capitulo 11

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DAMIÁN

ya no puedo más, tengo que morderla o me volveré loco, su piel tan blanca y suave, me tentaba demasiado, y lo peor no era eso, que verla así sonrojada mientras lamía su dulce y rica piel, me excitaba y más de lo que me gustaría admitir.

–Ya...no.... aguantó más...–jadeé sobre su hombro y coloque mis colmillos en su hombro, llegando al cuello, y no me perdí el momento en el que cerró sus bellísimos ojos.

Y justo cuando estaba a punto de probar de mi fantasía, de la fuente de mi hambre voraz, alguien tocó la puerta, rápidamente luz se levantó y se acomodó el camisón con expresión avergonzada, yo maldije por lo bajo.

–S-señor... tiene una llamada y es urgente.–hablo una sirvienta atraves de la puerta.

–Dame unos segundos.–suspiré y me volví hacia Luz que parecía avergonzada y no entiendo de que, si ella misma me dió el permiso de beber de su sangre.

Ella murmuraba cosas que no podía entender.

–Luz, se que me permitiste beber de tu sangre, pero...–La mire serio, ella se veía nerviosa–Si no quieres hacerlo...no lo hagas, no es una obligación.

Esas palabras su que me dolieron, por qué realmente deseo su sangre y algo más... pero no sé el que.

Ella se removió como si estuviera incómoda.

–No.

Yo la miré confundido y triste. Tal vez no quería darme su sangre.

Pero entonces me agarró por sorpresa cuando se levantó y me abrazó, sentí su cuerpo tan cálido, contra el mío, sentí mi corazón acelerarse. Y realmente me asusté.

–¡No, yo quiero que tú bebas mi Sangre!–aseguró, mirandome decidida, yo me asombre por su afirmación y entrega–¡Deseo que la bebas hasta que te sacies, hasta que estés satisfecho!–mi frío corazón latía contra mi pecho–Con tal de ayudarte...–susurró esto último.

Mire su bello rostro, sus cejas bonitas fruncidas, sus ojos esmeraldas brillosos, su pelo chocolate, y su olor... esos labios tan rojos, que quería besar...

Rápidamente me separé de ella con los ojos abiertos, ella me miró confundida, y luego su expresión se puso triste... pero entonces me acerque, con el objetivo de despedirme.

–Me tengo que ir.

Ella solo miro hacia otro lado.

–lo sé.–susurró.

Suspiré y baje mi rostro al suyo, y otra vez unas intensas ganas de llenar su piel de besos me dejó sin palabras, así que para calmarme y saciar mis pensamientos, pose mis labios en su frente, y luego me alejé con la respiración agitada. ¿Que fue eso?

–Buenas noches, luz.–tenia que irme de ahí rápido.

Ella sonrió roja, y se que es por la vergüenza.

–Buenas noches, Damián.

Entonces salí de ahí con el corazón latiendo rápido, y una cara de preocupación, mientras caminaba rápido por los pasillos, muchas ideas pasaron por mi mente, pero estoy mucho más molesto con la personas que interrumpió mi momento en el que iba a probar la deliciosa sangre de luz, aún sus palabras sonaron sensuales a mis oídos, pero se que ella no lo hizo con esa intención.

Entonces llegué a mi despacho. Y cuando entre espere ver al espejo mágico, pero lo único que ví fue a mi amigo wade, vestido con su habitual capa negra, en su rostro había una expresión aburrida hasta que me vió.

–¡Amigo!–intentó abrazarme pero Yo lo detuve, el arrugó las cejas fingiendo estar indignado–¡Uo, siempre Tan frío!

Yo me pase la mano por la cara frustrado, así que pregunté lo que me trajo hasta aquí e interrumpió mi momento feliz.

–¿Dónde estaba la persona que me estaba llamando?

El se lanzó a reír.

–¿Por qué te ríes?

El se seco las lágrimas, que se le habían formado por tanto reírse y cuando se calmó me miró con uns cara burlona.

–Fue una broma. Nadie te estaba llamando, yo era el que le dijo a esa sirvienta que te dijera eso.

Yo quise matarlo, era mi amigo pero era una mierda, no probé la sangre de luz, por culpa de una de Sus estúpidas bromas, así que en un movimiento le di con mi puño en la cabeza, sin hacerle realmente mucho daño, solo le quedaría un chichón.

–¡¿Por qué me golpeaste?!–se sonaba con sus dos manos la cabeza, mientras me miraba molesto.

–¡Te golpee por qué por tu culpa no probé la sangre de luz!–grité furioso, el cambio su expresión por una pícara.

–Ah, con que esas tenemos.–sonrió–¿Por eso estás así? ¿Por qué no pudiste probar la sangre de la humana esa?

Yo gruñí.

–No es "humana esa" tiene un nombre.–El giro los ojos como si no le interesara.

–Si,si. Cómo sea. ¿Por eso es que no has bebido la sangre del bar? Vaya, debe tener una sangre muy buena si te tiene así...

Yo solo suspiré.

–No me provoca beber sangre de otras personas o animales, la única sangre que deseo probar es la de ella...–Lo mire cansado y le senté en una silla–¿Eso está mal?

El también se sentó al frente mío, con una expresión pensativa, luego asintió como si hubiera sacado una conclusión.

–Amigo, puede que te suene estúpido lo que te voy a preguntar, pero promete que responderás...–no me estaba gustando por dónde iban las cosas.

–Esta bien.

–¿Cómo te llevás con ella, que tanto se han vuelto cercanos los dos?–yo me reí. ¿Esa era la pregunta? Era muy fácil.

–Pues, somos algo así como mejores amigos, hablamos mucho de cualquier tipo de cosas sin importancia y pasamos la mayor parte del tiempo juntos.–resumí, aunque eso era quedarse corto.

–¿Acaso no lo ves? ¡Te estás encariñando con ella!–yo lo mire como si esa fuera una estupidez.

–¿Encariñando? ¡Jajajaja!–rei.

Luego de hablar durante un rato, wade se puso serio, como siempre lo hacía cuando iba a preguntar algo.

–¿Ya le contaste?

–¿De que y a quien?–el soltó un resoplido.

–¡Si le contaste a Luz sobre Juliette!–gritó como si estuviera hablando con un tonto.

Rápidamente al mencionar a Juliette me tense, no se lo había contado a luz y tampoco quería hacerlo y no sabía hacerlo.

–No, no lo he hecho.–confesé.

–¿Y cuando piensas hacerlo? ¿Cuando ya esté aquí? Te recuerdo que viene después de mañana.–Yo solo asentí serio.

–Lo haré cuando tenga una oportunidad.–el alzó una ceja–Lo prometo.

–¿Como se pondrá Juliette cuando la vea? Me imagino que a ella tampoco le has contado nada, ¿Verdad?–lo fulmine con la mirada–Ya, ya ví que no.

Esa una de mis preocupaciones, Juliette no es lo que aparenta, a pesar de todos sus defectos, es una buena vampira. Pero no sé cómo va a reaccionar cuando vea a luz. Lo mismo con Luz.

Luz.

Su nombre me provoca un escalofrío repentino, nunca en mis cientos de años me sentí así, tal vez wade tiene razón.

Me estoy encariñando con Luz, más de lo que debería.

Me volví la esclava de un vampiro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora