De Nada a Todo - Helado

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Sentí todo su cuerpo pegado al mío mientras me besaba y sus manos recorrían cada centímetro de mi cuerpo, se deshizo de mi parte superior del bikini con rapidez y furia, bajó directamente los besos y mordidas ahí, mientras que yo apoyaba mi cabeza en el borde del jacuzzi intentando controlar mi respiración, estaba deseando que entrara ya en mi, y todo por culpa de hacerme eso hace un par de minutos, se separó de mi y se quedó quieto para mirarme en silencio durante unos segundos, los cuales no dudé en empujarle y tenerle debajo mía mientras le besaba el cuello con alguna que otra mordida y restregar todo mi cuerpo con el suyo haciendo chocar aposta nuestras intimidades.

—Estás muy subidita hoy eh. —escuché a Ander decir mientras me agarraba de las caderas para que parara de moverme encima de él.

Me aparté de él y me volví a sentar, pero esta vez alejada de él, me hundí en el agua y salí para tener ya mi pelo mojado, y encontrándome con Ander simplemente con su ropa interior que llevaba bajo el bañador.

—Pensaba que no querías que siguiera. —le dije con una sonrisa sincera mientras pasaba mis manos por mi pelo recién mojado.

—No quiero, lo necesito.

Se abalanzó de nuevo sobre mí y me besó con intensidad y furia haciendo que el ambiente se volviera más sexual de lo que ya era.

Nuestras lenguas jugaban, o más bien luchaban con la otra para ver quien conseguía el control del juego, sus manos sujetaban mi trasero mientras me pegaba contra su cuerpo entero sintiendo cada parte de su cuerpo junto con el mío. Mientras que las mías sujetaban su pecho y a veces arañaban a este. Los dos queríamos estar unidos al otro, pero a la vez queríamos hacer sufrir al otro, simplemente que nuestras intimidades rozaran hasta que alguno de los dos se rindiera y se follara al otro con las mismas ganas del que había ganado.

—Te voy a hacer mía ya, no aguanto más tía.

Se separó de mi para buscar algo en el césped y volver a ponerse en la posición de antes, se puso el condón y me quitó lo único de ropa que me quedaba.

Enseguida entró en mi, haciendo que soltara un gemido que fue tapado por su mano, enrollé mis piernas en sus caderas y le dejé el sitio suficiente para poder entrar y salir con facilidad. Se escuchaba el agua moverse y chocar con nuestros cuerpos sin parar, sus embestidas provocaban que chocase con el hinchable sin parar mientras que me besaba con desespero igual que yo a él.

☆☆☆☆☆☆


Ahora estábamos sentados en un sofá del jardín de Ander, él con su bañador de nuevo y yo con mi bikini, cada uno con una toalla y el pasando su brazo por mis hombros mientras mi cabeza estaba apoyada en su hombro, ninguno hablaba, era un silencio cómodo y tranquilo para ambos, un silencio que necesitaba bastante.

—Oye Noe, ¿puedo preguntarte algo? —escuché a Ander hablar.

—Ya lo has hecho. —reí.

—¿Te gustaría salir conmigo?

Al escuchar esa pregunta sentí como mi corazón empezó a latir sin control, me había hecho la pregunta.

Esa pregunta que esperaba que saliera de su boca pronto, esa pregunta que quería que me dijera, esa pregunta que pensaba que nunca me diría.

—me separé de él para mirarle a los ojos, encontrándome con su cara completa de preocupación, la cual me provocó algo de gracia— Claro que quiero Ander.

En cuanto escuchó eso sentí como me tumbaba en el sofá y empezaba a darme besos por toda la cara mientras se reía como un niño pequeño para después contagiarme la risa y pedirle que parase, lo cuál conseguí, pero se quedó encima mía mirándome a los ojos con una sonrisa.

De Nada a Todo // Ander MuñozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora