo mi mano sin esperar mi respuesta y me llevo con él al segundo piso, nos acomodamos en un pasillo solitario. Me sentía tan aliviado al no estar rodeado de mucha gente —. Bien, ¿qué era lo que me decías allá abajo?
—Te pregunte si habías visto a Kenma en alguna parte —Le mire, esperando una respuesta afirmativa.
—Ah... Él... Bueno, no sé si debería de decírtelo —Paso su mano por su nuca, se le notaba que se había puesto un poco incómodo ante la situación.
—¿Por qué no? —Mi ceño por instinto se frunció, me acerque más a él, esperando que accediera a decirme lo que pasaba.
—Bueno verás... Es complicado...
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The Lavender Flower [KAGEHINA]
RandomShoyo era un estudiante becado gracias a su increíble habilidad en el deporte de voleibol, también por sus notas. Había dejado todo atrás para entrar al Karasuno, incluyendo a su familia, que consistía en Natsu, su hermana, fue a vivir con su mejor...