❝ Y todos los caminos que tenemos que recorrer son tortuosos, y todas las luces que nos conducen allí nos están cegando.
Hay muchas cosas que me gustaría decirte,
pero no sé cómo❞
-𝐐𝐮𝐢𝐞𝐫𝐨 𝐩𝐞𝐫𝐭𝐞𝐧𝐞𝐜𝐞𝐫𝐭𝐞, 𝐆𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞𝐫. 𝐄𝐧 𝐜𝐮𝐞...
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Amelie observa por la ventana a los estudiantes de diferentes casas ser amistosos los unos con los otros, sin importarles por completo quienes eran, (a excepción de los Slytherin por supuesto.) Anheló un poco de ese afecto, ya que siempre era juzgada por su casa, por su familia y por las personas que llamaba amigos.
Claro que ella los amaba profundamente pero aveces deseaba no tener que ver nada con ellos, y ser alguien diferente al menos por un día, que la gente a su alrededor la vieran como la mejor cazadora de su equipo, o por ser la mejor estudiante en pociones, e incluso por las cosas mas tontas como sus gustos por las plumas de azúcar y las ranas de chocolate.
Pero eso nunca pasaría porque ante los ojos de la gente ella no era mas que otra sangre pura, prometida de Draco Malfoy y la encargada de darle herederos en un futuro, de sólo pensarlo le daban arcadas, ella amaba al rubio con todo su corazón, pero no estaba segura si lo veía de esa manera, se sentía con el de la misma forma cariñosa que sentía con su hermano, aunque tal vez en un futuro sus sentimientos por el florecerían, pero mientras tanto no estaba de acuerdo con la decisión de su madre sobre el matrimonio.
"Aquí tienes Lie, ¿Ya estás mejor?" Hablo su hermano a su lado pasándole una cerveza de mantequilla, mientras sus amigos estaba esparcidos por la mesa, Draco la miraba fijamente al igual que Cristina, ninguno de los dos ignoraba los acontecimientos en la tienda de dulces.
Amelie llevó su vista hasta su bebida, mirando detalladamente cómo pequeñas burbujas de gas estaban esparcidas por la espuma, su mente dando vueltas por saber como estaba Hermione después de las cosas horribles que el dúo de rubios le dijeron.
Ni si quiera tenía el valor de mirarlos a la cara, seguía bastante molesta, porque también por su culpa no pudo comprar sus plumas de azúcar y ahora no podría traficar las golosinas en su maleta.
"¿Ya nos hablarás?, ¿o seguirás viendo tu cerveza como si quisieras besarla?" Bromeó la rubia, mientras alzaba las cejas de manera juguetona.
Amelie hizo una mueca ante sus palabras antes de tomar todo el contenido de su bebida dejando en su boca un bigote de espuma, que pronto ocasionó las risas de sus amigos.
La pelinegra los miró confundidos, pues el ambiente incómodo fue abandonado cuando empezaron a burlarse de ella, todos tratando de aguantar la risa para no hacerla enojar más.
"Te pareces a papá" Se burló su hermano mayor, mientras señalaba con su dedo su propia boca, logrando que Amelie entendiera la situación, pasando su manga por sus labios rápidamente. "Oye, te quedaba bien"
"¡Cierra la boca!" Lo golpeó en el hombro con su puño y el niño hizo una mueca de dolor, olvidando por completo que su hermana era entrenada por Flint.
"¿Ya no estás enojada?" Se atrevió a preguntar Theo a su amiga quien lo miro de una manera asesina, antes de suspirar pesadamente, la cerveza había logrado calmarla un poco, y ella agradecía mentalmente que el ambiente ahora fuera más ligero, a ella no le gustaba cuando su grupo de amigos se sentía separado, pues ellos eran las únicas personas que Amelie podía considerar su hogar.
