capitulo 14

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Harry Potter y la cámara secreta

Parte 2



Narrador

Media hora después donde slytherin aprovecho para adelantar la tarea de pociones mientas Griffindor hacia el examen, el profesor con más calma... caminado por el pasillo opuesto de donde estaba la bruja recolecto los exámenes critico lo poco que habían leído y demostró gratitud hacia Granger quien respondió perfecto, sumando 10 puntos para Griffindor, slytherin no se quejó de ello, después de todo no hicieron el examen porque así lo quisieron.

El profesor volvió a su escritorio y saco de debajo del escritorio una jaula cubierta con una tela, lo coloco en la mesa para que todos le vieran.

—Ahora, ¡cuidado! Es mi misión dotaros de defensas contra las más horrendas criaturas del mundo mágico. – hablo Lockhart- Puede que en esta misma aula os tengáis que encarar a las cosas que más teméis. Pero sabed que no os ocurrirá nada malo mientras yo esté aquí. Todo lo que os pido es que conservéis la calma- todos guardaron silencio Harry se asomó por detrás de sus libros y Lillian miro interrogante que es lo que tendría. —Tengo que pediros que no gritéis... Podrían enfurecerse.

Cuando levanto la funda, todos exclamaron de sorpresa, pero finalmente algunos rieron otros no entendían y Lilian tenía los ojos brillantes como dos perlas.

—Sí —dijo Lockhart con entonación teatral—, duendecillos de Cornualles recién cogidos.

Un Griffindor no se pudo contener y rio en vos alta llamando la atención del idiota profesional.

—¿Sí? —pregunto Lockhart sonriendo a Seamus, el chico Griffindor.

—Bueno, es que no son... muy peligrosos, ¿verdad? —se explicó Seamus con dificultad.

—¡No estés tan seguro! —dijo Lockhart, apuntando a Seamus con un dedo acusador— . ¡Pueden ser unos seres endemoniadamente engañosos! Está bien, ¡Veamos qué hacéis con ellos! —Y abrió la jaula.

Se armó un pandemónium. Los duendecillos salieron disparados como cohetes en todas direcciones. Dos cogieron a Neville por las orejas y lo alzaron en el aire. Algunos salieron volando y atravesaron las ventanas, llenando de cristales rotos a los de la fila de atrás. El resto se dedicó a destruir la clase más rápidamente que un rinoceronte en estampida. Cogían los tinteros y rociaban de tinta la clase, hacían trizas los libros y los folios, rasgaban los carteles de las paredes, le daban vuelta a la papelera y cogían bolsas y libros y los arrojaban por las ventanas rotas. Al cabo de unos minutos, la mitad de la clase se había refugiado debajo de los pupitres y Neville se balanceaba colgando de la lámpara del techo; Cuando algunos estudiantes planeaban huir de la clase un fuerte silbido resonó por el aula, todos los duendecillos se quedaron quietos empezando a buscar quien provoco el ruido hasta que vieron como una niña, estaba de pie al lado de una mesa con un chico alvino a sus espaldas sosteniendo nada más ni nada menos que un paquete grande de galletas con chispas de chocolate.

A todos los duendecillos se les lleno de brillo la mirada, dejando de hacer desastre gritaron en conjunto.

- ¡GALLETA!

Con ese grito fueron en estampida, pero se detuvieron al estar enfrente a la niña, podían servir su magia ella era distinta a sí que todos, a diferencia de su naturaleza juguetona se quedaron quietos y extendieron sus manitas.

- ¡galleta por favor!

- ah por lucifer maldito son tan lindos – un tono de emoción y ternura detono en la voz de Lillian.

bruja arcanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora