Lady Danbury nos guio al interior de su hogar mientras sus empleados comenzaban a bajar nuestro equipaje, había traído demasiadas cosas. Paredes de color rosa salmón cubiertas de cuadros por doquier. Era un lugar esplendido para vivir y claro para las famosas fiestas dadas por ella, era una de las razones por la que había insistido tanto en venir con Simón, las fiestas. Aunque claro que las fiestas dadas en palacio por mi primo Raphael eran sin lugar a duda mágicas y algo alocadas. Tome asiento en uno de los sofás de color Champagne con decoraciones en dorado, tan cómodos que podía quedarme a dormir en ellos, demasiado cómodos comparados con los incomodos asientos del carruaje. Aun me duele la espalda por el largo viaje. Y necesito estar en una tina con agua caliente.
— Entonces, según tengo entendido vienes dispuesta a encontrar un esposo aquí.
— Así es, tengo altas expectativas.
— Ella desea conocer a un hombre y enamorarse. – Interrumpió mi hermano. – yo personalmente me encargare de vigilar que sus pretendientes sean dignos de tomar a mi hermana.
— Ya veo. Después de todo la marquesa no puede estar con cualquier hombre ¿Me equivoco?
— Exacto. – Esboce una amplia sonrisa sosteniendo la mano de mi hermano. –
— Perfecto. Ahora iras conmigo a la modista para ver tu vestido.
— Descuide Lady Danbury he traído mi vestido.
Necesitaba reponerme para mi siguiente día, estaba segura de que sería ajetreado y muchas cosas podrían salir mal. Seria presentada y debía estar en excelentes condiciones para uno de los días más importantes de mi vida. Leonor se retiró de la habitación luego de dejar mis pertenecías listas. Desperté a la mañana siguiente gracias a los rayos del sol que ingresaban por la ventana. Lady Danbury en persona había llegado a despertarme, las cortinas abiertas de par en par mostrando el bello día que me esperaba. Entre regaños de su parte termine saliendo de la cama para desayunar, aún tenía un par de horas antes de ir hacia el palacio donde se llevaría a cabo la presentación de las nuevas señoritas listas para encontrar prospectos de marido.
— ¿Emocionada? – Cuestiono Simón.
— Nerviosa ¿Y si tropiezo? Quedar en ridículo frente a la reina no es una opción.
— Lo harás bien hermana. – Apoyo sus manos en mis hombros inclinándose para poder besar mis mejillas. – eres Cassandra Grimaldi, marquesa y sobrina del Rey Juliano II. Serás la mejor.
— Y estaremos contigo en caso de que hagas el ridículo. – Sostuvo mi mano acercándola a su rostro para poder besarla. – vendremos a casa y nos reiremos de ti.
— Gracias Simón, eso me da mucha confianza.
Todo estaba listo, seré la mejor. Repetía una y otra vez mientras me veía en el espejo. Mi vestido había sido un obsequio de mi tía Margarite, esposa de mi Tío Juliano. Ella había traído esa hermosa pieza de uno de sus últimos viajes a Paris antes de instalarse por completo en el palacio para cumplir su deber como reina consorte. Una pieza única fabricada a mano, una caída preciosa con tela traslucida bordada con flores e hilos dorados. Mangas holgadas y un pequeño escote en forma de corazón que cubría lo necesario. Bajo este ese molesto corse que te podría quitar la respiración en cosa de minutos, pero estaba acostumbrada a usarlos, resaltaba la figura. Mi querida madre había insistido en que los usara desde temprana edad. Lucia hermosa, claro dejando de lado esa pluma en mi cabello que me hacía ver como un maldito pavo real. Un collar con una hermosa esmeralda en mi cuello haciendo juego con mis aretes y claro los guantes que llegaban hasta el codo, tan bellos como el resto de mi vestimenta.
Solté un risa al ver la cara de idiota de Simón mientras me veía bajar por las escaleras, con algo de dificultad ante el nerviosismo que estaba sintiendo. Una sonrisa boba apareció en mis labios luego de que besara mis mejillas, de no ser porque es mi mejor amigo, habría escogido a Simón como mi futuro esposo, aunque claro luego de conocer todas sus intenciones para acabar con el legado de su familia, aquella idea se desvaneció en cosa de minutos. Mi querido amigo tenía clara sus intenciones respecto a su apellido y esa absurda promesa realizada a su padre, me da dolores de cabeza el solo pensar en lo que ha estado planeando desde entonces, dar por terminado el legado Basset. Pero bueno, quien soy yo para juzgar, después de todo ese señor fue un padre repulsivo y totalmente desagradable.
La fila de carruajes se extendía a lo largo del camino que llevaba al palacio. Estaba encantada con los bellos paisajes londinenses. Claro no se comparan con la bella Italia y las calles de Roma, la ciudad papal y el increíble coliseo romano, tan esplendido como lo fue hace cientos de años. Mi bella ciudad se caracterizaba por la belleza de su historia. Aun así, podía decir que Londres tenía su encanto, era algo aburrido, pero podría acostumbrarme a este lugar y de lo contrario al no encontrar un esposo, regresar a Roma y casarme con Milano, uf ese zángano desagradable, arribista y sucio como todos en su familia, intentando escalar en la familia real y conseguir un título a costa de todo. De solo pensar en ese hombre se me eriza la piel, no es que sea feo, al contrario, es un adonis, pero su aliento es una pesadilla de la que cualquier dama respetable quisiera escapar. Dios y su gloria me libren de cruzarme a ese engendro nuevamente.
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Dulce pecado
FanfictionFan Fic basado en la serie de Netflix Bridgerton. Todos los personajes pertenecen a Julia Quinn. La protagonista es de mi creación al igual de otros personajes que se irán agregando. Los capítulos se publicaran los días Jueves y Domingos. PD: SE...