Me volví la esclava de un vampiro

capitulo 1

LUZ

¡Bien, bien, perfecto! ¡Estúpida!

Salí de casa molesta, mao se estaba acostando con un chico que me gustaba. Siempre lo hace. ¡Lo odio! Caminé rápido. Entonces escuché un ruido en el callejón que estaba en frente de mí. Me paralice. ¡¿Que carajos fue éso?! Me voltee asustada. ¿No me pasará nada, no?

–¿G-gatito?–se me ocurrió llamar, por qué estaba cagada de miedo–¡Misu, misu!

Entonces escuché un quejido, y luego un gemido. ¡¡¿No será?!! Vislumbre a un hombre con la cara metida en el cuello de una mujer. Rápidamente me sentí aliviada ¡Haaa, era eso, fiu!

Entonces sonreí. ¡Espera! ¿¿Que?? Ellos parecían estar, y yo me asusté y empecé a retroceder en silencio, y justo cuando estaba llegando a medio callejón una tapa de metal se calló haciendo un ruido fuertísimo.

Yo me golpeé mentalmente. Listo. ¡Lo que faltaba! Entonces el hombre se volteo y me miró.

Sus ojos negros me miraban intensos, irradiaban peligro. 

Y yo lo mire asustada. Y empezé a correr como loca.

Mierda, mierda. ¡Mierda! Ese hombre no estaba haciendo cosas cochinas con la mujer, ese hombre estaba tomando su sangre, ¡ese hombre era un vampiro...!

Por favor. Por favor.

Solo corría, tenía miedo, lo voy admitir. Un vampiro. Normal. ¡Estoy cagada del miedo!  Corrí dos calles enteras. Si mi madre me viera estaría sorprendida.

Ya lejos de ese callejón. Respiré profundo intentando calmar mi respiración desastrosa. Bueno, ahora el plan es comprar unos boletos e irme del país. Pero jamás, nunca voy a olvidar lo que ví.

Empecé a caminar Lento. Mire hacía atrás un poco pensativa. ¿Los vampiros no son fantasías? Tal vez era un hombre que le gusta la sangre. Normal, ¿No?

Entonces cuando pensé que estaba segura, unas manos frías me atraparon, y abrí los ojos completamente. ¿Qué....?

El hombre que ví en el callejón me tenía acorralada, sentí mi corazón latir por el miedo. ¿Que me iba a hacer? ¿Me iba a matar? ¡¡NOOOOOOO!! ¡¡NOOOO QUIEROOO MORIRRRRRR!!

–Haz silencio.–ordenó con una voz fría y ronca y yo me calle, por qué vamos tenía más miedo que un Chihuahua–Camina despacio.

Y lo hice.

Todo esto me pasa por estúpida. ¡Solo a mí se me ocurre salir en la noche, sola!

El hombre me jaló bruscamente hacia un pequeño callejón, y yo tuve la intención de quejarme, pero no era buena idea.

Finalmente me estampó de una pared muy fría, gemí de dolor. Y abrí mis ojos y lo mire, estaba furioso. Tenía manchas de sangre en la camisa.

–¡¿Que fue lo que viste?!–Se me acercó y yo temblé–¡Dime!–Exigió gritando.

Sentí su respiración chocar con mi rostro, lo mire asustada. ¡Este hombre puede matarme! Mire hacia los lados buscando una solución, un escape... algo. Pero no había nada.

–Oh, ni lo pienses. Si intentas escapar y no me dices que fue lo que viste, puedo matarme lentamente, alargando tu tortura.–Me aseguró enseñando sus colmillos.

Entonces lo detalle lo sentí conocido, pero la verdad no lo creo. Entonces me removí un poco, y el me agarró del cuello pero sin hacer mucha presión.

–¿Que viste.?–apretó un poco y gemi de dolor–No lo preguntaré de nuevo.

Así que era hablar para salvar mi vida.

–Lo ví a usted con una mujer.–Tome valentía y lo miré–Y luego ví que estaba tomando su sangre.–El hombre me miró furioso.

Entonces me volvió a estampar contra la pared. ¡Por dios, si que duele! Pero entonces deje de quejarme por qué sentí unas cosas afiladas en mi cuello, y supe que estaba intentando morderme.

–No...–murmuré.–Por favor...–pedí sin fuerza.

–¿Sabes que te puedo matar ahora mismo?–murmuró contra mi cuello, y yo me estremecí.

Entonces me volteo y me miró directamente a los ojos, y yo apreté los puños asustada. No quiero morir. aún no. Apreté los ojos.

Y cuando los volví a abrir. El hombre me miraba frío. Me tomó del rostro. Yo intenté no mirarlo pero se me hizo imposible.

–¿Cuál es tu nombre?–preguntó.

No puedo ser tonta. El podría matar a mi familia. No. Simplemente no. Prefiero morir.

–Habla o te mato.

–Mi nombre es luz.–Lagrimas tardías salieron. ¡¿Es enserio!?

Patético. Simplemente patético.

–Luz...–murmuró mirandome. Su mirada parecia intentar leer mi alma.

Entonces de un momento a otro yo estaba caminando hacia un auto lujoso, obviamente este hombre era rico, pero era frío ni se inmutó cuando me puse a llorar.

Cuando me llevo hacia un lugar que parecía más un castillo, me bajó del auto, y me llevó a dentro del lugar. Entonces paso por el lado de varios sirvientes. Yo los mire a todos con cara de terror pero todos me ignoraron.

Me metió en una habitación.

–Mira, luz..–me miró y yo me encogí asustada–Sabes mucho, así que te voy a tomar como mi prisionera.–Yo me impacte por sus palabras.

¡¿Prisionera?!

–¿Por qué no me matas?–el se me acerca.

–¿Eso es lo que quieres?–mi cuerpo tembló–Lo suponía–Se burló.

Entonces llamó a unos sirvientes, y todos parecen muy serios, y yo me asusté y mire al hombre vampiro o lo que sea muerta del miedo.

El se acercó y les susurró algo y ellos salieron a buscar algo, y yo me voltee asustada.

No sé, pero sentí que lo que les estaba diciendo a los sirvientes no era nada que tuviera que ver con prepárame un baño de rosas aromáticas.

Asustada y desesperada me lance en el suelo, si patético XD

–¡Déjame escapar! ¡No le diré nada a nadie! ¡Lo prometo!–pedí, mientras lo miraba a sus ojos oscuros–¡Pero no me mates o me tomes prisionera!

–Tu no eliges que hago y que no.–Sentenció y su pelo negro se pegó a su frente–Ademas, lo que tengo planeado para ti, amerita que haga algunos ajustes

¿Planeado para mí? ¿Ajustes? ¡A la mierda, quiero ir a casa!

Pero entonces escuché un sonido metálico, y los sirvientes que se habían ido llegaron con unas cadenas en las manos, yo negué repetidamente.mire a el señor vampiro ¿Me van a encerrar y encadenar? Ellos me pusieron las cadenas, pero intenté resistirme lo más que pude, pero al final cansada sentí que me inyectaban algo, al parecer un tranquilizante.

Y finalmente caí rendida no sin antes escuchar.

–Ya. Está listo, conde Damián.–y caí inconsciente.

***

NARRADOR OBNICIENTE

Mientras se llevaban a Luz, el conde Damián, sonrió. Por qué ella era muy importante. Para lo que tenía planeado.

–Luz, luz. Cuánto has crecido.–murmuró con una sonrisa.

Su rostro le vino a la mente. Pelo marrón ojos verdes, labios rosados. Realmente era una mujer.

Pero lo que el conde no sabía era que luz no era una humana normal.