Desayuno

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La mañana del día siguiente postró en el horizonte al radiante sol que, con su caliente luz, hizo brillar a la ciudad. Robin se encontraba en el comedor tomando un desayuno saludable, el cual consistía en dos trozos de pan fritos en aceite de oliva con crema de aguacate por encima y pizcas de sal. Acompañando esto con un buen vaso de jugo de frutos rojos, el jovenzuelo miraba, a través del cristal en la pared, hacia afuera, tomando su primer comida del día con gusto, pensando en que dentro de un par de horas debería presentarse al pie de la torre para encontrarse con el extraño chico del día anterior.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos al escuchar a alguien entrar en la cocina-comedor. Era Cyborg, uno de los primeros y mejores miembros en el equipo de los Jóvenes Titanes, siendo el que más acostumbraba a tomar el cargo en caso de que Robin estuviera ausente. Al verlo, con una sonrisa, se acercó a su lado y palmeó ligeramente su espalda.

— ¡Buenos días, Robin!

— Buen día, Cy. ¿Dormiste bien?

— No tengo de qué quejarme, ¡anoche el ambiente estaba fresquito!

— Aún es confuso el hecho de que percibas la temperatura como cualquier otro.

— ¡Hey! Soy parte robot, parte humano, ¡y el metal también se calienta! — Agrega el hombre robot con un guiño.

Robin se sonríe agraciado, Cyborg suelta una ligera risita mientras se acercaba a la encimera de la cocina viendo que su líder había dejado algunas rebanadas de pan tostado disponibles para que el equipo les untara lo que desearan. Apreciando el hecho, opta por servirse unas seis con mermelada de melocotón.

— ¿Entonces ese chico vendrá a la torre?

— Así es, ¿vas a acompañarme?

— ¿Alguna razón en particular?

— Eres como mi mano derecha, Cyborg. Si da la casualidad de que algo no salga bien, me gustaría que estuvieras cubriéndome la espalda.

— Cuenta conmigo.

Cyborg termina de servirse su desayuno y se sienta junto a Robin, ambos se intercambian una sonrisa amistosa llena de compañerismo.

— Me emociona pensar que vamos a crecer como equipo.

— Eso no se sabe hasta que pase las pruebas.

— Cierto, pero, ¿Qué pruebas le vas a poner?

— Estaba pensando en hacerle un par de, por así decirlo, exámenes, uno práctico y otro teórico.

— Es grupo de superhéroes, Robin, no universidad.

— Quiero saber qué y cómo piensa, salvar a nuestros conciudadanos no consiste sólo en fuerza y resistencia, sino también en habilidad e inteligencia.

— ¿Y cuál vas a darle primero?

— Eso no lo tengo decidido, ¿qué opinas tú?

— Hmm, mejor primero la práctica. Así sabremos cómo detenerlo en caso de que algo salga mal si no pasa la teórica.

— Tienes un buen cerebro bajo esos circuitos.

— Gracias, lo heredé de mi tarjeta "madre".

Aves y Semillas (TEMPORALMENTE CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora