AFORTUNADA

Capítulo V.

"AFORTUNADA"

B: Don Armando, pues que le digo ya me escuchó, la pobre de Mireya se enamoró de usted y por eso se fue.

Armando sorprendido y un poco molesto por lo que le dice Bertha porque jamás se imaginó algo así, esa muchacha para él no era más que su empleada, su relación fue estrictamente profesional y de hecho a él no le gustaba su forma de trabajar, igual había pensado en despedirla, no la quería como su asistente en presidencia y ella se adelantó al renunciar, y le responde a Bertha.

A: será que deja de repetir eso y se pone a trabajar ¡Bertha!

B: si don Armando.

A: vamonos Betty.

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Doña Julia se sentía tranquila con la partida de Hermes, descansarían unos días de sus cantaletas, y recuerda su charla antes de irse.

DJ: ¿cómo así Hermes que se va a Ipiales? pero ni se despidió de Bettica.

DH: me iba a ir hoy en la noche pero aprovecho y me voy de una buena vez es un viaje muy largo Julia, no quiero esperar a que Betty llegue del trabajo así que me despide de ella, ya le encargué a un compañero el tema de la liquidación cualquier cosa él me entera, Julia las quiero mucho a las dos, no lo olvide. Ahora me voy, aquí le dejo este poco dinerito que tenía guardado.

DJ: no deje de avisarme cuando llegue me quedaré mortificada, le servirán estos días para recapacitar, intente cambiar Hermes, no deje que su terquedad destruya esta familia, nosotros lo queremos mucho también... era necesario hablar los tres, a mi no me hacia caso ya le había dicho las cosas.

DH: ya me voy Julia -no quería seguir escuchando nada, y así sin un beso, ni un abrazo él no era de hacer eso, nunca fue cariñoso con ella, abre la puerta y se va, ya tenía el taxi esperándolo-

DJ: Dios lo acompañe Hermes.

Se va a la terminal de autobuses, compra su boleto y sube al autobús que lo llevará a su casa paterna donde viven sus hermanas, le espera un largo camino que le servirá para reflexionar sobre la situación que viven en su casa.

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Alberto Sinesterra citó a Armando y Betty en un restaurante, para hablar del negocio y firmar el contrato en el que ella pudo conseguir excelentes precios, y resultó un muy buen contrato para Ecomoda, Armando estaba muy sorprendido por la forma que defendió sus intereses, la miró todo el tiempo en silencio, con admiración al escucharla como se desenvolvía en ese ámbito.

AS: Armando tienes a una fiera para los negocios hombre, Betty cuando necesite otro empleo no dude en llamarme.

A: Alberto no le diga eso a Betty, ella nunca me dejara, ¿cierto Betty? Que jartera que le digan eso porque no eres el único que delante de mí le ofrece teabajo.

B: No doctor... no se preocupe por eso.

AS: Armando me tengo que ir, me quedaron algunos pendientes que requieren mi atención urgente.

A: Alberto Sinesterra un placer hacer negocios con ustedes.

AS: Dejo la cuenta pagado, nos vemos Beatriz un placer conocerla, cuídala Armando porque aparte de inteligente es... muy linda.

Armando se queda sorprendido al oír eso y se sintió incómodo no le gustó el comentario, si ella es... su Betty.

A: Alberto deja de decir eso, nos vemos después.

B: hasta luego don Alberto.

Alberto Sinesterra se va y Armando se sienta de nuevo.

A: Betty, vea que imbécil Alberto, ahí diciendo esas cosas de usted, ¿verdad que nunca me va a dejar?