Débil 1.3

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Las escarpadas montañas, con débiles líneas como olas surgiendo de las cimas. Un lago profundo y oscuro junto al habitual ruido de las cigarras producían una abrasadora tranquilidad y, debajo de aquel lugar se escondía un caótico ser de destrucción. Eso recordaba Shimizu.

- Así que, ¿eres la hija del profesor Yaga? -preguntó Shoko acercándose a la chica.

Ieiri se detuvo un instante al ver sus ojos cristalinos, aún decidida se acercó para sentarse en el césped junto a ella. ___________ seguía de pie en la copa del árbol. Miro por el rabillo del ojo a la recién llegada, no sabía nada de ella y desconocía sus intenciones, por lo que fue precavida con sus palabras. En verdad, esperaba estar sola un momento pero al ver que aquella castaña no tenía intenciones de irse cerró los ojos esperando que no soltase alguna lágrima.

Shoko se volvió para mirarla.

- Lo siento, debería presentarme. Soy Ieiri Shoko. ¿Y tú eres...?

Shimizu vaciló. ¿Por qué me lo pregunta?, pensó la de ojos morados, ya sabe cómo me llamo. Algo desconfiada volvió a mirarla para ver su expresión; encontrándose con un semblante sereno y sin duda con una sonrisa radiante, no parecía querer mofarse cómo el albino o causar discordia cómo el de ojos rasgados.

Shoko esperó.

- _______ Yaga -respondió Shimizu, suponiendo que eso era lo que ella quería oír.

Suponía bien, pues Shoko rió entre dientes y le invitó dando unas palmadas en el césped que se sentara a su lado. __________ suspiró algo cansada, pero hizo lo que le pedía. Se dejó caer bruscamente arrepintiéndose en el acto por el intenso dolor que sintió entre sus huesos.

- Es mejor que lo ignores.

Shimizu alzó una ceja.

- Hablo de Satoru. Me enteré de lo que pasó. Solo es un idiota; uno muy alto -sacó un cigarrillo de sus bolsillos y le regaló una sonrisa a la azabache-. ¿Te importa si fumo?

- No, adelante -respondió Shimizu, algo apenada-. ¿Eres de segundo año?

La castaña asintió doblando sus piernas, adquiriendo una posición más cómoda. Shimizu observó como el humo salía de su boca y aquel acto le hizo recordar cómo su abuelo fumaba cada vez que estaba estresado; se preguntó si Shoko lo hacía por una razón similar.

- Llevó todo un año lidiando con esos dos... No te dejes intimidar por ese poste de luz -señaló Shoko-, sé que es difícil pero son buenas personas. Sólo no saben cómo expresarse. Especialmente Satoru. Toda su vida fue tratado con frialdad por ser una persona...

- Eso no le da derecho de tratar a los demás como menos -arremetió Shimizu molesta por las palabras de su acompañante.

- Tienes razón, pero, ¿no crees que es algo triste no poder sentir algo?

- Tal vez.

Shimizu guardó silencio unos minutos, masticando las palabras que estaba por decir.

- Pero, prefiero tener mi propia visión de él. Sin que alguien quiera lavarme el cerebro -Shimizu movió ligeramente la cabeza-. Entonces, por ahora solo es un arrogante e infantil para mí.

Se puso en pie para irse, no sin antes acercarse al rostro de la castaña para arrebatarle el cigarro de los labios.

- No deberías fumar esta mierda, cómo futura doctora deberías saberlo -comentó Shimizu tirándolo para luego pisarlo-. Por cierto, tienes una linda sonrisa Shoko.

Para entonces irse, dejando a la castaña algo sorprendida por sus actos.

- Chica lista -sonrió Ieiri divertida.

Gojo Satoru | One Shot'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora