Aves y Semillas (TEMPORALMENTE CANCELADA)

Dicho y hecho

Esto había tomado por sorpresa a Robin... Es decir, que apareciera de la nada quien se hacía llamar el hijo de Poison Ivy y Harley Quinn, ¿era eso posible? probablemente que sí, ya que la tecnología había avanzado increíblemente para la época misma, sobre todo para cualquier superhéroe con acceso a un par de teclas; sin embargo, por más sorprendente que fuera, no podía quedarse paralizado ante la duda.

— ¿Dices que te quieres unir a nuestro equipo? ¿A los Jóvenes Titanes?

— Simona la mona.

— ¿Y quién te crees para solicitar algo así? Ni siquiera sé quién eres, ni siquiera sé cuál es tu nombre.

El líder del reconocido equipo de salvadores sonreía con una mirada relajada, no era la primera vez que se le presentaba una situación tan bizarra como una persona al azar queriendo ser parte de algo tan grande. Ante esto, el desconocido suelta un suspiro, dejando caer su metafórica máscara de tipo seguro y duro.

— Harry, como el de Harry Potter, pero sin las gafas ni el intelecto. — Mencionó el contrario. — ¿Entonces? ¿Qué tengo que hacer para entrar a vuestro curro?


Por algún motivo, el pelinegro enmascarado sintió algo de compasión por este tal Harry, ya que, su intención parecía genuina, lo cual era un poco raro viniendo de un chaval, hijo de la ex-pareja de el Joker y la flor venenosa más sensual y testaruda de Ciudad Gótica. Si fuera un plan para infiltrarse, ¿por qué actúa como si no tuviera nada que perder? y aún si realmente ese era el caso, de igual manera tendrían bajo custodia a un posible criminal: todo aquello pasaba por la cabeza de Robin, que contemplaba una situación de ganar y ganar, siendo que o ganaba un nuevo compañero o se deshacía de un posible criminal.

Robin hace un ademán a Harry y se sienta en el borde del techo del edificio, le había dado a entender que se quedara a su lado. Siendo esto así, continúan la conversación con un tono menos tenso.

— Harry, ser parte de un equipo de superhéroes no consiste en tan sólo acercarte al líder y pertenecer, no es una clase de juego o comunidad, ¿comprendes? — Menciona Robin, hablando como una especie de hermano mayor, debido a la amabilidad y serenidad que emanaba.

— Ya, lo sé, por eso he venido a ti, porque me gustaría que me dieras pruebas y esas cosas.

— ¿Qué me garantiza que no eres un peligro para el equipo?

— Nada, pero si lo piensas, ninguno de vosotros deja de serlo.

— ¿A qué te refieres?

— No es sorpresa de nadie que cualquiera de vosotros puede volverse loco a raíz del control de algún externo o por simple rebelión, quiero decir, Raven es literalmente medio demonio, ¿sabes?

— No te falta razón, de hecho es por eso que Batman tiene un plan para acabar con cada uno de los miembros de la Liga de la Justicia en caso de que tus hipotéticos se cumplan, pero tampoco vamos a tomar el riesgo. Dime, Harry, ¿tienes la intención de hacernos daño?

— Te seré sincero, Mr Batmancito de Marca Blanca, si eso quisiera ya lo hubiera hecho. No, no os quiero hacer daño, ¡quiero redimirme!, quiero ser más que el hijo de un par de criminales desquiciadas.

— ¿Con esa boca hablas así de tus madres?

— ¿Y cómo hablas de los tuyos?

— Hijo de puta.

Ambos rieron. Robin negó con la cabeza, como pensando "este tipo es un desgraciado". Desde hacía un tiempo había logrado de algún modo aceptar la muerte de sus padres y notó también que la intención de este nuevo personaje no era realmente ofenderlo. Parecía honesto con sus palabras, y, de nuevo, podría conversarlo luego con sus compañeros ya que aún seguirían al tanto de la situación.

— ¿Y qué pretendes que hagamos para comprobar si puedes unírtenos?

— Hmmm, ¿qué te parece un par de peleítas? así como los montajes de los YouTubers.

— ¿Estás dispuesto a empezar mañana, aprovechando que la cosa pinta tranquila?

— Cuenta conmigo.

— A las diez de la mañana, cerca de la torre.

— Dicho y hecho, camarada.