With love Olivia (Carlos S. Jr.)

01-El diablo viste a la moda

A veces, cuando a Olivia le daba ganas de asesinar a Carlos, hacía una lista mental de las cosas que amaba de su trabajo.

Amaba viajar por el mundo, probar nuevas comidas, organizar itinerarios, hospedarse en los mejores hoteles y ver desde el paddock cada carrera, así como el jugoso bono navideño que su jefe le daba.

—Piensa en el bono— Se dijo a sí misma, mientras caminaba a la habitación de hotel donde estaba Carlos.

Muchas chicas soñaban con su empleo, de eso estaba segura, y de cierta forma le encantaba que fuera así.
Le gustaba que la envidiaran, que la vieran, y dijeran —Quisiera ser esa chica.

Pensar en eso le daba un poco de consuelo.
Si acaso esas chicas supieran la tragedia que era el trabajar para Carlos, no la envidiarían ni un poco. Es más, la compadecerían y le alzarían un monumento en su nombre.

Después de 5 minutos de caminar entre pasillos y puertas de hotel, Olivia finalmente llegó a la habitación del piloto.

Al parar frente a la puerta espero un momento, tomo aire, pensó en su bono nuevamente y finalmente toco.

Pasaron 10 segundos para que la puerta se abriera.

—Tardaste más de 20 minutos— fue lo primero que dijo Carlos.

—Una disculpa señor, hubo una confusión en la entrega del pedido y tuve que hablar con el gerente.

Por hablar, Olivia se refería a gritarle a un hombre de mediana edad, pequeño y regordete, que gracias a la castaña termino llorando.

—¿Y eso por qué debería interesarme? Yo quería comer hace 20 minutos.—Replico el madrileño, mientras se recostaba en el marco de la puerta.

—Estoy consiente de eso señor, pero le prometo que la espera valió totalmente la pena. Escuche que el restaurante tiene 4 estrellas Michelin.

—¿Solo 4?

El ojo le comenzó a saltar a la asistente.

—Lamentablemente así es, pero escuché que la quinta estrella pronto les será otorgada, no tiene nada de que preocuparse.—contesto Olivia con el tono más pasivo agresivo que Carlos había escuchado salir de sus carnosos labios.

A él no le importaba la comida, de hecho ya había cenado, pero amaba hacer enojar a su asistente. No sabía por qué o desde cuando, pero era su parte favorita del día.

—En hora buena, una quinta estrella no es fácil de conseguir...—Comenzó a decir el chico con una sonrisa en su rostro y estirando la mano para que le diera la bolsa con comida.

Olivia casi suspira del alivio ante su respuesta.

—Pero...— oh no, pensó la chica — yo quería comer hace 20 minutos, no ahora, además tengo planes. — dijo el piloto mientras retiraba su mano e intentaba salir de la habitación

—Eso no es cierto señor— dijo Olivia con una sonrisa mientras se paraba frente a él y le impedía el paso.—Usted no ira a ningún lado, el itinerario ya está lleno

—¿Disculpa? No te estaba pidiendo permiso.

—Yo no esperaba que usted lo hiciera— contesto la chica mientras con algo de miedo, lo  empujaba dentro de la habitación y le  bloqueaba totalmente el paso.

—¡¡Oye!!, ¿Qué rayos pasa contigo Olivia?— Grito Carlos sorprendido por el comportamiento de su asistente.

Ella solía ser intimidante, pero nunca lo había tocado y mucho menos empujado.

—No saldrás de esta habitación— Sentencio la chica, sin mostrar un solo gramo de su miedo

—¿Por?, según sé, soy un hombre libre, capas de tomar sus propias decisiones.