De Nada a Todo // Ander Muñoz

De Nada a Todo - Coñazo

Comenzó a sonar la alarma por toda a mi habitación, haciendo un gran eco. Me levanté y fui hacia el baño para lavarme la cara, después volví a mi habitación y comencé a cambiarme para irme a las Encinas.

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Entré a la cafetería y me senté mientras escuchaba música y cogerme de la máquina expendedora un café con leche y sentarme en una de las mesas altas.

—Hola Noe. —escuché de lejos— Noe, mierda que lleva auriculares. —sentí como alguien me quitaba el auricular de la oreja— Noelia, te estaba llamando.

—me giré y me encontré con Guzmán regalándome una sonrisa— Hola Guzmán, ¿Qué haces aquí tan pronto?

—Nada, he venido porque sabía que ibas a estar aquí como siempre. ¿Cómo estás?

—Bien la verdad, ayer pude olvidarlo un poco todo.

—Ander me contó todo lo que pasó.

—Bueno, pues entonces no te tengo que contar ya lo que pasó.

—¿Te lo sabes ya? —me preguntó, lo cuál me desconcertó bastante.

—¿El qué?

—El examen de matemáticas. —habló obvio.

—Mierda, —murmuré mientras pasaba mis manos por mi cara— se me ha olvidado joder.

—Tranquila, tu ponte al lado mía en clase.

—Gracias Guzmán. —le regalé una sonrisa.

—De nada Noe. —sonrió.

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—Joder... —susurré mirando la tablet con los ejercicios de matemáticas.

—Te cambio la tablet. —susurró Guzmán.

—¿Cómo me la vas a cambiar?

—Tu espera.

Sentí como alguien se levantaba e iba hacia la mesa de Martín, al verle pasar por mi lado vi que era Ander, al parecer tenía una duda del examen, pero más bien creo que escuchó la conversación entre Guzmán y yo. Y ahí fue cuando él comenzó a cambiar las tablets los más rápido que pudo. Después de cambiarlas segundos después Ander volvió a su sitio y al pasar por nuestro lado nos guiñó el ojo.

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—Mañana es la fiesta bitches. —habló Lu con felicidad.

—No sé porqué te hace tanta ilusión Lu, es una fiesta como las demás. —hablé sin mucha ilusión.

—Vamos Noe, te lo pasarás bien, joder. —me dijo Polo mientras pasaba su brazo por mis hombros.

—No sé, no me apetece ir de fiesta. Creo que me quedaré en casa. —comenté mientras le daba un sorbo a mi botella de agua.

—Vamos hermanita, sabes que lo necesitas. —insistió mi hermana.

—No Lu, me apetece tener tiempo para mi.

—Sabes que vamos a acabar convenciéndote, ¿a qué si Valerio? —volvió a hablar mi hermana.

Ellos sabían que era difícil convencerme para cualquier cosa, pero harían lo posible para convencerme.

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