Capítulo 2

912 133 11
                                    

VALENTINA POV


Odiaba a los residentes, siempre cometían errores estúpidos y nosotros nos teníamos que hacer cargo de solucionarlos, e incluso muchas veces tomar la responsabilidad de esos errores que algunas veces costaban la vida de los pacientes. Claro que acepté tener una residente porque al fin y al cabo me lo pidió Elizabeth, pero aquella chica había llamado mi atención hace mucho.

Renata tomo mi brazo distrayéndome de mi charla interna. Hace unos momentos había terminado mi cirugía y la verdad quería descansar un rato.

— ¿Qué pasa? — Firmé el papeleo que me quedaba mientras le miraba, ella parecía asustada. — Renata.

— Está por llegar una chica de 15 años, recibió un disparo de su padrastro.

— ¿Ya despejaron el quirófano? — Ella asintió. — Bien, ¿Dónde está la bala?

— En su hombro.

— Te ves nerviosa y asustada. – Ella me observó.

— Es una niña, ¿Cómo le pueden hacer eso?

— Una mente desquiciada puede hacer cualquier cosa. — Ella se abrazó de mí haciéndome sentir algo incomoda. – Renata.

— Sólo un momento más.

— Ren. – Ella me miró. — Estamos en el trabajo, no te pongas nerviosa, le salvaré la vida y ella podrá volver a casa, lo prometo. — Ella asintió antes de acercarse a besar mi mejilla.

Renata Notni era algo más que la cirujana que siempre me ayudaba, era mi ex novia. No muchos lo sabían, sólo nuestro círculo más cercano. El hecho de trabajar juntas nos hizo mantener una relación casi secreta. Claro que todo terminó cuando las peleas eran cada vez más y ella se fue a Houston por una temporada hace un año, ella volvió diciendo que quería volver conmigo, pero yo no podía, ella me daño demasiado al irse.

La residente llegó a mi lado mostrándome el archivo del chico con el hombro dislocado mientras me ponía mis guantes.

— Bien, espero que no te hayas equivocado en nada. Ahora, estas de suerte, tengo una operación. — Ella sonrió inmensamente. — Pero no dejaré que toques nada, solo observarás. — Ella solo asintió, pero aun así parecía feliz con eso.

— ¿De qué es la operación?

— Oh, a una chica le dispararon y... aquí viene. — Los paramédicos venían corriendo hacia nosotras y la aparté del camino antes de seguir la camilla. — Te veo en el quirófano. — Ella parecía impactada la última vez que la vi.

Una operación de extracción de bala, era compleja, pero sabía que podía salvar a la chica, la bala había impactado a su hombro y no había dañado nada que fuera irreversible. De vez en cuando veía a Juliana que prestaba atención a todo lo que hacía.

— Juliana, ¿no? — Ella asintió. — Mira esto. — Tomé la aguja y ella asintió. –— Si no lo haces bien dejarás una fea cicatriz, pero si lo haces con cuidado, solo quedará algo pequeño y ella no tendrá que vivir toda su vida recordando esto. — Ella me observó una vez que terminé.

— Usted sí que es buena.

— Lo sé. — Miré a una de las enfermeras quien sólo asintió. Ella se encargaría de todo luego de esto. Me alejé de la paciente y me fui a quitar los guantes y las mallas.

— Gracias por aceptarme aquí, espero que mañana sea un gran día. — Yo le miré algo confundida.

— ¿Mañana? — Ella asintió y yo negué rápidamente. — No, tendrás que buscar a otro porque yo sólo te he aceptado por hoy, las horas sin dormir me empiezan a fallar. Deje toda la ropa en el depósito.

— Pero lo he hecho bien.

— Supongo, tampoco es que hayas hecho mucho, ¿No? — Ella frunció el ceño. — Bien, escucha. Es tu primera semana, no pidas tanto. Y, por cierto, te recomiendo ir probando las diferentes áreas, quizás haya una que te guste más que pediatría.

— Pero...
— Pero nada, no insistas. — Ella bajó la mirada. — Ve a descansar, hemos estado 4 horas allá adentro.

Ella se marchó sin decir nada, pero parecía algo molesta, de todas formas, lo dejé pasar y me fui al vestidor a cambiarme la ropa. Cuando me quité la camisa, tomé mi celular para notar llamadas perdidas de mi madre. Cuando levanté la mirada vi a mi residente observándome, ella se sonrojó rápidamente antes de seguir en lo suyo. Lo dejé pasar y sólo terminé de ponerme mi cómoda ropa. Fui al ascensor y bajé a la recepción encontrándome que Renata, jugaba con Luka, pero él al verme corrió a mis brazos.

— ¡Valentina! — Lo alcé en mis brazos ya que el pequeño de 8 años era delgado. — Te he extrañado mucho.

— Yo también, pero por fin podremos pasar nuestro maravilloso fin de semana. — Chocamos los cinco, miré a Renata que sonreía de una forma que me hacía pensar que nuestra escena le enternecía. – Bueno, yo ya he salido de mi turno. – Ella asintió antes de acercarse a Luka.

— Nos vemos el lunes, Luk. Te amo. — Ella besó su mejilla. — Aquí están sus cosas, su inhalador está en el bolsillo de siempre y nada de comida llena de químicos. — Yo solo asentí reservándome comentarios de que de todas formas pasaríamos a comprar dos cajitas feliz en el Mc Donald que estaba a la vuelta de mi departamento.

— Llámame si ocurre algo para hacer el cambio hasta que pueda desocuparme.

— No le llames, Ren — Ella rio levemente.

— Trataré de no hacerlo. — Sabía que sólo lo decía por Luka, ella claro que me llamaría.

— Bien, es hora de irnos. — Lo bajé de mis brazos antes de que empezáramos a caminar.

— Espera. — Él corrió hacia Renata que nos observaba. — Te amo. — Le abrazó y ella sonrió inmensamente mientras Luka volvía a mi lado. — Ahora sí podemos irnos. — Caminé junto a lo único que aún me ataba a Renata. — Ren me dijo que hoy has salvado otra vida.

— Siempre las salvo. — Le guiñé un ojo haciéndolo sonreír.

— Síp, eres la mamá más increíble que hay en el mundo. — Le revolví el pelo mientras caminábamos por el estacionamiento.

— ¡Doctora Carvajal! – Me volteé. Ay no, de nuevo ella. Cuando llegó a mi lado, miró por un segundo a Luka antes de hablar. - ¿Qué tengo que hacer para ser su residente permanente?

— ¿Disculpa? — Le miré confundida.

— ¿Qué tengo que hacer para ser su residente? — Ella repitió, miré a Luka por un instante y él parecía confundido, él sabía que yo no aceptaba a los residentes. Todos lo sabían.

— Yo no acepto residentes.

— Puede hacer una excepción. — Ella parecía empeñada a que yo le enseñara.

— Yo...

— Haré todo lo que me pida.

— Salta en un pie y canta una canción de Taylor Swift. – Le dijo Luka, que parecía interesado en probar a la chica. Pequeño diablo.

— We are never, never, never getting back together. – La miré asombrada, ¿En serio le había hecho caso a un niño?

— Luka. — Él rio bajo mientras yo negaba. — Juliana, ¿no? — Ella asintió mientras seguía saltando. — Detente, no tienes que hacer esto.

— De verdad quiero estar en su equipo.

— ¿Por qué? — Ella me miró con determinación.

— Porque es la mejor pediatra que he conocido y yo quiero aprender todo lo que pueda, y creo que usted puede enseñarme todo lo que necesito.

— Valentina, dile que sí. Ella hasta a cantado. – Miré a Luka que hacía un leve puchero, no me pude resistir y asentí.

— Nos vemos el lunes. — Ella saltó antes de abrazarme.

— Lo siento. Muchas gracias, no se arrepentirá. — Ella revolvió el pelo de Luka antes de irse.

— ¿Qué planeas, Luka? — Él se encogió de hombros.

— Absolutamente nada, ella parecía necesitarte y tú siempre ayudas a los que te necesitan, mamá.



ANATOMY OF LOVE - JULIANTINA ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora