VALENTINA POV
Había dejado de escuchar a Renata hace unos 10 minutos, miraba mis archivos hasta que ella puso su mano sobre estos. Alcé la mirada y noté la ira en sus facciones y su mirada, al parecer estaba muy molesta por lo que le habían dicho de la fiesta de Lucía. Suspiré antes de quitarme mis anteojos de lectura.
— Renata, ya no estamos juntas. — Le aclaré por... ¿Sexta vez en el día? — Ahora que hemos aclarado esto, ¿Me dejas en paz?, tengo trabajo qué hacer.
— ¿Por qué te acuestas con otras chicas cuando aún me amas?, ¿Es que acaso no sentiste nada con el beso del otro día? — Le miré seriamente.
— Eres una manipuladora, tú me dejaste. — Fruncí el ceño algo enfadada. — Déjame ser libre, por mil demonios, Renata.
— ¡Estábamos comprometidas!
— ¡Y tú rompiste el maldito compromiso! — La puerta de mi oficina se abrió y Eva se asomó mirando seriamente a Renata. — ¿Qué necesitas, Eva? — Pregunté de mala gana.
— Ha llegado un caso, querrán ver esto. — Me levanté tomando mi bata, dejé atrás a Renata siguiendo a Eva por el hospital.
Cuando llegamos vimos a una adolescente totalmente amarilla, miré a Eva algo confundida, ¿Por qué era su paciente una chica que tenía problemas en los riñones?
— Esta es Victoria Lagos, tiene un problema renal y la habían mandado a casa hace unas semanas. — La adolescente suspiró. — Ha vuelto porque le dolía el brazo y el pecho, luego de eso se desvaneció.
— ¿Un ataque cardíaco? — Preguntó Renata. Victoria negó.
— Según la doctora tengo dos coágulos, uno en el cerebro y otro en el corazón. — Ambas miramos a Eva.
— Lo bueno es que hemos encontrado un donante y podremos hacerle el trasplante, pero necesito que ustedes me ayuden con la operación.
Ella sabía que íbamos a aceptar, Renata era muy sensible con los niños y adolescentes, en mi caso era parte de mi trabajo y era todo un reto. Juliana estaba en traumatología, pero de todas formas le mandé a llamar, ella tenía que ver esto. En unas 2 horas iba a hacer la operación así que fui a recostarme mientras Renata llamaba a una de las niñeras de Luka, jugaba con mi celular cuando la puerta se abrió dejándome ver a Juliana.
— ¿Me has llamado? — Asentí.
— Hoy haremos una gran operación, tienes que verla. — Sonreí levemente y ella se sentó en la cama para mirarme, noté las ojeras bajo sus ojos. — Hey, ¿Estas bien?
— Sí, tranquila. No he podido dormir bien.
— ¿Y eso? — Ella se quedó en silencio un momento.
— Te reirás. — La miré confundida.
— Hey, no me reiré. — Ella suspiro.
— Estaba esperando el estreno del nuevo vídeo de Fifth Harmony. — Empecé a reírme inevitablemente, nunca pensé que Juliana sería una fangirl. — Dijiste que no te reirías. — Ella golpeó mi brazo y yo deje de reír.
— Lo siento, pero es que no me imaginaba que eras una fangirl. — Ella me sacó la lengua.
— Soy gran fan de Demi Lovato, fui a uno de sus conciertos y ellas eran teloneras, son asombrosas. — Ella se encogió de hombros mientras yo me sentaba en la cama observándole.
— ¿Y qué tal el vídeo?
— Bastante bueno, valió la pena. — Sonreí levemente. — ¿Por qué sonríes así?
— Porque quiero. — Ella alzó una ceja, pero no pudo decir nada, yo había conectado nuestros labios en un beso, me las arreglé para tumbarle en la cama posicionándome sobre ella con el cuidado de no dejar mi peso sobre ella.
— Alguien puede entrar... — Le escuché murmurar.
— Lo sé. — Volví a besarle, bajé mis labios por su cuello y ella soltó un suspiro audible. — ¿Quieres ir a un concierto conmigo? — Le pregunté.
— ¿De quién?
— Melanie Martinez. — Ella me miro con cara confundida. — No juegues, ¿Es que acaso no viste The Voice?
— Bueno, no tengo mucho tiempo...
— Fue hace como 3 años. Y ella es bastante conocida.
— Quizás le conozco, no lo sé. — Ella hizo una mueca. — Pero te acompañaré de todas formas.
— Estupendo. — Besé su mejilla antes de levantarme. — Iré por un poco de azúcar, ¿Vienes?
— Claro. — Ella se levantó y empezamos a caminar a la cafetería. — ¿De qué trata la operación?
— Son dos coágulos y un trasplante de riñón. Un coágulo cerca del corazón y otro en el cerebro. — Entramos a la cafetería y fui rápidamente a la máquina de café.
— ¿Estará la doctora Notni? — Pregunto y yo asentí notando la mueca que hizo.
— ¿Te ha causado algún problema?
— Ella me odia, cuando me miró sentí como en su mente se imaginaba asesinándome. — Yo reí levemente.
— Renata no es una celosa violenta, tranquila. — Sonreí levemente. — Lamento todo eso, trataré de solucionar las cosas con Renata.
— ¿Aún le quieres? — Le miré algo sorprendida.
— No, claro que no.
— ¿Entonces por qué sigue tan presente en tu vida? — Yo suspiré antes de mirarle.
— ¡Doctora Carvajal! — Vi un enfermo corriendo hacia mí. - ¡Es Victoria Lagos, la necesitamos en el quirófano!
Lo seguí rápidamente olvidándome de mi latte, cuando llegué al quirófano vi a Eva ya en el cerebro de la chica, Renata se lavaba las manos observando a Eva.
— ¿Ya has terminado de liarte con la niñita? — Yo suspiré antes de lavarme las manos. — Sí, lávate muy bien las manos.
— ¿Quieres terminar con esto? — La miré enfadada. — No me estoy acostando con Juliana Valdés, y sé un poco más profesional, ¿Quieres?, ¿Qué diablos te pasa? — Ella pareció algo descolocada. — No eras así cuando te conocí. — Ella se secó las manos y se alejó en silencio. Juliana entró algo agitada.
— ¿Todo bien?
— Lávate. — Le contesté antes de entrar con las demás al quirófano.
Revisé los signos vitales de la chica antes de salir de su habitación, de a poco estaba volviendo a tomar un color algo más normal. Cuando fui a cambiarme vi a Renata esperándome en las bancas del lugar, suspiré audiblemente llamando su atención. Me senté a su lado y ella empezó a llorar.
— Soy tan estúpida. — Apoyó su cabeza en mi hombro y yo hice una mueca, evité afirmárselo.
— No quiero que te hagas esto, Renata. — Murmuré mirando mis manos. — La verdad es que eras un ángel, pero es que el demonio también lo era. No quiero que te contamines por esto.
— Aún te amo, Valentina. ¿Es que no puedes entender que eres el maldito amor de mi vida? — Yo miré sus ojos encontrándome con su sinceridad. — Te he amado desde el primer día.
***
Bajé del auto sin antes de despedirme del chofer de mi familia, miré la gran universidad antes de suspirar algo nerviosa, desearía que mis padres estuviesen acompañándome. Algunos me miraban extrañados, quizás no era tan normal ser tan joven e ir a la universidad como me había dicho mi abuelo. Busqué el centro de informaciones y ahí me dieron mis horarios, cursaría medicina y fotografía, mi abuelo me lo había permitido sólo si mantenía mis buenas calificaciones. Buscaba mi salón cuando choqué con una chica de unos 19 años. Ella me miró por un segundo antes de sonreír.
— Hola. ¿Buscas algún familiar? — Negué levemente.
— En realidad, busco mi salón. — Ella alzó una ceja. — Es el salón 106.
— Voy para allá, ¿No eres muy joven para estudiar medicina? — Ella sonrió levemente.
— Sí, sí lo soy. — Le imité sonriendo, ella era muy agradable. — Soy Valentina. — Evité mencionar mi apellido, sabía que mi abuelo y mi padre eran bastante reconocidos, no quería ser la hija de, o la nieta de.
— Soy Renata, un gusto, cerebrito.
***
Tomé su cara entre mis manos antes de limpiar sus lágrimas, ella me observó detalladamente y yo me separé levemente.
— Debes volver a casa, Luka debe estar extrañándote.
— Vuelve a casa conmigo. — Yo negué.
— No puedo, Renata. Por favor deja de hacer esto, lo nuestro ya ha acabado y solo Luka nos une, las cosas están mejor así, créeme.
— Bien. — Ella terminó suspirando.
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ANATOMY OF LOVE - JULIANTINA ADAPTACIÓN
RomanceValentina Carvajal, también conocida como la nieta dorada era una las cirujanas más reconocidas de todo Miami, pero detrás de la medicina tenía una vida que prefería mantener en privado. Cada año al Hospital General de Miami llegaba un grupo de resi...