❝ Y todos los caminos que tenemos que recorrer son tortuosos, y todas las luces que nos conducen allí nos están cegando.
Hay muchas cosas que me gustaría decirte,
pero no sé cómo❞
-𝐐𝐮𝐢𝐞𝐫𝐨 𝐩𝐞𝐫𝐭𝐞𝐧𝐞𝐜𝐞𝐫𝐭𝐞, 𝐆𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞𝐫. 𝐄𝐧 𝐜𝐮𝐞...
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(31 de octubre de 1981)
Una pequeña niña se encontraba durmiendo en los brazos de su madre,era una noche tranquila como todas las anteriores, al menos para la joven bebé que aún no sabía el mundo a su alrededor.
Su madre estaba parada tratando de calmar su emoción al tener en frente al mismísimo señor oscuro. Mientras que su padre estaba temblando de miedo, no queria que lastimara a su familia.
Pero desde que se enteró del nacimiento de su hija él quiso conocerla, como si de un objeto se tratase.
—¿Por qué tan nervioso Laurent?—pregunto agitando su varita.
—Solo no esperaba verlo esta noche mi señor—su voz temblando ligeramente, era claro que él no lo quería aquí, pero el señor oscuro no pareció darse cuenta.
En cambio fijo su vista en la mujer mayor, que llevaba consigo aquel bulto en sus brazos. Era tarde y la pequeña de un año no pudo permanecer despierta mucho tiempo.
—Adhara, es un gusto verte. Vamos, acércate—indico con un movimiento de mano.
Ella no dudó en adentrarse en aquella habitación con la mirada intensa de su esposo en ella.
—Mi señor, el gusto es mio—le hizo una pequeña reverencia y se colocó al lado hombre nervioso. —Es un placer poder ayudarlo en lo que necesite mi señor, mi familia está a su disposición—
Laurent a su lado no estaba de acuerdo con aquello pero no dijo nada al respecto, prefiriendo guardar silencio.
Una vez ambos adultos tuvieron toda su atención, él les sonrió para comenzar a caminar de un lado a otro en la habitación, inspeccionando hasta la más mínima cosa.
—Verán sé que les parece raro el que quiera conocer a su hija pero, hace tiempo tuve una especie de visión, no tengo idea de qué significa, pero si de algo estoy seguro es que es algo incierto. Aún así no voy a arriesgar en absoluto—se detuvo en mitad de la sala, para mirar a la niña que estaba dormida. —Estará conmigo en el futuro, a mi lado, y será una pieza clave para mi—se acercó a ambos y miró fijamente a la niña.
—Mi señor, ¿Qué es lo qué hará?—habló el joven padre con temor.
—Por ahora le dejaré una misión, una simple pero que estoy seguro cumplirá—asintió con la cabeza en satisfacción.
—¿Una misión?, Pero apenas es una bebe—Su voz saliendo más fuerte de que quería.
—Laurent—llamó su esposa, haciendo que él se callara de inmediato, todo su cuerpo se tensó en anticipación.
