El término es normalmente utilizado para reflejar el deseo sexual que experimenta un niño o un adolescente hacia un adulto.
—¡Papá ya llegué!— aviso un muchacho de diecisiete años.
— ¡Estoy aquí!— se escuchó la voz del aludido, desde la cocina.
— Ven, te va a caer bien mi papá.— le dijo a su amigo que estaba en la puerta con un palito en la boca. Entraron a la cocina y vieron al hombre de espaldas cocinando algo.— Papá, te presento un amigo.
El hombre se volteó sonriendo, pero rápidamente toda esa fachada decayó al ver al dichoso amigo, que estaba lleno de tatuajes y unos cuantos piercings en el rostro.
— Hola.— trató de mostrar su mejor cara pero no le funcionó puesto que los dos adolescentes notaron su decepción.— Soy Jimin un placer.— a pesar de, le extendió su mano de manera educada. El niño la agarro y le respondió:
—Soy Min Yoongi, señor.— dijo con una fiel sonrisa, por supuesto que había notado la cara de desprecio que le dió el hombre, pero era tan común ver ese tipo de gestos a su persona, que se acostumbró a ello, era bastante normal que los padres de sus amigos les disgustara que su hijo tuviera un "amigo maleante" como lo habían osado llamar más de una vez, pero este hombre simplemente trato de no decir nada, así que él le demostraría lo contrario a lo que pensaba.
Luego de aquella presentación, el hijo le había preguntado a Jimin si su amigo podría quedarse a comer, a lo cual tuvo una respuesta afirmativa pero algo indecisa.
A pesar de haber sido amena la comida y de haber conocido mejor al muchacho, algo no le convencía a Jimin de que esté niño tuviera buenas mañas, es que solo mírenlo: Esos tatuajes, esos piercings y su vestuario, todo de negro como si fuera un mafioso. ¿Su hijo estaría metido en algún problema? Comenzó a preguntarse. El temor recorrió su cuerpo al pensar aquello.
Cuando el muchacho se fue, el padre no dudo en preguntarle si tenía algún problema o si estaba consumiendo drogas, a lo que su hijo atino a reírse en su cara, como si había dicho el mejor chiste de todos, pero al ver la cara de su padre totalmente seria, se dió cuenta de que no estaban bromeando.
— ¡Papá! Por supuesto que no. Yoongi es muy buen amigo y tuvo que ser cambiado de escuela porque sus papás se mudaron de ciudad, no tenía a ningún conocido y yo quise ser su amigo.— Trató de tranquilizar a su padre, pero aquello solo alimentaba más su teoría de que no era de fiar. Ahora pensaba que la familia del chico tuvo que irse por problemas con la mafia o algo parecido.— ¡Ya, papá! Deja de pensar cosas malas de él.— siguió defendiendo a su amigo, pero su padre simplemente no quiso escuchar y salió de la habitación.
Sería una lucha hacer que su padre acepte a su amigo
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Los días pasaron y con eso la constante presencia de Yoongi en la casa de Jimin. Estaba ya acostumbrado a tener al muchacho en su sala de manera relajada o comiendo sus galletas favoritas, ahora había tenido que comprar dos paquetes cada que iba por el mercado. Pero, ¿Por qué simplemente no le decía al adolescente que no se las comiera? No sabía, él solo dejaba que se las comiera y bufaba internamente, pero nunca le reclamó por ello y seguramente no lo haría.