¿Quién es él?

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Era una noche árida en Jump City. Las calles eran frecuentadas por turistas en aquella época veraniega, y por ello mismo, el líder de los Jóvenes Titanes se dedicaba a patrullar áreas concurridas de la ciudad misma, la cual equiparable a una metrópolis. Robin, un jovenzuelo de unos 21 años de edad aproximadamente, estaba de cuclillas observando su perímetro con cautela, bajo su visor se ocultaba una mirada atenta y prevenida.

En ese momento, se dedicaba a vagamente escuchar murmullos producidos por las conversaciones que tenía la gente a pies del edificio, cuando de repente siente algo similar a una pequeña roca golpear su nuca. Este ignora el estímulo, hasta que se repite: siente el mismo golpecito otra vez. Girando levemente su cabeza, después de notar de que el golpecito fue provocado por una semilla, Robin mira por encima del hombro hacia atrás para encontrarse con una silueta bañada en la umbra nocturna y por tanto irreconocible a primera vista.

— No deberías molestar a alguien que vela por la seguridad de sus conciudadanos.

— Pfff, man. No me seas un estirado, ¿sí?

El héroe se pone de pie, dando la cara al desconocido. — ¿Quién eres? ¿Qué quieres? — Pregunta serio, frío, sin llegar a ser descortés.

— ¿De verdad no me reconoces? — El extraño soltó una ligera carcajada un poco sarcástica. El frío viento hizo danzar algunos de sus mechones rubios que se iluminaban parcialmente con las luces de los postes que adornaban las aceras. — Venga, hombre, dime que tu memoria no es tan mala.

Sabiendo que podría tratarse de una clase de truco psicológico para persuadir o manipular, el "chico maravilla" manda una señal discreta al resto de su equipo al presionar con disimulo el botón de su artefacto de comunicación: el micrófono está encendido, así que si algo sucedía estarían al tanto. — Si lo recordara, no te estaría preguntando. ¿Por qué no me cuentas quién eres? Dudo que sea tan trabajoso si no tienes algo que ocultar.

— Nos habremos visto dos o tres veces hace un par de años, Grayson; pero, claro, poco te importaría recordar apellidos como "Lillian Quinzel".

Tic, tac, tic, tac... Cuestión de segundos para que esos apellidos retumbaran en su cabeza. — Qué genética tan interesante. ¿Dices que nos hemos visto anteriormente?

— Una o dos veces de reojo, nada más, pero con la de veces que sales en las noticias salvando gente random ya se me ha quedado tu cara bien grabada en la motherboard.

— ¿Y qué quieres, entonces? ¿Buscas pelea?

El resto de titanes escuchaba con el intercomunicador toda la conversación que ocurría en el tejado de ese edificio. Ninguno dijo o hizo nada al respecto, ya que estaban igual de confundidos que su líder. Si bien era posible que este le hubiera visto anteriormente, ellos no, así que, ¿Quién demonios estaba ahí? ¿era alguien peligroso?

Acercándose lo suficiente para que la oscuridad abandonara la mitad de su imagen, este muchacho suelta un suspiro tras estirar sus brazos hacia arriba. — Nah, todo lo contrario. ¿Tienes un puestito libre?

— ¿A qué te refieres?

— Muchos héroes cambian su curso para convertirse en villanos, pero a mí me apetece hacer lo contrario. ¿Hay puestos disponibles en vuestro lío?

Aves y Semillas (TEMPORALMENTE CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora