C a p í t u l o 5

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S I L V I A

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S I L V I A

—¿Silv? Vaya, me sorprende saber de ti, sobre todo a las diez de la noche. —Detecto un toque de irritación bajo su sorpresa, pero ignoro la sensación de que lo molesto porque ha estado esperando que le llame. Supuestamente.

Olvidé momentáneamente lo tarde que es y lo drogada que estoy, aunque no creo que él pueda darse cuenta. —Sí, uhhh estoy en casa de un amigo y...

—Bien por ti, Silv. Me alegro de oírlo. Salir te hará bien —interrumpe.

—Sí, claro. Bueno, sólo quería saber si querías venir a mi graduación el próximo sábado.

El silencio al otro lado es ensordecedor. ¿He interpretado mal la situación? ¿Pensé que quería una relación? —O no, si estás ocupado...

—¡No, no, no! Quiero decir, tendré que mover algunas cosas, pero debería poder hacerlo.

Un tipo ocupado. —Ummm bien, puedo mandarte un mensaje con los detalles. —Me muerdo el labio inferior ya deseando que esta conversación termine y deseando haber llamado a Jorge en su lugar. Debería haberlo dejado estar.

—Eso suena muy bien. Envíalo, pero, Silv, me tengo que ir. Estaba en medio de una reunión con la costa oeste cuando llamaste. —Así que, lo estoy molestando. Imagina eso.

—Oh, bien. —No se me escapa la idea de que no me ha preguntado cómo lo llevo o incluso cómo estoy.

—No es un problema. Me alegro de que hayas llamado a Silv. Ahora ve a divertirte con tus amigos. Eres joven y sólo se vive una vez. —Sus palabras pican más que todo lo que he escuchado esta noche. Esta actitud arrogante hacia mí cuando todavía estoy llorando la pérdida de mi madre hace que mi corazón se apriete en mi pecho.

—Adiós, Micah —murmuro en el teléfono antes de pulsar el botón de finalización y antes de que pueda responder. He tenido tres interacciones con el sexo opuesto esta noche y todas me han dado ganas de gritar. Sólo puedo esperar que esta cuarta no me haga lo mismo, pienso mientras pulso el conocido contacto.

Responde al primer timbre. —¿Silvy? ¿Estás bien? Sólo llevas una hora allí. —La preocupación en su voz me calienta por completo y sonrío genuinamente por primera vez desde que llegué a la casa de Carter. No me doy cuenta de que no he dicho nada cuando vuelve a hablar—. ¿Qué pasa, cariño? Háblame.

¿Cariño? Eso es... nuevo.

—¿Podrías... venir a buscarme?

—Estoy en camino.

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Amor InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora