Capitulo 16

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LUZ

Esa voz...

¿Quién era esa persona?

Mire a los lados para ver si alguien había estado en mi habitación y confirmé al instante que no fue una persona normal.    Me levanté de manera brusca de la cama y me acerque a la ventana.

Lo que ví me dejó helada.

Damián y Juliette se estaban besando apasionadamente.

Me alejé cómo pude de la ventana. ¿Por qué me duele tanto? ¡Solo soy una humana que fue capturada por un vampiro! Es obvio que el nunca sentirá lo que yo siento por él.

Un ruido me sacó de mis pensamientos.

Mire mi estómago.

Tenía hambre. Mucha. Así que salí sin que nadie se diera cuenta de mi habitación y me dirigí hasta la cocina. Cuando entré todas las chicas y las señoras me quedaron viendo sorprendidas.

–H-hola, esto...–Me daba vergüenza pedir esto pero estábamos hablando de mi supervivencia–¿Podrían darme un poco de comida, por favor?

Una de las chicas negó y yo me asusté.

–No podemos, señorita luz.–Se miraron las unas a las otras con temor–La señora Juliette nos ordenó que no te podíamos darte alimentos.

Tenía demasiada hambre. Desde ayer no probaba bocado y eso me estaba afectando fuertemente. Necesitaba comer enseguida...

Pero entonces una mujer mayor que estaba cocinando se acercó a mi con una sonrisa amable, no sin antes regañar a las chicas que estaban cerca de mí:

–¿Enserio la dejarán morir de hambre? ¡No tienen misericordia!–Me tomó de la mano y me llevó hacia una mesa–Ven, señorita. Te daré de comer.

Me provocó darle un abrazo fuerte. Luego preparó algunas cosas y me las dió. Juro que no comí nada más sabroso.

La señora me miró con una sonrisa y dijo:

–¿Te gustó mi comida?

Deje de comer y le sonreí con alegría.

–¡Me encantó!

Agarró el plato sucio y lo llevo al fregadero. Yo me levanté con la promesa de volver aquí. Y ella me dijo que volviera cuando quisiera que nadie se iba a enterar que me estaba dando comida.

Salí de la cocina. Y justo cuando pase por la sala escuché unos gemidos. ¿Qué será...?

Me quedé helada cuando ví a Juliette encima de Damián. Subía y bajaba, yo estaba estática. Pero mi cuerpo se movió y abrí la puerta de la casa y salí. Corrí por todo el patio. Me adentré al bosque. Y cuando llegue a un arroyo me detuve.

¿Por qué el la amaba a ella?

¿Por qué amaba a alguien que no era bueno?

Me sostuve el pecho con una mano. Me ardía la garganta. Y sin quererlo, las lágrimas se escapan de mis ojos. Aún cuando todo esté tiempo hemos pasado cosas bonitas juntos, él no...yo no...

Ya lo entendía.

Lo amaba. Desde hace mucho que lo hacía. Y dolía como no tienen idea. Seguí llorando hasta que se hizo de noche.

Mire las estrellas. ¿Por qué no podía ser como ellas? Libres en la galaxia. Brillantes. Y vivas. Alce una de mis manos hacia arriba. Imaginándome que las tocaba con mi mano.

Pero una estrella fugaz pasó por delante de mi cara. Era bellísima. Y pedí un deseo. Eso era lo que las personas hacían cuando veían una, ¿No?

Yo hacia eso todo el tiempo con mao.

Recordarla me hacía sentir un dolor en el pecho. Cómo si yo no tuviera a nadie. Nada. Todas las personas que yo quería se alejaban de mi y no me querían. Primero mamá...

Luego Mao, mi hermana.

Sigue, papá o el que me había criado...

Y luego él...

Y luego Damián.

Que con sus ojos negros me enamoró sin delicadeza alguna. Quién me hizo sentir alegría de estar viva. Pensando que alguien si quería protegerme.

Y ahora él no...

Por qué quiere a Juliette. Por qué nunca tendré un lugar en su corazón. Por qué no soy nada. No soy nadie. El no me quiere, nadie lo hace.

Y yo lo deseo.

No sé cómo pero sentí mis ojos cerrarse sin dejar ver ese cielo estrellado. El frío se estaba colando por mis huesos, pero igual caí en un profundo sueño...

O mejor dicho, pesadilla.

Estaba en un bosque. No era el que estaba en la casa de Damián. Por qué aquel estaba repleto de árboles frondosos y este parecia estar escaso de cuido.

Sentí una presencia a mis espaldas, y cuando me intenté voltear, no pude. El miedo me recorrió la espina dorsal. ¿Esto es un sueño?

–Si que lo es, querida.–Abri los ojos cuando escuché la voz del otro día, y me quedé tranquila por algún extraño motivo–¿Estás más calmada, cierto?

–Si.–Asentí, e intenté moverme para verlo–¿Quién eres y por qué apareces en mis sueños? ¿Fuiste tú el que se metió a mi cuarto ayer?–Pregunté con rapidez, casi sin respirar.

–Primero, no te dejare que me veas, por qué no es el momento.–Eso me confundió–Segundo, Solo te diré que te conozco, pero tú no a mi.–Esto parecía más a un acertijo–Lo descubrirás pronto. No te preocupes, Luz. Tu verdad está más cerca de lo que parece. Tu verdadero yo está más cerca de salir a la luz.–Sentí que me daba un beso en la cabeza, y me tense–Aun no es el momento.–Esta última frase se repitió como un eco en mi cabeza.

Tanto que no me di cuenta de que ya podía moverme. Pero lo único que hice fue lanzarme en el suelo a llorar y a gritar. Me dolía mucho la cabeza y sentí que se me iba a explotar el corazón.

Esto ya no era un sueño.

Esto era algo mortal.

Hasta que desperté.

Lo primero que ví al abrir los ojos. Fue un rostro sumamente guapo y pálido. El de una persona que conozco muy bien. O eso creía.

Solo que mis sentimientos hacia el me hacen querer olvidar.

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⏰ Última actualización: Sep 05, 2023 ⏰

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