Buenos días

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Pasamos de tener una pesadilla inquietante a unos dulces sueños. Robin descansaba plácidamente envuelto en brazos mutuamente con su nuevo compañero, dormía como un angelito reposando en la más suave de las nubes.

La noche fue transcurriendo junto a las nubes que provocaban lluvia de danzantes gotas que al chocar contra el suelo provocaban sonidos relajantes para cualquiera.


A eso de las seis de la mañana el sol sale de su escondite, alumbrando todo desde el horizonte. El cielo de plata azul daba la bienvenida a un nuevo día.

Robin se despierta, al abrir los ojos y de a poco enfocar su visión recuerda todo lo sucedido en la invisible barrera entre la madrugada y la noche. Una sonrisa se pinta en su rostro al ver el descuidado rostro de Wildweed largar saliva desde su boca al roncar como un desahuciado que jamás habría dormido en una cama tan cómoda. Fuera ese o no el caso, Robin se limita a sentarse en la cama y estirarse, estrujándose un poco los ojos.

Estiraba sus brazos y piernas, tronando un poco sus huesos. Levantándose de la cama, antes de irse de la habitación, acomoda la cobija sobre su amigo, asegurándose que sus últimos minutos de sueño fueran de comodidad.

Saliendo de su recámara, de camino al baño se encuentra con Cyborg, quien cruzándose de brazos le impide el paso, sonriéndole con una ceja levantada. — Habéis dormido bien, ¿eh?

— Buen día, Cy. ¿A qué te refieres?

— Os he visto dormir juntos. ¿Ha tenido una pesadilla o qué pasa entre vosotros?

— Ah... No, no, sólo tenia frío.

— Ahám, sí, frío.

Robin ríe nervioso, mirando al suelo con una sonrisa tímida se va al baño. Cyborg suspira, continúa su camino al salón.

— ¿Y tú qué hacías despierto a esa hora? — Robin detiene su caminata un momento, mirando a su robótico colega sobre el hombro.

Este no detiene su andar. — Saqueaba el refri y escuché más ronquidos de lo normal.

Aves y Semillas (TEMPORALMENTE CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora