⭑ "Un ángel en el infierno"

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TW: Menciones de sangre, escenas violentas, etc

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Amelie se movía de un lado a otro, jugando con sus anillos en la mano. Estaba nerviosa, eso era seguro. Su tarde, se pasó en un abrir y cerrar de ojos, que apenas y pudo recodar como había llegado hasta la sala de los jugadores de Irlanda.

Después de regresar con Theo, dando pequeños saltos de felicidad. Ambos volvieron hacia la tienda de campaña con sus demás amigos, para seguir con el partido de Quidditch que quedó pendiente. Aunque, en realidad no era un partido real, solo estaban compitiendo para ver quien lanzaba la Quaffle más lejos. A lo cual, todos sus compañeros de Quidditch se habían unido.

Era una experiencia agradable.

Por supuesto, que luego de la pequeña interrupción que tuvo, su emoción se desvaneció, dejándola con una ligera molestia. Y, todo fue gracias a las hermana Carrow.

¿Cuándo podía tener un día normal? Supuso que nunca, no obstante, al final terminó más feliz que en la mañana, por su recién encuentro con Hermione. Fue como ser recargada de energía emocionalmente positiva.

Hermione era como un faro de luz, que iluminaba cualquier densa oscuridad. Y Amelie le tenía miedo.

Tal vez era cosa del destino, quien sabe.

—Estás bien? ¿Amelie?—Llamó su padre por segunda vez.

Ella agitó la cabeza, levantando la vista para poder verlo. Ni siquiera se había dado cuenta de que se estaba aferrando a su traje con su mano.

—Lo lamento...—murmuró, quitando la mano de manera avergonzada.

Sus ojos grises volvieron al mago, alto y musculoso, que se encontraba de guardia en la puerta, donde se supone que ella, junto a su grupo de amigos, debían cruzar para ver a los geniales jugadores irlandeses.

Amelie se movía de manera nerviosa, conocería a unos de sus ídolos en un par de mínimos. Debía dar una buena primera impresión. Con sus manos temblorosas, se volvió ajustar la bufanda verde y blanco que colgaba de su cuello.

—¿Crees que nos dejen tomar fotos?—le murmuró Blaise a Theo, detrás de ella.

Robyn estaba agachada en el piso, jugando con una figura coleccionable en miniatura, del buscador Krum, que se paseaba de un lado a otro, con una cara arrogante.

—¿Si?—le respondió Theo, dudoso—. No estoy muy seguro.

Amelie sonrió con aprecio ante sus dos amigos. Se giró para mirarlos, admirando cómo iban vestidos. Casi parecían vendedores, por todas las cosas que colgaban de sus cabezas y ropas. Iban desde unos sombreros gigantes con tréboles por todos lados, hasta banderas que cantaban el himno nacional cada que las agitaban.

"WONDERWALL; Hermione Granger"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora