❝ Y todos los caminos que tenemos que recorrer son tortuosos, y todas las luces que nos conducen allí nos están cegando.
Hay muchas cosas que me gustaría decirte,
pero no sé cómo❞
-𝐐𝐮𝐢𝐞𝐫𝐨 𝐩𝐞𝐫𝐭𝐞𝐧𝐞𝐜𝐞𝐫𝐭𝐞, 𝐆𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞𝐫. 𝐄𝐧 𝐜𝐮𝐞...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
≻───── ⋆✩⋆ ─────≺
[01 de Noviembre, 1994]
"Querido abuelo:
Lamento estar escribiendo sin una buena razón, es solo que necesitaba hacerte saber que Barty Crouch estará en Hogwarts. Se que probablemente ya lo sepas, pero quería decírtelo por mi propia cuenta.
Tratare de mantenerme lejos de él, así como lo hago de Moody.
Con cariño, Arcturus".
Miróel pergaminoen su regazo por unos segundos más, teniendo una pequeña pelea mental, sobre si debería decirle a su abuelo de la chica en su extraño sueño que se hizo real, o solo debería dejarlo pasar.
Golpeó su pluma contra la carta, aceptando la segunda opción que su mente le otorgó: no decirle absolutamente nada.
Dobló el pergamino de la mejor manera y lo guardo en un sobre. Se giro en su silla para observar a su mejor amiga en la habitación. Cristina estaba sentada en su cama mirando fijamente un libro de posiciones, mientras que Pansy, a su lado, garabateaba con rapidez en un pergamino. Se suponía que Cristina estaba ayudándole con su tarea, aunque, parecía que en realidad se la estaba haciendo toda.
Amelie, se levantó de su lugar con un suspiro. Sus movimientos siendo captados con rapidez por la rubia, que levantó la vista del libro para obsérvala colocarse su suéter.
—¿Terminaste la carta?
Amelie tarareó, mientras se acomodaba su cabello oscuro.
—Lo hice, así que ahora iré a la lechucería por Nyx —se dirigió hacia la puerta, sin darle mucha atención a las dos niñas en la cama.
Cristina de forma inmediata, arrojó el libro a un lado para intentar seguirla.
—Podría ir...
—¡No! ¡Se supone que estás ayudándome con mi tarea! —gruñó Pansy, tomando la mano de Cristina y empujándola de nuevo en la cama. No pensaba dejarla ir, hasta que su tarea de pociones estuviera terminada.
Amelie asomó su cabeza en la puerta con una sonrisa burlona.
—Lo siento Cris, tendrás que aguantar al mosquito de Pansy por un rato...
Y cerró la puerta justo cuando la chica le arrojó una almohada. Amelie siempre creyó que Pansy era como un duende gruñón, que si no te cuidabas te arrancaba un dedo de la mano. Al parecer, estaba en lo cierto.
