Cosas malas

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Todo iba tan a mal...

El día siguiente llegó, y Starfire esperaba a Robin fuera de su habitación.

La alarma mañanera del líder suena indicando que es la hora de despertarse, y al hacerlo, retratando en su rostro la viva imagen de alguien que ha tenido un muy mal sueño, escucha a alguien tocando la puerta de su habitación.

Verificando que su aliento no olía tan mal y que su cabello no pareciese el de un puercoespín atropellado, Robin abre la puerta de su habitación.

— ¿Mm? Buenos días Star...

— Renuncio.

— ¿Eh?

Primera hora del día y ya recibía malas noticias. No era la primera vez que Starfire se planteaba irse del equipo por "no ser suficiente", pero esta vez (y tomando en cuenta su rara actitud últimamente) no parecía ser ese el caso. Robin niega con la cabeza, mirando con los ojos entrecerrados y el entrecejo fruncido a la alienígena.

— No me siento cómoda en este sitio. Todos sois irresponsables e inmaduros. Me voy a mi planeta, no quiero que intentéis contactarme.

Y antes de que pudiera responder, Starfire se va volando a toda velocidad.

— . . .

Robin cierra la puerta de su habitación. Mira hacia dentro y empieza a respirar pesadamente.

¿Por qué pasaban tantas cosas malas en tan poco tiempo?

Sintió la sangre de sus venas bombear hasta su cabeza.

Empezando a jadear, su rostro colorado de ira estaba tan tenso como sus músculos: empezaría a tener un ataque de ira, o algo similar.

La frustración lo llevó a tirar las cosas que estaban en su escritorio, también en su mesita de noche.

Tanto era el caos que le sacaba de sus casillas que llegó a asentar tal golpe en la puerta que la misma se rompió un poco. Las astillas que desprendió provocaron cortadas en sus nudillos.

Después del flujo de adrenalina el dolor se hace presente. Robin tiembla, lágrimas resbalan de sus ojos. No sabe qué hacer, no sabe qué pensar.

El escándalo obviamente llamaría la atención de alguien. Wildweed se acercó a la habitación y abrió un poco la puerta de la habitación. — ¿R-Robin?

— ¡YA VETE TÚ TAMBIÉN!

— Wow, eh... Colega, no estás bien, déjame-

— TE HE DICHO QUE TE VAYAS TÚ TAMBIÉN.

Wildweed no comprendía con totalidad el estado mental de Robin, así que recordó lo que le había dicho anoche. Entendió que su presencia no era de necesidad en el equipo. Robin estaba de espaldas al contrario, aún temblando.

— ... Ha sido un placer trabajar con vosotros...

El rubio se va, mientras que el afectado y alterado azabache poco a poco cae de rodillas al suelo.

Aves y Semillas (TEMPORALMENTE CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora