capitulo 9

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LUZ

¿Que estoy haciendo? Pues ofreciendole mi sangre a un vampiro.

–Puedes hacerlo–Repetí al ver que no dijo nada.

El solo me miraba intensamente, y de pronto se me acercó y me puso debajo de el, y yo me sorprendí cuando me rompió la camisa dejandome solo con mi sostén puesto arriba.

–¡Espera!–intenté detenerlo.

–Dijiste que podía beber tu sangre, y no sabes desde cuándo llevo deseando probar la tuya, deseando clavar mis colmillos en esa piel tan suave, cuando lo imaginaba se me hacía agua a la boca.–Confesó y yo me sonroje.

–¡E-espera, todavía sigo enferma!–y con eso se detuvo y lo hizo más rápido cuando un estornudo involuntario salió de mi nariz.

Se separó. Respiraba agitadamente.

–No puedes hacer eso de nuevo, luz.–Murmuró con dolor.

–¿El que?

Me miró fijamente a los ojos para luego pronunciar unas palabras muy fuertes:

–Decirme que puedo beber de tí, para después detenerme. Por qué realmente no sabes cuánto te deseo.–Me miró, yo me puse roja–Mejor es que me vaya.

Pero antes de que se fuera lo llame.

–Damián.–vi como apretaba los puños

–Mmn.

–¿Dónde me encontraste?–tenia una duda.

El se volteo y me sonrió.

–Te encontré en una acera, con tu ropa totalmente empapada, y temblando. Mientras ardías en fiebre.

Yo lo mire apenada, el me salvó, así que lo único que pude decirle para agradecerle fue...

–Gracias, gracias por salvarme.–Lo mire con una sonrisa –Te lo agradezco.

El solo asintió.

Pero se detuvo y se volvió hacia mi con una sonrisa divertida.

–Se que no te querías ir.

–¿Ah?–¿Como lo supo? ¿También Lee mentes?

–Hablas dormida.–¡Mierda!–Y también dices cosas sin sentido.–Se rió de mí.

–¡No puede ser!–me puse las manos en las mejillas mientras mi cara se ponía como un tomate.

–Bueno, me gustaría seguir viendote en ese estado, pero...–hizo una pausa–Solo me hace desear morderte.

Y se fue.

Yo ahí parada como una tonta, con el corazón acelerado. Entonces me volví a acostar, unas sirvientas llegaron.

En si, eran tres chicas. Menores que yo. Las tres me sonrieron, y me ayudaron a bañarme.

–¡Usted si que tiene suerte!–Me miró Ami.

–¿Por qué?–No se en que tenía suerte.

–El conde se preocupa por usted, tanto así que se quedó toda la noche vigilandote para asegurarse que estuviera bien.

Yo me asombre. ¿El conde cuidándome? Se me aceleró el corazón, y sentí la cara caliente.

🦇🦇🦇

Después de recuperarme, Damián me invitaba constantemente a salir a caminar, a comer juntos. Y eso durante varios días, y era raro...

Por qué aunque me ofrecí para que tomará mi sangre, el desde ese día no se ha atrevido a intentar morderme o hacer algo.

Pero bueno...

Éstos días han Sido los más felices de mi vida, he conocido cosas de Damián y el de mi, le conté la historia completa de adónde fui, que me dijo mi padre y el solo me consoló.

Nos volvimos tan cercanos que antes de irme a dormir le daba un abrazo, el cual me aceleraba todo, otra cosa que me ha pasado en estos días, es que me he sentido más nerviosa con Damián, o eso creo. Mi corazón late demasiado rápido cuando está cerca de mí, y también he pensado en como sería tenerlo a mi disposición, encima de mi, mordiendo y chupando mi cuello hasta volverme loca...

¿Ven? Estoy mal, no tengo que tener ese tipo de pensamientos impuros con mi amo, no señor.

Me enteré que Damián tiene al menos un siglo vivo, pero se ve de veinticuatro años, no me dijo el origen de como se transformó. Me dijo que tenía un amigo que se llama wade, y que me lo quería presentar.

Todo parece un sueño.

La verdad nunca pensé que podía llegar a estar feliz al lado de el vampiro que me secuestro y miren, me siento tranquila y feliz. Habeces me lo quedo mirando mucho, o cuando se tapa los ojos con las manos lo observó.

Ahora estamos en la biblioteca, el tiene un libro que en la tapa dice: crepúsculo, es irónico, pero bueno...

Le quitó el libro de las manos y el me mira molesto.

–¡¿Que haces?!

Yo puse el libro debajo de mi brazo, y me acerque a el un poco, tampoco era buena idea que estuviéramos muy cerca.

–Es que...¡Quiero hacer otra cosa! ¡Estoy aburrrrriddda!–arrastre las palabras, mientras que con la cara hacia expresión de fastidio, el me miró disgustado–y por cierto...¿Porque lees una libro sobre vampiros?

El solo se encogió de hombros.

–Me dijeron que era un buen libro.–Se defendió.

–¿Quien te lo recomendó?–quise saber.

–Mi...–pero no lo dijo, en sus ojos ví que era un asunto muy complicado–Mejor amigo–mintió mientras sonreía.

Yo fruncí las cejas.

¿Mejor amigo?

El pareció incómodo de un momento a otro como sí la pregunta que yo le hice le incomodara o más bien a la persona que implicó.

Yo solo suspiré. A pesar de haberle contado muchos de mis secretos, aún así el no confía en mí.

–Vamos a comer.

–Mmn.–solo hice un ruidito de afirmación.

Y empezamos a caminar.

¿Porque me mintió? ¿Realmente era su amigo? ¿O es otra persona? ¿Quien será?

Entonces no me di cuenta de que el me hablaba, me voltee hacia el confundida y avergonzada.

–¿Ah?–lo mire, el estaba con los brazos cruzados.

–No estabas escuchando.–yo solo sonreí apenada, y el se me acercó peligrosamente –¿En qué piensas tanto?

En tí, solo y llanamente en tí.

Obviamente no le voy a decir eso.

–En que nunca había estado tan feliz, tan tranquila, no estoy preocupada ni nada por el estilo.–no fue una mentira, además el podía detectar las mentiras–Estoy feliz de que me hayas capturado.–pero cuando me di cuenta de lo que había salido de mi boca, me puse las manos en la cara.

Sentí que me ardía, escuché una risa ronca, que me erizó el vello de la piel, unas manos frías quitaron las manos que cubrían mi rostro.

El estaba ahí sonriéndome y yo como un tomate.

–Yo también estoy feliz de haberte capturado.–un viento pasó y alborotó su cabello negro y su sonrisa era cada vez más grande.

Yo solo lo mire como si el fuera lo más increíble que había visto en el mundo.

 

Me volví la esclava de un vampiro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora